PROXECTO EPÍSTOLA

----

TEMÁTICA: Estatuto de Autonomía de Galicia. 1981

[lexislación] O vixente Estatuto de Galicia recoñece Galicia como nacionalidade histórica. Afirma que os poderes da Comunidade Autónoma baséanse no Estatuto, a Constitución e o pobo galego. Foi sometido a referendum o 21 de decembro de 1980 e ratificado polo xefe de Estado o 6 de abril de 1981. Aparte do actual (anteproxecto de 1978, aprobado en 1981), durante a II República aprobárase outro que non chegou a entrar en vigor debido ao comezo da Guerra Civil.
Epístolas
5
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1975-09-02
Carta de Pérez Prado a Seoane. 1975
Nova York
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Pérez Prado a Seoane. 1975 en 02/09/1975


Buenos Aires, 2 de septiembre de 1975

Mi querido Seoane:

Hace ya largo tiempo recibí su carta. Hoy, como en aquella mía que usted contesta, vuelvo a mis tribulaciones cinematográficas.
Con mil inconvenientes, con periódicas glaciaciones, con prolongadas y vociferantes sequías, con desalientos aluvionales y con varias y firmísimas determinaciones –por cuenta de Prelorán y por mi humilde cuenta– de plantar, abandonar y entregar, quizá con un suspiro de alivio, todo el material filmado, seguimos adelante con nuestro Castelao. Y ahora y aunque parezca mentira –a mí me parece un sueño– estamos ya en la última etapa y es más fácil terminar la obra que dejarla morir nonata. La filmación que resta será la de algunas fotografías que aparecerán en nuestras excavaciones de periodismo arqueológico; unos segundos más o, como diría nuestro barbado Prelorán, algunos pies de film y listo. Tenemos lo suficiente para cien minutos de proyección; el material desechado no es mucho: quizá otro tanto. Esa relación de 2 a 1 es muy económica y debemos agradecérsela a Jorge quien ahora es medio gallego y del todo galleguista. Él supo disparar su cámara con acierto sobre los documentos que allegamos entre todos, batiendo la selva de papel. El ojeador más fértil, Roberto Rodríguez, encargado de la biblioteca del Centro, mostró un ansia venatoria indeclinable.
Yo soy el autor del libro, según rezan los carteles. Mi oficio, sin embargo, tiene más requilorios y fue más complicado; pues debí meter en el asunto a Prelorán, adobar y condimentar a nuestro gusto la marmita, luchar en dos frentes principales y en multitud de secundarios y demostrar, en fin, que la raza de los Gondomares dura tanto como nosotros. A veces, lamento no haber escrito un diario, un journal de la película; otras creo que hubiera sido casi imposible derramar en papeles tantas incidencias y tantas malas sangres, fatigosas dialécticas y tornadizas meteorologías. Pero no sé si alguna vez, con más recuerdos que documentos, no me pondré y, al volar de la máquina, no dejaré crónica del periplo. Le aseguro que tendría su interés y, por lo menos, justificaría tal cual defecto o exceso.
Castelao irá en dos grandes rollos: primera y segunda parte. En 35 mm lo común es tener dos proyectores a mano; en 16 mm eso no suele ocurrir. Hay que contar con un intervalo, pues, que sería brevísimo en caso de no rebobinar enseguida. La banda sonora es del tipo llamado internacional, para distintas versiones. Por ahora grabaremos dos: castellano y gallego.
El orden que sigo en el relato es el lineal y cronológico, casi siempre. Fotografías de Castelao, sus dibujos, las fotografías de personajes o sucesos que fueron importantes en su vida y en lo que más importó a su vida; algunos metros de película que nos lo muestran en viajes, inevitables banquetes y hemerotecas. Ese material gráfico es la imagen que apoyan meses de librerías, archivos y principales: la de Castelao y la del relator; muchas otras, diversas, recitan los famosos epígrafes. Si estuviéramos filmando un libro mío cualquiera, previo y completo, las cosas me resultarían menos inquietantes. Yo sería el autor de unas letras y Prelorán buscaría los señores que las pronunciaran y los escenarios en que lo hicieran. Pero nuestro camino discurre exactamente al revés. Encontramos las escenas, los documentos gráficos y debemos armar –y modificar continuamente, sin perder el norte– la historia para sacarles provecho y ensartarlos como perlas. Imagine mis piruetas.
Después de no pocas escaramuzas iniciales y de un paciente trabajo doctrinario que me dio al fin sus frutos en Prelorán, conseguimos armar una estructura con ritmo cinematográfico –a pesar de la sofocante mayoría de escenas fijas– y, creo, eficaz. Quiero decir que cualquier persona de mediana sensibilidad y completa ignorancia en la materia puede tolerar sin fatigas esa hora y media y ya no puede ignorar quien fue Castelao y cual su lucha y cuales los problemas de nuestra patria gallega.
La película empieza con fotografías de la niñez de Castelao y con su voz. Todos los parlamentos que dice esa voz en primera persona están sacados textualmente de sus obras: libros, discursos, papeles diversos. Yo traduje con fidelidad y recorté con intención y de la manera que convenía según nuestro propósito y las posibilidades de imagen con que contábamos. Prelorán fijaba los estrechos límites temporales. Así Castelao, con fragmentos de su obra, nos cuenta su vida y explica lo que mostramos ayudado por el relator. Pero esa estructura debía contener su mensaje patriótico en forma clara y agónica, dramática. Y yo tenía que hallar la manera de representar o encarnar de algún modo la tontería centralista, la españolada de chafarrinón, el menosprecio de corte. Y entonces, y para los años que llegan al advenimiento de la Segunda República, elegí como figura contrapuntística a don Alfonso XIII. Con la imprescindible y santa pequeña injusticia y perdonable malicia que tienen inevitablemente estas cosas, elegimos entre sus muchas fotografías aquellas que lo muestran en sus diversos años y en su constante bobalicón perfil. Atusándose el bigote en una, vestido como un polista británico en otra, al comando de un luciente automóvil en esta, empingorotado y con charrateras; en un sarao, en un arenal de Marruecos o dando limosnas; en una corrida de toros, en el palacio, en el hipódromo. No es mucha imagen real en total computable, pero cada una de las veces en que interrumpiendo el relato aparece Su Majestad unos compases de pasodoble torero añaden su bronce y su chunga al contrapunto. El ser contemporáneos, tocayos y el haber coincidido etapas importantes de sus vidas en fechas muy cercanas (y el tener muchas fotografías del Borbón, claro) me incitó a brindar a nuestro paisano tan elegante partenaire. Conseguí además, espero, gracias al rey y a sus veleidades, sus tropiezos en Marruecos, sus lances políticos y su política de reinado, mostrar con cierta agilidad esa historia que vivió España y el mundo en los años que van desde Rianxo a esa primavera del 31. Después, apoyo mi contrapunto en los grandes acontecimientos y en algunos de sus protagonistas; el relator apostilla las imágenes del bienio negro, de los estatutos y del Estatuto, la Guerra de España, la Guerra Mundial y el triunfo, la postguerra y la derrota.
Prelorán grabó muchas voces buscando a la de Castelao, que no se pretendía omitir y ni siquiera evocar. Quería un hombre viejo, que no fuera ni se creyese actor, ni locutor. En la del señor Baltar –quien ya dijo todo el texto de Castelao– cree Prelorán haber hallado lo que buscaba. El relator debía ser más joven, con voz y acento diferentes. Luis Medina Castro fue el elegido y ahora ensaya mi texto. Luego, como dije, muchos anónimos cuyo timbre o estilo encajan en los epígrafes. La banda sonora –que incluye música– es cosa de Prelorán y del asesoramiento que me permita.
La tarea de Prelorán ha sido –y es– formidable. No puedo imaginar a nadie tan atrapado por una vida de la que no tenía sospecha y hasta por un país en cuyas venturas y desventuras lo introdujeron no hace mucho mi librito y nuestras charlas. Sus ahogos económicos –aún los domésticos– fueron muy grandes en estos malos tiempos y, con la inocente blandura que usted diagnosticó, Jorge fue lastimado muchas veces por las actitudes del entorno que usted, asimismo, tan certeramente pronostico. En gran cariño y respeto trabajamos durante meses con algunas crisis de su parte. Hace unos días, y sin que esto lleve relación directa con nuestro trabajo, pero sí en forma de bienvenida compensación y alivio, Jorge acaba de ganar (por segunda vez) la beca Guggenheim. Tratará de cumplir la mayor parte de su término en la Argentina.
Quizá, luego de los primeros y muy difíciles momentos, los inconvenientes más grandes que tuve con Jorge fueron debidos a un violentísimo celtismo que contrajo en las páginas de Castelao. Su parte de sangre irlandesa entró en ebullición y pronto mostró un fanatismo digno de cualquier troglodita de la Cova Céltiga. Y hasta con la ayuda de Simón Feldman imaginó una serie de mapas animados con los más peregrinos desplazamientos de las célebres tribus. Llegamos a una etapa en que los celtas y su influencia parecían bastarle para explicar todo y a mis violentos contraataques respondía con santa indignación, hoscos silencios y renovadas guerras y guerrillas. En su casa de él y en la de Simón o en cualquier lado mientras filmábamos –él por los celtas y yo aliado a cualquier otro pueblo histórico que me viniese bien o sólo, a pie firme– luchábamos con denuedo y sin cuartel. Temía yo y temo, pues Jorge me parece incurable celtómano y didactomaníaco, que se malograra nuestro esfuerzo y en especial su magnífico esfuerzo al seguir cualquiera de las teorías históricas más o menos tópicas que luego pasan o pasaron de moda, amén de aguar el mensaje y ablandar el carozo. Y, mañosamente y sin que me faltara razón, le decía que una cosa es el celtismo –actitud emocional y hasta postura existencial muy digna y aún política, si a mano viene– y otra son las precisiones eruditas sobre temas que ni él ni yo dominábamos y sobre los que, para colmo, no había acuerdo. Y que si todo lo que sabemos o podemos llegar a saber sobre los misteriosos celtas y los indudables romanos y los suevos y todos los que usted quiera se demostrara falso o cosa de fantasía y sueño, no por eso iban a terminar o torcer su modo esas injusticias que denunciábamos ni desaparecería con un suspiro esa nación que defendíamos. En verdad, creí muchas veces haber derrotado a los queridos celtas y otras tantas volvían ellos y acometían mandados por el barbado Prelorán (¿No será Breogán?) y hasta por Simón quien armó con su entraña pétrea un inesperado celtismo. Créame Seoane que si los celtas hubieran tenido tanta resistencia e insistencia como la de estos buenos amigos en el día de hoy y en nuestra Galicia no hablábamos ningún latín corrompido sino algo así como el gaélico.
Prelorán es, como usted sabe, muy trabajador, muy ingenuo y hasta inocente. No puede ni pretende usufructuar grandes lecturas ni mayores erudiciones, pero cuando se le mete una idea entre pelos y barbas es de ver como echa luego raíces y lo mueve a lecturas atragantadas, y florece y frutece y vierte por fin sus jugos en una suerte de breves trabajos cuidadosamente mecanografiados y sometidos, con toda gravedad, a mi crítica. ¡Y menudas angustias las que me dan esas prosas! Esas afirmaciones impávidas que debo atenuar para eludir el traspiés o los azotes de cualquier crítico; esas detonantes ingenuidades quizás inofensivas en un cine-club, pero suicidas frente a otros públicos más sólidos y esos crasos errores que debo tratar suavemente con injertos, barroquismos y sutiles alquimias y procurando no lastimar... Y no hay más remedio que hacer la cirugía porque los trabajosos trabajos de Jorge son la base o el texto mismo que imagina para comentar su lenguaje cinematográfico, sus escenas filmadas, expresión ésta sobre la que reina con absoluto imperio y de la que es más celoso que Otelo. Con aparente docilidad y sin tontas veleidades literarias (Jorge carece –¡felizmente!– de cosquillas) Prelorán acepta mis recortes o mis rechazos y ortopedias, pero vuelve luego con otro texto y torno yo a mis cosméticas y podaderas. El proceso tiende a repetirse y adquirir la mecánica del cuento de la buena pipa y, en cuanto me descuido, de sutil contrabando y con nuevas ropas trata Jorge de volver a pasar un argumento que le suena bien o un clan entero de celtas.
Este didactismo de Prelorán me saca el sueño y me hace temer empresas tan gratuitas como las de explicar que el Mediterráneo está rodeado de tierra y, para colmo, relleno de agua y otras enfadosas disgresiones. Como Prelorán no andaba muy enterado de las andanzas de todos esos iberos, celtas, romanos y bárbaros, moros y cristianos, Prelorán cree su deber exponer el asunto a la manera audiovisual para beneficio y remedio de quienes padezcan esa misma falta. Y como Prelorán no conocía nuestra tierra, sus gentes y su drama, él cree lícito admitir en ambas primitivas inocencias un nexo causal. Y –repite– para conocer Galicia es necesario saber que es Galicia (lo que en su idioma significa tener una idea de su historia... si fuera posible con mapas animados por el amigo Feldman). En fin, que termino usando contra todos aquellos pueblos la energía con que luché contra nuestros celtas. Pero no será fácil impedir algunos mapitas –temo– y haré lo que pueda por evitar que nos den al traste con el esfuerzo y terminemos provocando la zumba de los inteligentes y el aburrimiento de los simples. ¡Qué falta me hace usted, Luis, en estos momentos! Estoy solo en la parte que de verdad interesa y soy el único que puede manejar el negocio y salvar nuestras almas y llevar las aguas discretas a nuestro patriótico molino.
Seoane: quisiera lograr una película rescatable, eficaz, decorosa, permanente; y lo quiero sobre todo por usted y también por Eduardo quienes, en estos Buenos Aires me desbravaron un poco en galaicología y me abrieron generoso crédito de amistad y confianza. Entiendo que nosotros, los hijos de gallegos que llegamos a su lado, tenemos el deber de retornar una obra que justifique tan altos magisterios. Y si meu señor Sant-Yago me da forzas, como a Gaiferos, llegaré, no al Pórtico de la Gloria, pues no tengo para el pasaje, pero sí quizás a salir del anónimo etcétera y ser nombrado en la Enciclopedia Gallega (ver art. sobre Alén Mar...)
Un gran abrazo. No gaste su tiempo en contestar, salvo para ordenarme lo que fuera o para darme un consejo sobre toda esta lata. Quiero decir que mucho quisiera unas líneas suyas, pero no me atrevo a pedirlas.

Cariños a todos y muy especialmente a Maruxa.

Pérez Prado

P.S. Si todo anda bien, creo que la película podría verse allá en noviembre. (Prelorán insiste en procesarla en el exterior, para mejor calidad; eso puede demorarnos, pero no creo que más allá del citado mes).
Salta 760, 3ºB

1976-06-09
Carta de Díaz Pardo a Seoane. 1976
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Díaz Pardo a Seoane. 1976 en 09/06/1976

9 junio de 1976

Sr. Don Luis Seoane
Buenos Aires

Querido Luis:

Confirmo las mías que te escribí en 24 de mayo y 1º del cte . Cruzadas la última tuya del 18 de mayo. Anteayer se celebró la Junta de Sargadelos para considerar la demanda de Rey. No asistió ni él ni Nogueira. Y como menos Nogueira y Varela los demás socios habíamos mostrado conformidad con la cesión da participaciones al Museo, siempre que ningún otro socio ejerciese el derecho de tanteo, ratificamos esta posición para demandar a Rey, a Cerámicas del Castro y a Sargadelos para el caso de que prosperase la demanda de Rey, que el juez tuviese que unir y resolver simultáneamente las dos demandas. Cuando el juez emplace a las partes a contestar la demanda se alegarán las excepciones y Risco tiene bastante confianza en que el pleito se lo devuelvan al demandante cargándole las costas por falta de jurisdicción de los Tribunales a que recurren ya que por lo menos Sargadelos ha aceptado en sus Estatutos el arbitraje de derecho privado. Pero yo a la vista de la corrupción a que está entregada la justicia ya no creo nada. Te mandaré una copia del acta da la junta del 7 en cuanto la entregue el Notario. En el Castro hicimos otra Junta y acordamos denunciar a la junta de gobierno del Colegio de Abogados de La Coruña a Iglesias Corral y le hemos pedido que cese en su cargo de la Junta mientras dura el período de investigación. También hicimos la misma denuncia al Presidente de la Audiencia para que vigilase que la investigación se cumplía y no se estorbaba por el mismo Iglesias Corral. Acompañamos copia de la carta del Consejo Gral. de la Abogacía de Madrid en que nos anunciaban que pedían información a La Coruña. Sabíamos que Iglesias Corral había hecho desaparecer el pedido de Madrid. Ahora vamos a esperar, pero no hay que esperar que pase nada. A Iglesias nada le va a pasar. Es inteligente y sabe que el Presidente de la Audiencia tiene mucho que rascar y enseguida le diría que primero tenía que ocuparse da cosas más importantes a las que está obligado como es la investigación del caso Olives, Secretario de Obras del Puerto que estafó a ellas cientos de millones cuya denuncia fue publicada en revistas que han ofrecido documentación probatoria. Pero el Presidente de Obras del Puerto es Doña Carmela Barrié, y el Olives es un personaje en La Coruña. Esto por decirte algo porque todo está así.
Bueno. Te va otra convocatoria para la Junta Ordinaria de Sargadelos para que le envíes a José Luis tu Delegación.
Otra cosa relacionada con Iglesias Corral. Arturo Cuadrado viene. Lo publicó la prensa y como Iglesias se convirtió ahora en el introductor de exilados (me contaba el otro día Dónega que para hablar con Emilio González López hay que pedirle permiso a Iglesias) pues ya estoy viendo Don Manuel correr a esperar a su querido Amigo Cuadrado y a bloquearlo. Casualmente me llamó el hermano de Cuadrado para anunciarme la llegada de Arturo y también me llamó Carlos Martínez Barbeito para decirme lo mismo y a ver si podíamos hacer algo con él, y pensé que lo mejor es que dé una conferencia en el Museo sobre la Barra[ca] Resol, etc. y ya mandé una nota a la prensa anunciándola anticipándome Don Manuel desista de prepararle una encerrona [sic]. Mandé también el dibujo que tú le hiciste. Al que no hay forma de traer a Galicia es a Lorenzo ni aún con esto de Cuadrado, pues ya le hablé pensando en que esto se convirtiera en una especie de homenaje a los dos. No hay forma. Creo que ahora le viene Marika, que ya alquiló la casa de ahí, pero por lo que parece se piensa pasar el verano en Madrid.
Lorenzo es muy difícil. Yo le puse todo a su disposición. Él quiere resolver las cosas a su aire y aunque algunas cosas creo que va a resolver poco en Madrid hay que dejarlo. Con Álvaro creo que sigue su relación languidecente. Por cierto que Antoñita rompió un brazo.
Para la Bienal de Venecia hemos enviado dos litografía de Souto del 37, dos tintas de Castelao del 37 y 39, la carpeta Galicia Mártir (una primera edición que tenía yo hecha en el 39, grande), una reedición del Atila y unos carteles del Estatuto. Se estuvo buscando tu cartel del pulpo pero no apareció, el grupo ese de cine que hay en La Coruña no lo tiene, se lo debiste de dejar a otro grupo y sería una pena que se perdiese ese cartel. De todos modos, según este Manuel García García, que debe ser valenciano, por lo menos vive en Valencia y es el Delegado en España para este asunto, dice que ya tienen cosas tuyas facilitadas por Francisco Carreño. De todos modos creo que si a ti te apareciese algo deberías enviarlo a este mismo Manuel García y García que a partir del 20 de este mes está ya en Venecia a esta dirección:
La Biennale di Veneziea
Ufficio arti visive
Venezia
Les interesa mucho la cosa cartelística y gráfica del período 36-39. Renau y Alberti parece que están por detrás. Te mando una nota da prensa. Este Manuel García a quien no conozco pero que se habló con él por teléfono dijo que aunque fueran cosas del periodo 39-45 referidas a la guerra.
Creo que no se me quedan más cosas en el tintero, más que decirte que mi ojo va mejorando, que falta me hace. Ahora quisiera saber de vuestra salud, la tuya y la de Maruja también mejoran, por lo que hago votos que es lo único que puedo hacer, si bien no sé si contándote tantas cosas con esta larga carta y con estas noticias desagradables del Iglesias Corral te estaré haciendo bien. En todo caso no les des demasiada importancia. No va a pasar nada, pero Iglesias creo que no las tiene todas consigo. Sabe que de los franquistas nada tiene que temer. A él lo que le preocupa es el futuro y eso se le nota. El Herce Valdivia ese de la nota oscura parece ser que lo dejaron ya escapar fuera da la península. Y este es de la misma trinca de los que a nosotros nos hacen daño.

Abrazos muy fuertes para ti y para Maruja

[Díaz Pardo]

1978-02-03
Carta de Seoane a Díaz Pardo. 1978
Bos Aires
O Castro [parr. Osedo, conc. Sada]
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Díaz Pardo. 1978 en 03/02/1978

Buenos Aires, 3 de Febrero de 1978

Sr. D. Isaac Díaz Pardo
Sargadelos

Te escribí hace unos días con motivo de una nota acompañada de fotocopias y recibo ahora una carta fechada el 22/I/78 que tardó aproximadamente diez días en llegar. Respondo, pues, inmediatamente. De acuerdo con que hagas el número 5 de L[aboratorio de] F[ormas]. Te enviaré la tapa y ruego se respete la disposición tipográfica del interior, de modo que su colección constituya una unidad. Tengo los apuntes de ocho tapas más.
Restaurar el Seminario de Estudios Gallegos es una empresa que no depende de propósitos personales, ni de dinero que se pueda invertir, sino de la voluntad de los miembros que formaron parte de esa institución y de los que viven ocho o diez de ellos: Carballo Calero, Antonio Fraguas, Filgueira Valverde, R[amón] Martínez López, Fernández del Riego, Isidro Parga Pondal, Xaquín Lorenzo, Luis Tobío Fernández (vive éste en Madrid) y no sé si más, creo que también Luis Iglesias, no sé si vive.
Sospecho que no llego a tiempo para cooperar en la redacción del esquema de anteproyecto que formulas en la circular y me abstengo, por lo tanto, de enviarte a estas alturas ninguna sugerencia. Sí, en cambio, te las envío para el n.º 5 de L. F. que no puede ser solamente un catálogo. Creo que se debe conseguir de los miembros que viven y forman parte hoy de la élite intelectual de Galicia, que se refieran a las finalidades propuestas para su fundación en el medio social y político referido a la Galicia de 1923, que creo fue el año de su fundación. Cual fue la actitud tomada con la Universidad compostelana de aquellos años y la relación que sostuvieron. En qué medida participaron en las inquietudes populares del estudiantado y pueblo gallego hasta luego de proclamada la República y que significó, para los estatutos que le sucedieron, el proyecto de Estatuto Gallego elaborado por el Seminario. (No tengo por mi parte más que el recuerdo lejano de éste, ni siquiera sé hoy si llegó a publicarse). El juicio, que aparte del esfuerzo que significó entonces, les merece hoy publicaciones como Terra de Melide, o del tomo sobre los petroglifos gallegos, de acuerdo con el tiempo pasado y en que alcanza a la actualidad. También sobre el reconocimiento que se debe a Ánxel Casal por su aporte económico a la empresa —edición—, y el acuerdo del mismo Xohan Plá que trabajó, como viajante, dedicado a su divulgación y venta de —Terra de Melide—, sin ser éste su oficio. El recuerdo de Xurxo Lorenzo, fallecido muy joven, dedicado a estudios arqueológicos y que hizo una serie de espléndidas maquetas sobre vivienda popular gallega, la colección que se iniciaba de arte gallego, etc. En general la relación de las inquietudes de la Galicia de entonces manifestada en las otras ciudades y en la misma Compostela.
Esto es todo hoy y esperemos te llegue esta respuesta antes de diez días, que al menos en esto no esperemos la popularización del cohete para alcanzar la rapidez, en cuanto a la correspondencia, de hace solamente unos pocos años.

Un gran abrazo para todos de Maruja y mío y tú recibe uno fuerte de:

Seoane

1978-04-05
Carta de Seoane a Ledo. 1978
Bos Aires
Vigo
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Ledo. 1978 en 05/04/1978

Buenos Aires, 5 de Abril de 1978

Sr. D. Ricardo García Suárez
Vigo

Querido Ricardo:

Supoñemos estaredes xa gozando da primavera, da vosa casa e do mar. Que tí estarás traballando en pequenas cousas da obra que che resta por facer na casa, e pintando o mar, tan dificil de pintar, tanto como o lume e o ar, tendo un sempre que recurrir a liñas convencionales, ou a min eso paréceme. Eiquí entramos no outono, unha estación tamén belísima, con antecedente, neste ano, dun vran moi desigual, de grandes choivas, ventos impresionantes, desbordes dos rios e grandes inundacións, chegando nas ruas de algunhas cidades a un metro e medio de auga que matóu xente, gando e arruinou fogares. América é esto, un continente enorme con grandes accidentes xeográficos tamén grandiosos: terremotos, desbordamentos de ríos, ventos, choivas que non rematan de parar, e un mar tamén de tormentas. Todo esto influie no home americán, nas suas desigoldades de carácter, no seu aventureirismo.
Pola miña parte non me repoño da desesperanza de que falaba na miña carta anterior e a desgana para todo, e que en parte ten orixen na frustración política de Galicia. Cada vez estou mais convencido do erro que foi dar por rematada a laboura do Partido Galeguista. Para construir un estado e erguer unha nación ten un que se ocupar desta soia finalidade, os programas económicos e sociaes veñen logo de conquerida esa primeira finalidade. Nos deixamos de formar parte da categoría que tiñamos de sempre xuntamente con Catalunya e Euzkadi, para estar á par das rexións administrativas do resto de España. Non somos mais, en canto á consideración dos políticos de Madrid, que os murciáns ou valencianos. Eu estou de acordo coa visión que transmites da actualidade política española en relación co problema da nacionalidade. E tamén coa autosuficiencia dos galegos, os mais mozos sobre todo con respecto ás esperencias do pasado que non consideran sirvan como aporte importante para hoxe. Tamén con respecto á obra de Castelao, vixente na sua actualidade, como moi poucas obras, porque ven tratando problemas non limitados polo tempo e nin siquera na noticia exclusivamente do dia. Esquécense os seus discursos parlamentarios, como tamén os de Picallo, os de Otero e outros que trataron os problemas vivos de Galicia, os que aínda continúan hoxe. O noso Estatuto fora feito por xentes de partidos, sobre todo pola xente do Partido Galeguista, por especialistas e técnicos e moi pouco cambiou o mundo occidental dende entón no aspecto político, sobre todo no aspecto administrativo, e, non embargantes, os parlamentarios galegos, semianalfabetos en parte nestas custións, síntense con azos para redactar un novo sin poñer en discusión o do plebiscito do 36. Tamén como ti farei o que poida, mentras poida, por Galicia. Adiqueille toda a miña vida pasada e continuaréi, aínda quedándome soio. Estou desespranzado e síntome frustrado na miña acción en ouxetivos que proietei perante moitos anos pra o futuro, mais quedará de tí, de min, de todos nos, os que quedamos do vello galeguismo, esta entrega a Galicia i esta laboura feita, matino, en peores condicións que os da xeneración anterior a nós. Eles non viron a posibilidade tan inmediata de resolver os problemas de Galicia e tampouco a división minifundista da política galega. Tampouco poido Galicia nunca ter un representante capaz de enchela de vergoña como Victoria Fernández España, según as noticias que chegan a Buenos Aires.
Ti tes que pintar, grabar e dibuxar. Tes xa feito algúns dos cadros, grabados e dibuxos mais belidos do arte galego. Pero penso, perdóname, que eres o que menos traballaches, polo que sexa. Aproveita ahora o tempo. Este tipo de traballos é o que quedará de nós. Escribe encol do arte galego. Escribe.
Non podo decir mais. Unha aperta moi grande para tí, Mimí e os fillos, de Maruxa e miña. Temos ganas de voltar unha tarde, non sabemos cando, á vosa casa fronte ó Atlántico, entre Baiona e A Guardia, con todos vos:

1979-01-09
Carta de Dónega a Seoane. 1979
Santiago de Compostela
Bos Aires
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Dónega a Seoane. 1979 en 09/01/1979

Xunta de Galicia

Santiago, 9.1.1979

Luis Seoane
Buenos Aires

Benquerido Luis:

“Año Nuevo, vida nueva”. E veleiquí unha novedade. Estaba xa moi amolado pola miña tardanza en contestarche. Estaba na linde do intolerable, e tiña rebasado a descortesía. Sabía, e séi, da túa bondade e da túa xenerosidade cos amigos. E, abusivamente, acollínme a elas. Con todo, “ando emputesido de la cabesa”, como decía un meu amigo arxentino, malevo e atorrante. Xa non séi, ás veces, por onde ando. Non ben encetéi a miña praxis política, e xa batín coas súas interquinencias. É unha servidume non doada de aturar. Fai falla unha firmísima vocación. Descubrín en min algunhas boas dotes de político. Pero tamén descubrín a miña carencia absoluta de outras non menos necesarias. A paixón do mando, poño por caso. Eu non séi mandar. Sempre obedecín. E mesmo agora non trato máis que de obedecer aos mandados da terra. A falta de ambición é outra grave interquinencia. Unha visión irónica da vida e dos homes tampouco axuda. Pero non seguiréi co meu catálogo de carencias. Completareino nun futuro libro de Memorias. A Xunta foi ganando amodiño a confianza do país. Non a nivel popular. Porque a nivel popular ninguén ten implantación no país. Nin os partidos políticos, nin os sindicatos, nin nada. Pero sí a nivel dos estamentos sociaes (partidos, sindicatos, colexios profesionais, grupos empresariais, plataformas culturais, etc.) Todos acudiron á chamada da Xunta cando lles pediu colaboración. E así fóronlle chegando suxerencias, observaciós, bases e textos articulados para a confección dun borrador de Estatuto Galego. Mañán asistiréi en Santiago a unha xuntanza do Grupo de Traballo constituído. As cousas iban indo, mais a convocatoria de elecciós detivo a marcha do proceso autonómico. Proceso que se viña deslizando suavemente e sin estridencias gracias á sensatez, á modestia, ao bó senso e mais á paciencia do Presidente Rosón. Que dende o primeiro intre comportóuse como un galego e non como un home de partido. É de xusticia reconocelo así. Decíache que o proceso autonómico ven sufrindo unha paralización por mor das elecciós convocadas. Mais, ¿somentes por tal motivo?, ?desaparecerá o atranco cando aquelas se celebren? Os acontecimentos que estamos a vivir en España fanme pasar dun optimismo moderado a un pesimismo mesurado. Parece o mesmo e nono é. A operación de tránsito, que non deixaba de ter a súa orixinalidade, está chea de dificultades. E, incomprensiblemente, hai xentes que nonas ven, porque non as queren ver. Ou porque están cegas. Pero, en fin, 40 anos de aplicación masiva de antibióticos ao corpo social español deixárono debilitado e apenas sin defensas biolóxicas. Trataron de matar aos que coidaban infecciós e, de paso, medio acabaron coa flora social. Supoño a túa door pola perda de Lorenzo Varela. Porque si para nós desapareceu un finísimo poeta e un gran intelectual, tí, por riba, perdiches un amigo entrañable, compañeiro de exilio, de doores, de gozos e de esperanzas. Pero así veñen as cousas neste desgraciado país noso. Que vai perdendo aos seus millores homes cando máis os precisa. Non quero ser pesimista, nin fatalista. Pero os feitos non axudan. E remato por hoxe. Estanme agardando xentes que veñen cos seus problemas. E que non poderéi resolverllos. Entramentras, prometo non descuidar tanto a miña comunicación contigo. Recibe, con Maruxa, cinguidas apertas de Milagro, de Fernando, de Fernanda e miñas.

Dónega