PROXECTO EPÍSTOLA

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TEMÁTICA: La gran claridad de la Edad Media

Trátase do libro de Gustave Cohen La Gran claridad de la Edad Media, Bos Aires: Huemul, 1965. Hai unha primeira edición de 1948.
Epístolas
1
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1967-03-22
Carta de Falcini a Seoane. 1967
Bos Aires
Madrid
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Falcini a Seoane. 1967 en 22/03/1967


Buenos Aires, Marzo 22 de 1967

Sr. Luis Seoane
Madrid

Mi querido amigo:

Recibí hace unos días su carta, con la presencia de su pensamiento activo, que tanto me interesa, a mí como a los amigos comunes, siempre ávidos de noticias, ya que sus cartas son leídas, a menudo, en ruedas cordiales recordándoles.
Le diré que me alegra nuevamente leer sus conceptos que figuran la imagen del escultor, del artista y del hombre Barlach. De su acento campesino, de su aspecto gótico.
Aspectos dominantes en la obra del escultor alemán capaces de impresionar sensiblemente al artista Seoane, cuyos caracteres nutricios, campesinos y góticos, siempre me impresionaron como constantes en su obra, espiritualmente actuales.
Barlach con sus expresiones desgarrantes justifica, en mi opinión, el calificativo de “de protesta expresionista” que Ud. oportunamente recuerda. Su doloroso misticismo tiene la forma que le corresponde. Forma expresiva. Su estilo plástico.
Me impresiona saber de sus afinidades y amistad con Kathe Kolwitz, cuyo arte trasciende, quizás más, por su profundo realismo, que lo hace más accesible a mayor número de gentes. Sin embargo, esas dos expresiones de arte tienen un fondo conceptual común. Lo gótico y lo campesino, como el gran arte popular gozan de una gran actualidad. Documentado en un hermoso libro que tradujo José Luis Romero La gran Claridad de la Edad Media. Hace tiempo que yo rastreaba los comienzos del humanismo, no en el Renacimiento, sino en la Edad Media en mi último viaje por Europa, en Italia tuve una gran revelación. En Florencia, en el museo de la catedral, vi unas esculturas de mármol, obras de Arnolfo di Cambio, escultor y arquitecto de Santa María dei Fiore. La concepción plástica de su escultura tiene una forma tan luminosa y tan plena que no tiene equivalentes en el Renacimiento. Fue compañero de Giotto y de Pisano, con quien colaboró en varias obras.
Fue el antecesor de Della Quercia, el escultor de la basílica de San Petronio de Bolonia. Sin embargo, se le conoce como arquitecto.
Acerca del posible misterio de lo bueno o lo malo que hacemos, del misterio de los orígenes de las imágenes personales que motivan las meditaciones finales de su carta que contesto, me recuerdan parejas observaciones que me hacía Alfredo Guttero en su carta desde Florencia.
En efecto, nuestras imágenes suelen tener sus orígenes en realidades ensoñadas, a través de viajes, o ya sea de los “paisajes interiores” que el atavismo desarrolla en nosotros oscuramente; precisamente los que nos han impresionado y nos modelan todavía mediante la intuición.
Serán ésas las huellas invisibles para el ojo común que están actuando, creando un medio complejo de poderes íntimos? Entre las cuales están estas divagaciones mías.

Hasta siempre, les digo a Ud. y a Maruja, con los mejores recuerdos míos y de Germaine.

Falcini