PROXECTO EPÍSTOLA

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TEMÁTICA: Conferencia das Nacións Unidas sobre Comercio e Desenvolvemento

Epístolas
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Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1977-07-03
Carta de Alvajar a Luís e Maruxa Seoane. 1977
Xenebra
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Alvajar a Luís e Maruxa Seoane. 1977 en 03/07/1977

Ginebra, 3 de julio de 1977

Queridos Maruja y Luis:

Recibí con mucha alegría la carta de Luis, porque hacía mucho tiempo que no sabía ni dónde estabais.
Os haré una brevísima descripción de mi vida, para teneros un poco al tanto. Desde hace cosa de un año que no paro. Primeramente, fui a Manila, a una conferencia del Grupo de los 77 (países insuficientemente desarrollados), preparatoria del cuarto período de sesiones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Luego (claro está que en todos los intervalos he seguido trabajando en las Naciones Unidas, sin un solo día de reposo, desde el día mismo del regreso) estuve en Kenya, en Nairobi, para ese período de sesiones. Luego vuelta a trabajar en Ginebra; luego, aprovechando mis vacaciones, para no perder contacto durante tanto tiempo con la Unesco, vuelta a Nairobi (aquí trabajamos en combinación con el Satélite Sinfonía) a la Conferencia General de la Unesco; vuelta a las Naciones Unidas a Ginebra, sin un solo día de intervalo; luego que las Naciones Unidas necesitan que vaya a Viena a la Conferencia sobre la sucesión de Estados en materia de tratados, de plenipotenciarios, para lo cual hicieron un extrañísimo arreglo administrativo que les permitió “despacharme” a Viena y traerme de vuelta para que continuara mi contrato aquí, que se dio por interrumpido y no cortado. Renuncio a contaros lo que me pareció Viena y lo que me pareció Austria, por falta de tiempo. Ya hablaré de cosas gratas en otra. Aproveché (era la primera vez que iba a Viena) para saludar a viejos compañeros que son ahora jefes en el Organismo Internacional de Energía Atómica, en la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial y en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Vuelta a Ginebra a las Naciones Unidas. En vísperas de mi salida para Viena llegó a Ginebra mi sobrina Marta, que tuvo que adelantar su viaje a causa de mi salida para Viena se adelantó en un día, y tuvo la suerte de que le ofrecieran en las Naciones Unidas un pequeño contrato de tres meses, como guía trilingüe, que le convenía mucho. Arréglalo todo, déjala instalada, y sola con su primer trabajo, que es bastante difícil. Vuelvo: que le prologan el contrato y que la asistenta me deja plantada de la noche a la mañana. Desde entonces friego, lavo, plancho, cocino, etc., porque Marta viene muy cansada y tiene que seguir estudiando en casa. Al mismo tiempo, la oficina Internacional del Trabajo me pide que les traduzca un libro. No puedo decir que no, por razones largas de explicar. Ya lo he hecho, levantándome a la una de la noche para trabajar, con dos horas de sueño, y con un trabajo en las Naciones Unidas durante el día verdaderamente agotador, porque lo que se está viendo este año no se ha visto nunca. Tengo forzosamente que cortar mi contrato (cuestiones de reglamento de personal) por un mes, en septiembre, y pensaba que podría tomar vacaciones. Imposible. Primeramente, cabe la posibilidad de que la tomen a Marta más permanentemente, pero no se sabrá hasta finales de agosto, de modo que tendremos que estar pendientes de eso. Segundo, el Organismo de Energía Atómica me mandó ya hace más de un mes un contrato por dos semanas para su Conferencia de Viena, y voy a ir (última semana de septiembre y primera de octubre). Lo mandó con tanta anticipación para estar seguro de que no decía que no a último momento. Por otra parte, el BIT me ha pedido que en septiembre les traduzca uno de sus manuales de educación obrera (que ni han tenido tiempo de decirme de qué trata, que lo mismo puede ser de contabilidad que medicina de trabajo) de 400 páginas, y tampoco puedo decir que no, de modo que me pasaré los días que me quedan libres trabajando 14 o 16 horas por día. Quieren que les traduzca otro a mi vuelta de Viena, e inmediatamente, pero es algo más corto. Me traje de Viena documentación sobre el Organismo de Energía Atómica, porque hace años que no trabajo en eso y hay muchas cosas nuevas, y aún no he tenido tiempo de leer un solo papel. Llevo tres meses sin poder leer más que el periódico. Además, por recomendación del jefe de la División Lingüística de la Oficina Internacional del Trabajo, me llamaron el otro día de la sección de asistencia técnica porque quieren iniciar un nuevo procedimiento de trabajo, que aún están discutiendo, para ver si a partir de octubre o algo así me puedo ocupar de los informes de la Organización sobre los programas de asistencia técnica para América Latina, trabajo que puede consistir en poner en castellano claro los informes de los expertos o en estudiarse expedientes de más de un metro de alto porque la Organización duda de la veracidad de los informes, lo cual significa que hay que hacer el informe. Será un trabajo que estará mal pagado, por comparación con el tiempo que va a llevar, pero les he dicho que en principio sí, porque es un trabajo que me interesa. Claro está que tendré que hacerlo en casa, después de la oficina, y calculan que cada informe lleva, por lo menos, 120 horas de trabajo. Pero esto todavía no está decidido, porque andan discutiendo internamente cuestiones de dinero.
He llegado en estos últimos tiempos a un grado tal de cansancio que a veces me encierro en la cocina y me pongo a llorar, de fatiga. He empezado a tomar un medicamento contra el surmenage que parece ir bien. No es el trabajo lo que me cansa, sino la dichosa casa, porque me hace daño ese tipo de movimientos y me ponen tan enferma que no puedo ni andar por la calle, de mareos y de vértigos. Estaba mucho mejor, porque he descubierto lo que me pasa y estaba tratando de no hacer las cosas que me ponen peor, pero con esta situación de la asistenta retrocedo a pasos de gigante y vuelvo a sentirme muy mal. No se resolverá hasta finales de agosto, y me pregunto si voy a poder aguantar hasta allá. Pero se trata del porvenir de mi sobrina y hay que resistir. La situación temporaria en que está no nos permite alquilar un estudio para ella, porque es muy corto su contrato y no se lo alquilan. Ahora estoy aprovechando que la han dejado libre este fin de semana para que fuera a Normandía en un viaje relámpago, al casamiento del hermano de su novio, para escribiros y escribirle a mi hermano, que hacía seis meses que no le escribía, y como he terminado el libro del BIT para ver si (aunque os parezca mentira) me puedo bañar como Dios manda, y no en cinco segundos, y echarle una mirada al Newsweek de hace tres meses, que lo llevo atrasado. Lo más probable es que sea hoy el único día de vacaciones que tenga, si se le pueden llamar vacaciones a preparar la comida para mañana y planchar ropa, que ayer fue el primer día que hemos visto aquí el sol, aunque no se sabe cuánto va a durar.
Estando en Viena, me enteré por Le Monde del asesinato de dos amigos en Buenos Aires y por el Herald Tribune International de la muerte de Policho Córdova Iturbara. No pude escribirle a Carmen en ese momento porque no tenía allí su dirección. Le escribí al volver a Ginebra. Con quien estoy en relativo contacto es con Clement Moreau. Hace cosa de un año me enteré de que estaban aquí. Nelly hace psiquiatría infantil en Saint Gall, de donde ella es, y Yup tiene cursos en St. Gall y pasa el resto de la semana en Zurich, porque colabora en varias revistas y hace no sé qué otras cosas. Han vuelto a publicar el libro de dibujos sobre Hitler que le costó la nacionalidad, y están preparando un libro de 300 grabados de él, que llevará un largo estudio de Fritz, el escritor suizo que es muy amigo de él y que lo admira mucho. Ha venido a Ginebra (yo no estaba en ninguna de esas ocasiones) para la preparación de algunas obras de Brecht que han puesto aquí. Desde hace un año cambiamos breves cartas y a veces nos hablamos por teléfono, pero todavía no me ha sido posible ir a ver a Nelly y a Tina, su hija, porque las cosas se complican, y ya dice Yup que está bien eso del amor platónico, pero que a ver si nos vemos.
¿Qué está haciendo Luis y cómo estáis vosotros? ¿Y los amigos? Mi hermano está ahora establecido en Tabeayo. Como hace siglos que no le puedo escribir a Quiroga, hacedme el favor de darles a él y a Aida un fuerte abrazo de mi parte.

Cien para vosotros.

Amparo