Proxecto epístola

----

Atlántida

Fondo: Luís Seoane depositado na Fundación Luís Seoane.

Revista publicada en Arxentina pola editorial Atlántida.
Epístolas
3 mencións
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Carta de Cuqui e Alicia Ortiz Alonso a Luís e Maruxa Seoane. Sen data
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Cuqui e Alicia Ortiz Alonso a Luís e Maruxa Seoane. Sen data


Queridos Luis y Maruja:

Digo lo que Maruja, que ya Ote os cuenta lo más sobresaliente de por aquí. Os recordamos constantemente y no hay cosa agradable que hagamos o que veamos que no digamos “¡cuánto disfrutarían los Seoane aquí!”. Precisamente hoy, al ir con nuestra cestita a recoger las judías verdes de la huerta, pensamos en lo agradable que sería recogerlas en vuestra compañía. El maíz está divino y los tomates no los vamos a dar comidos, así que Maruja no te olvides de mandarme la receta de la mermelada.
Ote enseña en los cursos de verano, además hace armarios para libros que son verdaderas obras de arte, atiende al huerto, escribe para Atlántida, etc., así que siempre se le ve ocupado con una cosa o con otra. Yo tengo bastante que hacer con esta casa tan grande, subiendo y bajando escaleras todo el día, alguna clase particular de español y esta debilidad nerviosa que ya me viene fastidiando desde hace varios años, pero que ahora me fastidia mucho más. La que lo pasa bien es Cuqui, este es el sitio apropiado para criar chicos, ya que casi todo es campo y hay muchas facilidades para hacer deportes. Todos jugamos al tenis en los campos del College; yo, con el deseo de ver si mejoro, Ote con el de disfrutar del deporte y hacer ejercicio y Cuqui, con el de ver si aprende bien y nos gana a los dos, lo cual no tardará mucho en suceder.
Enhorabuena a Luis por el cuadro que debe ser muy hermoso y por la exposición del libro gallego, cosa de mucha importancia. ¡Qué lastima que no podemos ver nada de eso!
¿Cómo van los amigos y que sucede por ahí? Sacando vuestras cartas y las de algunos otros amigos, no tenemos la menor idea de que pasa en Buenos Aires. Yo no leo apenas los periódicos, en general me desaniman mucho y unos días te levantan el ánimo hasta el cielo y otros te hacen caer al abismo precipitadamente, así que he decidido caer sin ayuda de nadie.
Escribid, ya sabéis que somos sentimentales, que os recordamos mucho y que vuestras cartas nos dan una alegría muy grande.

Alicia y Cuqui

Carta de Otero Espasandín a Luís e Maruxa Seoane. Sen data
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Otero Espasandín a Luís e Maruxa Seoane. Sen data


Queridos Maruja y Luis:

Ya Alicia os explica las razones por que no os he escrito antes. Aparte del trabajo del colegio, que es mucho y continuado, estoy terminando la ampliación de un libro para Atlántida, que debiera haber entregado hace cosa de un año. No hago otra cosa que ir de casa al colegio y viceversa. Los ciento diez o quince alumnos me dan bastante que hacer con las calificaciones, corrección de trabajos, etc. Con esto no me queda tiempo para disfrutar este delirio de colores de los parques y montes vecinos. Tampoco he podido ir a Pittsburg a ver la exposición anual de la Carnegie, donde se dan los premios. Y sobre todo no he podido darte mi parecer sobre la monografía. Lo haré en cuanto saque de en medio lo más urgente, pero aun así te diré que echo de menos en ella a Uganda la desconocida o una de esas acuarelas de Buenos Aires que he visto en tu casa. También discrepo en ciertos pormenores de elección, pero acepto tu fallo, claro está. En conjunto, me parece una espléndida representación de tu labor. Manda cuanto antes uno o dos ejemplares a Homer Saint-Gudens, Carnegie Institute, Pittsburg. Es el director de la sección de bellas artes del instituto; puedes ponerle a un ejemplar una dedicatoria sencilla y un tanto diplomática o circunspecta; el otro ejemplar puede ser para la biblioteca. ¿Qué pasa por ahí? Aquí hay un barullo infernal con la campaña de las elecciones. Por fortuna, aquí apenas repercute y no perturba las sonrisas y opiniones habituales de alumnos y profesores. Muchos recuerdos a tu familia íntegra, a Mariano Gómez, Dieste, Cuadrado, Farias, Sirio y Mallea, y así hasta el infinito. Abrazos muy fuertes y cordiales.

Otero

1948-11-13
Carta de Otero Espasandín a Luís e Maruxa Seoane. 1948
Waynesburg
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Otero Espasandín a Luís e Maruxa Seoane. 1948 en 13/11/1948


[Manuscrito:] Waynesburg, 13 de noviembre de 1948

Queridos Luis y Maruja:

Hace cosa de un par de semanas hemos enviado a Maruja Salgués un paraguas para Maruja, obsequio de Alicia y Cuqui, y un chaquetón de trabajo de los que aquí se estilan, para Luis de mi parte. Tuvimos ya acuse de recibo de Maruja, a punto de poner el pie en el estribo en el ómnibus para Nueva Orleans, de modo que, a menos que algo anómalo ocurra, os llegará con ella (o ellos). Hemos comprado lo mayor que encontramos, y si bien está de acuerdo con las medidas que nos enviasteis, no nos sentimos muy seguros de que la gran humanidad de Luis quepa dentro. (Esperamos que no habrá susceptibilidad por su parte a estos comentarios, tanto menos cuanto que yo mismo estoy echando una barriga espléndida esta última temporada como consecuencia de un casi claudicante sedentarismo desde que la huerta entró en estado de letargo con la otoñada). Esperamos que para Navidad estarán ahí, y si bien la estación en que os encuentran no es la más apropiada para sacarles partido de inmediato, todo es cosa de tomar precauciones con la polilla y esperar el cambio de estación. Aquí a estas alturas estamos tiritando ya, con las estufas encendidas casi noche y día, y no tardarán en aparecer las primeras folerpiñas de neve. No sé cómo se me vino a las mientes esta palabra, pero nada tiene de particular escribiéndoos a vosotros. Por otra parte, estoy cada día más enzarzado con las palabras vernáculas, aunque cuento con poco material de información en este minúsculo Waynesburg. Por cierto, acabo de perdirle a Trelles, el de Atlántida, la gramática histórica portuguesa de J. Nuñes que acabo de encontrar anunciada en un catálogo de la librería Panamericana de Buenos Aires, Lima 707. Pero volvamos al tiempo. Los árboles acabaron de desprenderse de sus espléndidas galas otoñales, más espléndidas en general que las de primavera. Yo nunca vi hojas como éstas de aquí. Algunos días salimos Alicia y yo de paseo y a cada paso nos deteníamos para admirarnos de los colores de las hojas, rojas de óxido, amarillas, anaranjadas, castañas, verde amarillentas... algo imposible de sugerir en palabras. Y luego la terrible exclamación: “¡Si estuvieran aquí Luis y Colmeiro!...” Este paisaje es algo sorprendente. Uno cree haber visto mucho en España y fuera de ella, y tiende a creerse autorizado a hablar de paisaje. Pero de pronto le ponen delante de un rincón del mundo o de un pedazo de mar y acaba por reconocer que, de hecho, aquello no lo has visto nunca.
Aquí el ambiente parece mucho más encalmado con el transcurso de las elecciones y con el jarro de agua fría que le echaron a muchos millones de americanos y los ánimos que dieron a bastantes más. Ojalá esto entre ahora en un período de paz interior y se pueda otear el horizonte sin sobresaltos para bien de todos, sin excluiros ni mucho menos a vosotros, cuya situación nos angustia. Habéis recibido una carta mía para Dieste, cuyo paradero desconozco. En una suya me hablaba con gran optimismo, que ojalá se confirme, sobre todo en sus promesas literarias. En el catálogo de la Librería Panamericana está anunciado el libro de Poseidón ilustrado por Luis con los Autos de Gil Vicente. ¿Qué tal salió la impresión de los dibujos? Voy a ver si lo encuentro en alguno de los muchos catálogos que me mandan de Nueva York para adquirirlo; y bien sabe Dios que me arrepiento de n haberle arrancado a Merli la promesa que hizo de regalarme uno de los originales. Creo que Luis debe ilustrar más libros de la Edad Media, como el Libro de Buen Amor, el Conde Lucanor, La Crónica Troyana, los primeros libros de caballerías y cosas por el estilo por ese complejo de humanidad que encierran. Claro que si no lo ha hecho, la culpa no es suya, pero quien vea a Gil Vicente, Quevedo, Gobineau, las leyendas gallegas y sus cuadros incluso, no podrá menos de maravillarse de su fidelidad al espíritu legendario de esa larga y soberbia época donde hirvieron a borbollones todos los fermentos de un mundo todavía agitado y en trance de partos colosales. Vistas las cosas con cierta perspectiva histórica nos muestran cuán lejos nos encontramos –por fortuna– de haber agotado o racionalizado ese torrente de pasiones, pecados, sueños, alegrías, hambres, pestes, crímenes, santidades, heroísmos, traiciones, altanerías, humillaciones,... que Luis ha visto y ve tan magistralmente. ¡Quién tuviera un milloncejo de dólares en la mano! No sé si conoces, Luis, una edición de Gil Vicente publicada en Madrid por Carolina Michaelis de Vasconcelos. La he visto anunciada en alguna parte y creo que debe interesarte, pues hay en ella muchas cosas ignoradas hasta entonces. Yo tengo el libro editado ahí por Molinari, pero aparte del texto, que es precioso, poco dice sobre la época, que debió ser interesantísima, el estado de la lengua y otras cosas que la Michaelis no dejará de tratar.
Hemos recibido un número de La Nación enviado por unas amigas inglesas de Alicia, y por él vimos que a Castañino le han otorgado el primer premio en la exposición nacional o casi así. Nos alegramos mucho por ser un camarada ideal; ahora recuerdo muy bien aquella tarde memorable que pasamos en su casa todos juntos, vosotros, Varela, Alonso, etc. Me trajo a la memoria a Castañino sus elogios del cuadro de Luis pintado para Melella, que debe ser soberbio, como si todos los suyos o todos mejor dicho, sobre todo este que aquí tenemos, el San Eros, la santidad de la Edad Media del cuento. ¿Cuándo hacéis una fotografía y nos la mandáis? Melella es un gran fotógrafo o al menos tiene muy buenas cámaras y amigos fotógrafos, que le harán cuantas fotos quiera. Y aquí rabiamos por ver ese cuadro, aunque sea descolorido.
¿Sabéis algo de Ayala? A propósito, el retrato de Nina es muy original y muy fiel a lo profundo del modelo. Pues bien; le mandé una traducción de un artículo escrito por una profesora de aquí sobre el Premio Nobel de Literatura, así con mayúscula, y nada sé de él, como no sea lo que Luis me ha dicho: si se tratara de algo mío, me tendría sin cuidado, pero trátase de una persona que no tiene por que poner demasiado crédito en mi palabra. Si lo veis, decidle que, francamente, si le interesan el trabajo y las condiciones económicas –cinco ejemplares o seis de la revista para mandar al autor y a sus editores, pues así lo han exigido– que me lo devuelva. No es impaciencia personal, sino refleja; la autora quisiera verlo publicado pronto, sobre todo ahora con ocasión del premio otorgado a Eliot, y por mi parte quisiera verme al margen del asunto. Esto es todo. Decidle a Perrota que se ha expuesto aquí la Cantata y que gustó mucho a estudiantes y profesores, sobre todo las reproducciones. Estoy pensando en la manera de hacer una exposición en petit comité en mi sección de español de los libros de Luis. Pertenezco como miembro honorario a una de las fraternidades de estudiantes, la Kapa, Sigma, Kapa –esto será para vosotros, como para mí al principio, un galimatías– y espero que ella patrocine la idea. Ya os diré.
Bueno, jóvenes, no os quejéis de esta carta escrita con la mesa de trabajo hecha una leonera. Muchos abrazos de vuestros Oteros.
Recuerdos a vuestros padres en primer término y a la interminable lista de amigos, sin olvidar ninguno, de nuestra parte. Escribid.

[Otero Espasandín]