PROXECTO EPÍSTOLA

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TEMÁTICA: O home que marcha I [Giacometti]

[obra plástica] Bronce de 1961 obra de Giacometti. É unha das esculturas emblemáticas de figuras humanas escuálidas de Giacometti; mide 183 centímetros de alto e é unha rareza polo seu tamaño. Na actualidade pertence a unha colección privada.
Epístolas
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Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1963-06-19
Carta de Seoane a Falcini. 1963
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Falcini. 1963 en 19/06/1963


Madrid, 19 de junio de 1963

Sr. Luis Falcini
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Hace bastantes días recibí su carta con las novedades de Buenos Aires y de ustedes. Estábamos en vísperas de venirnos a España a donde llegamos hace tres o cuatro días para encontrarnos con un tío nuestro que reside en Méjico, tiene 82 años y está en ese país desde cuando usted puede imaginarse. Hasta ahora hemos andado siempre con él y los otros familiares que residen aquí. No hemos visto nada de lo que nos rodea, no hemos estado con nadie que no fuese de nuestra familia y revivimos en nuestras conversaciones la Galicia de hace un cuarto de siglo. Aunque personajes anónimos, pertenecemos, parece, a la historia. Una historia vaga, confusa, de polémicas lejanas, escaramuzas callejeras, guerras y destierros. Resultamos un poco fantasmales y pueriles para los sobrinos más jóvenes.
Ellos tienen ahora, como teníamos nosotros hace muchos años, fé ciega en lo que hacen, piensan y en lo que consideran seguridad en los medios. Nosotros tenemos igual fé, pero un tanto gastada por los desengaños y el tiempo. Somos tres generaciones los que nos reunimos a charlar, separados por un lapso aproximado de un cuarto de siglo de tiempo entre las tres, y no acertamos a tener una visión común de esta vida actual. Nos une sin embargo una misma libertad en el juicio y una misma actitud negativa y anárquica que parece distinguirnos de siempre para cualquier disciplina. Una actitud que quizás llevamos transmitiéndose en la sangre desde épocas muy remotas. Que pervive por una especie de memoria ancestral de una libertad perdida, no sabemos cuando o muy lentamente a través de generaciones.
Pero no es de esto de lo que quería hablarle. Antes de salir de Ginebra vimos una exposición de óleos y esculturas de Giacometti que el año pasado llevó el premio de la Bienal de Venecia. Confieso que me interesó poco. Su pintura me pareció revuelta y sucia y muy sabida de memoria en su insistencia. Algo más su escultura si no me pareciese que ella nos trae la presencia de algo putrefacto y muerto. Entre El hombre que marcha de Rodin y El hombre que marcha de Giacometti, existe un abismo de vitalidad. En Rodin está verdaderamente la marcha del hombre y se dignifica la fuerza del hombre y de la marcha. En Giacometti es el hombre vencido quien parte y se trata de algo enfermizo o así lo aparenta. Es posible que muchos no estén de acuerdo conmigo. Lo que prefiero de él son las pequeñas esculturas.
Le agradecemos mucho las noticias de esa. Estamos sin más noticias que la de Le Monde que aquí, ahora, nos enteramos, no llega todos los días. Esta es una carta rápida.

Saludos a sus familiares y abrazos a todos los amigos de Maruja y míos. Usted reciba de los dos uno fuerte:

[Seoane]

1970-06-16
Carta de Seoane a Rey Romero. 1970
Bos Aires
Madrid
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Rey Romero. 1970 en 16/06/1970


Buenos Aires, 16 de Junio de 1970

Sr. D. José Rey Romero y Flia.
Madrid

Mi querido amigo:

Llegamos muy bien a Buenos Aires y estamos de nuevo plenamente incorporados a la ciudad nutriéndonos de cine y exposiciones. Está celebrándose una importante de Laxeiro, retrospectiva, con alrededor de ochenta óleos algunos de hace casi cuarenta años. Cuando más me gusta la pintura de Laxeiro es cuando trabaja con libertad, dejándose llevar por su instinto de pintor, por su humor, cuando aprovecha aquello que puede ser la trama de un cuadro, boceto o líneas surgidas del azar, y que para otro pintor se convierte en la obra de él, en fundamental, en el cuadro mismo. Cuando juega o se deja llevar por el juego. Cuando me interesa menos es cuando hace sus Florisel, ese niño de la flauta que le gusta repetir, tocado de montera que tanto atrae, parece, a los conserveros de Vigo. Están abiertas varias exposiciones muy buenas, una de arte africano, espléndida. Yo estuve exponiendo en la ciudad de Rosario, la segunda ciudad argentina, sin saberlo. Fue organizada por la Galería Bonino, a la cual pertenezco. Hemos visto algunas estupendas películas, Z que no nos explicamos como pudieron dejarla exhibir pues, los hechos acaecidos en Grecia, antes del golpe de Estado de los coroneles, son parecidos a algunos ocurridos aquí, y en España, y en casi todas partes. Otra, La caída de los dioses, muy buena también, y La Vía Láctea de Buñuel, que se inicia con unas vistas panorámicas de Santiago, con la calle de las Huertas donde nació Isaac y finaliza con otras a la llegada de los dos peregrinos franceses a las cercanías de Compostela. La película es muy buena pero difícil de entender para quienes no conozcan bien la historia del Camino de Santiago, las herejías, las discusiones teológicas que se produjeron desde el siglo VIII y desde antes y los milagros que les ocurrían a los peregrinos. El tiempo se mezcla y junto con la evocación de Prisciliano, nada veraz, aparecen personajes del siglo XVIII, otros siglos y actuales. Los múltiples milagros que ocurren en la película se le escapan al público y es que, en general, los milagros en nuestra época apenas son percibidos por las multitudes y cuando éstas creen percibirlos son, creo y, en general, falsos. Uno en soledad o con muy poca compañía, va percibiendo milagros y encontrando misterios. El mundo es un milagro y uno, cada uno, cada hombre, constituye un misterio al que pueden ocurrirle desde luego milagros. No lo pienso así por mi origen católico sino más bien por mi origen gallego, mi más antiguo origen pagano. Pero todo esto es para hablarlo algún día en Madrid o en La Coruña. Nos gustó mucho la Vía Láctea, aún con un Priscilianismo antipático.
Todo esto es para dar noticias nuestras de los primeros días de Buenos Aires y un pretexto para agradeceros todas las atenciones que habéis tenido con nosotros en Madrid. Os estamos muy agradecidos. Sentimos únicamente no haber visto a Rosendo. A mí me hubiera gustado verlo para decirle lo que me gustó su “espantallo”, que me parece algo más que un “espantallo”, una versión de El hombre que marcha de Rodin o de Giacometti. Simplemente otro hombre que marcha.
No queremos aburriros más. Recibid todos, Pepe, Luisa, Isabel, Beatriz, José María, un abrazo grande de:

[Seoane]