PROXECTO EPÍSTOLA

----

TEMÁTICA: Silvana

Protagonista do Romance de Silvana, de ampla presenza na Península Ibérica, que trata o tema do incesto. Manuel Murguía, interesado na recompilación de literatura oral, e que mantiña relación científica con outros folcloristas da Península Ibérica, recolle unha variante directamente da súa filla Alejandra Martínez-Murguía Castro, quen lla oíra, á súa vez, a unha anciá de Laxe. O romance publicouse por primeira vez no número 3 de El Eco de Galicia (24 de marzo de 1878), que se publicaba na Habana dirixido por Waldo Álvarez Ínsua, de quen se conserva unha carta dirixida a Murguía confirmando a recepción do texto. Nesta carta Rosalía de Castro solicita, no nome do seu home, que lle envíe polo menos unha copia do texto que había reeditar El Eco de Galicia no seu número 112 (17 de agosto de 1884).
Fontes:
Naya, Juan (1998). Estudios acerca de la familia Murguía-Castro. A Coruña: Deputación. Álvarez Ruiz de Ojeda, Victoria (2000). «Por unha bibliografía, correcta e completa, de Manuel Murguía». Boletín da Real Academia Galega, 361, pp. 15-58.
Epístolas
1
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1884-02-04
Carta de Rosalía a Ínsua. 1884
Padrón
A Habana
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Rosalía a Ínsua. 1884 en 04/02/1884

Señor don Waldo A. Insúa - Habana.

Muy señor mío y de mi consideración: Son tan escasos los números de El Eco que llegan a nuestro poder que la primera noticia que tuve de lo que se pensaba hacer en mi obsequio en La Habana fue por medio de mi antiguo amigo, señor don Ángel Baltar, alcalde de esta población, cuando se presentó en nombre del Centro Gallego a pedirme permiso para dar una función dramática en mi beneficio. Juzgue usted, por tanto, de mi sorpresa.
Nada sabía de que hubiese usted publicado artículo alguno en mi favor -que a haberlo leído ya hubiera yo escrito a usted dándole gracias-; nada de lo que, merced a su iniciativa, se pensaba hacer en mi obsequio; nada, en fin, de que fuese deudora a mis paisanos en general y a usted en particular de la espontánea muestra de cariño y estimación que tan inmerecidamente acaban de otorgarme. La soledad en que vivimos no permitió tampoco que nadie me hablase de su artículo, cosa que siento en el alma, pues temo que haya juzgado mal de mi silencio; hoy mismo no puedo referirme a dicho trabajo más que por lo que se desprende de los últimos números recibidos. Mas no por eso, sean los que quieran los términos en que se haya expresado, que yo bien sé habrán sido siempre superiores a mis merecimientos, dejo de quedarle, y de todo corazón, perpetuamente agradecida.
Adjunto va, para que me haga el obsequio de publicarla en su revista, la carta de gracias a mis paisanos. Bien siento que las palabras sean en ocasiones tan impotentes para decir lo que uno siente que no permitan expresar con toda la verdad que desearía y era necesario los sentimientos que experimento; mas han de perdonármelo todo mientras llegue aquel día y ocasión oportuna en que me sea dado probar a todos ustedes cuán lealmente agradezco y cuán profundamente queda grabada en mi alma el hecho y la consideración que con él me han demostrado, tomando una parte tan directa y tan espontánea en las contrariedades que experimento.
Supongo que por este correo nuestro amigo don Alejandro Chao remitirá a la Propaganda los primeros ejemplares de mi nuevo libro de versos En las orillas del Sar, que según telegrama del impresor está ya listo para ponerse a la venta. Si antes de salir el correo recibiese alguno, tendría sumo gusto en remitirle el que le he de dedicar, como una muestra de distinción y agradecimiento. Temo, sin embargo, que no llegue a tiempo y que, por tanto, no me sea posible mandarlo hasta el próximo inmediato correo.
Mi esposo, que acaba de llegar de Madrid y se halla sumamente ocupado, piensa escribirle muy pronto: mientras no lo hace da a usted infinitas gracias por todo y se le ofrece para cuanto lo considere útil. Me encarga asimismo ruegue a usted que, si no le fuese muy molesto, se sirviese enviarle el número en que se publicó el primer capítulo de la biografía de Serafín Avendaño, pues no lo recibió, ni tampoco el ejemplar de La Nación Española, de Buenos Aires. También había de agradecerle, ya que no el número de El Eco en que se publicó un artículo y romances de Silvana, que le remitió hace tiempo, una copia al menos de dicho trabajo y romances.
Creo será más que excusado añadir aquí que aprovecho gustosa la ocasión que se me presenta de hacer a usted patente toda la estimación que me merece y le profeso, no sólo por el acto que respecto a mí acaba de llevar a cabo, sino como al defensor de nuestra patria Galicia. Sea o no necesario, siempre será un hecho que ahora y en toda ocasión puede contar con la inútil pero sincera amistad de su siempre afectísima y segura servidora q. b. s. m.,
Rosalía Castro de Murguía
S/c., Padrón, 4 de febrero de 1884