PROXECTO EPÍSTOLA

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TEMÁTICA: Príncipe

Trátase do príncipe Tamino protagonista de La flauta mágica.
Epístolas
1
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1958-08-28
Carta de Scheimberg a Seoane. 1958
Florencia
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Scheimberg a Seoane. 1958 en 28/08/1958


Florencia (Hotel Terminus-Milano), 28 de agosto, 1958

Querido amigo Seoane:

En Milán, recibí su tan enjundiosa e interesante carta del 18 de julio. Debo decirle que estoy de acuerdo con casi todo, o talvez con todo lo que en ella me dice? Yo también creo, como Vd., que los fines no justifican los medios, y que por medios injustos o inmorales no se pueden alcanzar buenos fines; y, sobre todo, que no puede ser buena política aquella que sacrifica en el hombre lo que tiene de más precioso, que es su dignidad. Y no es a eso adonde se encamina la humanidad; y la razón por la que Vd. y tantos luchamos contra el régimen capitalista?... Pero no sigo. No espere Vd. una respuesta a su carta, que me sería muy difícil dársela con lo ocupado que tenemos aquí, Aída y yo, todas n/ horas y no quiero que nos alcance el día 3 de septiembre, en que Vd. va a inaugurar su Exposición en Bonino, sin hacerle llegar n/ mejores augurios de éxito –los de Aída y los míos. Buena suerte, pues.
Aquí debería, en realidad, terminar esta carta. Permítame, sin embargo, que le distraiga todavía algunos minutos. Conoce Vd. el apólogo de los peregrinos que salieron al encuentro de Jesús? Creo que eran siete. Unos se distrajeron en el camino para escuchar el canto de los pájaros o pª extasiarse en la belleza de las plantas y de las flores, otros pª acudir al llanto de un niño o al reclamo de un menesteroso. Sólo uno llegó puntual a la cita, ciego y sordo a todo lo que a su alrededor sucedía.
Esto del premio al que llega se repite en numerosas leyendas. No otra cosa es la de Orfeo y Eurídice, o la del Príncipe de La flauta mágica, que con tan exquisita gracia comentó Mozart con su música.
No aspiramos acaso todos a llegar al encuentro con Jesús? Sí, yo también deseo llegar a Jesús (ponga Vd. en lugar de Jesús cualquier fin alto; yo sólo uso su nombre por una razón de economía); pero no con el corazón tan seco que no tenga ya nada que ofrecerle. Porque de eso se trata en definitiva: de no llegar con las faltriqueras del alma vacías. Ahora, que no es cosa de que nos distraigamos tanto en el camino que no lleguemos adonde debemos llegar. Que es precisamente lo que quisieran n/ enemigos, o los que no anhelan otra cosa sino disfrutar de lo que tienen. Ulises, que era bastante distraído y que se entretuvo quizás más de lo correcto con la ninfa Calypso (como el caballero Tanhäuser con la señora Venus) sabía que no debía hacerlo hasta el extremo de olvidar que debía volver a Ítaca, donde lo esperaba la fiel Penélope, y se ató al palo de su barco y se tapó los oídos para no ceder a los cantos de las Sirenas. También se trata de no dejarse seducir por los cantos de Sirenas... Y después qué? Liquidar a los pretendientes que asedian a Penélope y quedarse por el resto de sus días a gozar de sus bienes y reventar de hartazgo? No, eso no.
No será más apropiado, por ventura, para n/ caso, para Vd. y yo, y pª todos los que alimentan un loco sueño, el apólogo de Unamuno (y una vez más vuelvo a él) de los que salen a la búsqueda del sepulcro de N. S. don Quijote? Qué importa que el sepulcro no exista, si de lo que se trata en última instancia es de derribar en el camino a todos los curas y bachilleres y alguaciles que se opongan a la marcha de la gran columna y corregir agravios y desfacer entuertos donde se encuentren? Y si por ventura –o desventura– el sepulcro fuese encontrado, pues a enterrarlo de nuevo pª no interrumpir la marcha. Que de eso, sí, se trata. De desfacer los entuertos donde los haya. Y Jesús que espere, que cuando lleguemos a él tengamos la columna de nuestro crédito llena.
Yo no sé si esta divagación, querido Seoane, tiene algún sentido. Quede aquí, sin embargo, como salió al correr la pluma. Yo sé que son muchos los reparos que se pueden hacer. Creo, no obstante, que acabo de acercar n/ líneas.
Hasta pronto. Mucha suerte, repito, en su próxima Exposición. Y el día de la inauguración ténganos, a Aída y a mí, entre los amigos que van a estar con Vd.

Un abrazo a Maruja y a Vd., de Aída y mío.

Scheimberg