Proxecto epístola

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lettres françaises, Les

Fondo: Luís Seoane depositado na Fundación Luís Seoane.

Publicación literaria creada por Jacques Decour e Jean Paulhan en Francia en 1941 durantela ocupación nazi e desaparecida en 1972. Logo do fin da II Guerra Mundial permaneceu na órbita do Partido Comunista Francés, até que en 1972 lle retirou o financiamento.
Epístolas
6 mencións
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Carta de Varela a Seoane. Sen data
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Varela a Seoane. Sen data

18 de julio

Querido Seoane:

Esta nota –la que acompaña– la escribí hace 20 días, pero antes de echarla me echó a mí la gripe en cama, hasta ahora que lentamente voy saliendo.
Ya no podré, creo, ir este año a Buenos Aires. Élida me dijo que Maruja la llamó, y esto me tiene intranquilo. ¿Qué pasa? Vi, entre gripe y pereza , uno de tus cuadros, –la jarra– maravilloso, puro, alegre, sereno, hondo. ¡Cómo te envidio! Lo que más recuerdo son esos azules, entre grises y blancos, tan luminosos. (¿Procedentes del Minotauro en la playa?). Cuando me escribas, si comprendes y perdonas mis aplazos, dime cómo andan las cosas de Arturo, con Nova, y las vuestras con Botella, pues corren rumores alarmantes.
No dejes de comprar, si llega a esa, Lettres Françaises. Es una manera, quizá la única, de ver ciertas cosas. Si no, avísame, para que te lo haga llegar.
Parece que Dieste y Carmen pasan unas vacaciones en bicicleta. ¡Qué sacrilegio! ¡Felices ellos, con sus máquinas inglesas! ¿Cómo están tus negocios londinenses?

Abrazos, estoy cansado.

Lorenzo

1948-10-25
Carta de Serrano Plaja a Seoane. 1948
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Serrano Plaja a Seoane. 1948 en 25/10/1948


25-10-48

Querido Seoane:

Hace unos días, recibí tu carta y, tan pronto como puedo, quiero ponerte unas letras aunque no sean, propiamente hablando, contestación exacta y precisa a las diversas cosas que me preguntas. Y antes de ello y para empezar, también deseo decirte que me ha alegrado mucho tu carta así como el estado de ánimo que me deja entrever. Estupenda la correlación de precios que me dices que nos permitirá trabajar más fácilmente. Estupenda, igualmente, tu gestión para buscar otros capitales. Y aunque te agradezco mucho la delicadeza de preguntarme si me parece bien lo que hayas hecho, dicho se está que me parece doblemente bien por el solo hecho de hacer así. Por lo tanto y una vez que digo eso, no tomarás a impertinencia, ni con respecto a ti –en ningún caso– ni con relación a nadie en particular, que te haga un aclaración –aclaración, que no reserva– y que es la siguiente: así como en lo material ni me importa ni me preocupa una participación en los hipotéticos beneficios de nuestro negocio de cuantas personas, por una u otra razón, deben participar –y aún sin deber en ello– si me agradaría que en la parte de trabajo, a la hora de tener que tropezar con dificultades, etc., tuviéramos que tener relación de responsabilidad con el menor número de personas posible. Y aun no sólo de responsabilidad, sino de colaboración. En un plano abstracto, yo diría que casi me gustaría que, una vez tú aquí, fuésemos tú y yo, de ser ello posible y siempre que tú estuvieses de acuerdo, quienes tuviésemos las tareas de dirección, ya que de una manera concreta, además somos quienes vamos a encargarnos de ello. Repito que no debes ver en ello más que eso que se dice del ideal remoto, etc., y no motivado por causa alguna que yo pueda explicar muy bien en este momento, sino por una especie de misantropía –¿se dice así la manía de no encontrar mucho gusto en ver a mucha gente?– que a veces me hace dudar de mi capacidad (para) sostener relaciones claras y abiertas con la gente. Dicho esto, que encomiendo desde luego a tu juicio y discreción, tú, a la hora de tener que organizar legalmente papeles y cuestiones, resolverás contando, desde luego, con mi confianza mayor. ¿Necesito insistir en lo infundado de todo esto?
Bueno, paso a hablar de otras cosas. La cuestión vivienda, claro que es lo más grave. En cuanto a pensiones y precios, me enteraré tan pronto como pueda y te diré lo que sea. Por otra parte, ahora comienza a haber muchos anuncios de venta de departamentos a treinta y cuarenta mil francos por pieza. Lo cual no significa que sea una ganga –sobre todo porque, al parecer, los de esos precios no tienen comodidades. Pero eso puede darte una idea. Desde luego no siendo en París mismo, yo sé que es mucho más fácil y, si Palmeiro que tienen muchas más relaciones prácticas que yo en París te ayuda seriamente, tampoco creo que insoluble, aunque sí, complicado. Por el momento, y pese a que yo averiguaré lo (que) pueda, insisto en que todo plan debe de estar basado en el supuesto de que para empezar habríais de resignaros a hacer vida de hotel –pensión– durante cierto tiempo y luego volver vosotros mismos.
De cuestiones generales y políticas. En lo de ser buen o mal momento con relación a la vida material de aquí, no creo que ya en este momento de la historia se pueda hablar de eso. Todos son buenos o malos, según se quiera. Clave, en esto días, ha vendido absolutamente todo lo que tenía pintado en París, hasta el punto que para conservar un cuadro suyo, ha tenido que comprarlo el mismo. La vida sube, siempre; pero, como dices, eso parece que ocurre en todas partes, de manera que hay que suponer que todo se arreglará. Además porque, al subir la vida, suben los precios automáticamente, claro, y nosotros haríamos como todo el mundo, dicho se está. En lo político de aquí, estos días se está ventilando una crisis decisiva; yo creo que del resultado de las huelgas mineras depende, provisionalmente al menos, toda la situación. Si esta, de un modo o de otro se estabiliza, así quedará; si estalla la guerra civil, ya lo verás por los periódicos. Yo –aunque a lo mejor para fastidiar mi pronostico el destino me desmiente– no creo en ella. En cuanto a la otra guerra, aunque ni Truman ni Stalin se toman la molestia –ya sabes que son unos groseros– de comunicarme su opinión, supongo que a ti tampoco, tampoco creo, ni la gente que se tiene a sí misma por bien informada, que pueda haber guerra –salvo imprevisto– antes de algunos años –tres o cuatro como mínimo–. Pero, naturalmente, todo esto es pura opinión, como bien se te alcanza –que, por lo demás, tampoco tú me pedías otra cosa–. Entre tanto, lo que sé es que ayer Elsa Triolet en la fiesta que aquí es equivalente del Día del Libro o algo así vendió libro por valor de un millón setecientos cincuenta mil francos entre las cuatro de la tarde y las ocho y media de la noche; que París, haciendo abstracción de todo lo demás, de las famosas procesiones que van por dentro, etc., está maravilloso en un otoño hasta ahora suave. Que hay dificultades para todo, evidentemente, pero que la gente vive como si no las hubiera –lo cual puede ser igualmente avestrucismo, si luego resulta que hay guerra o simple buen sentido, si ocurre que no la hay y que no valía la pena estar preocupados por fantasmas: vaya usted a saber.
Hace poco días, ha llegado Ussía. Pero aún no le he hablado ni le hablaré de nuestro proyecto hasta saber en que estamos ahí en lo de Coppola y demás. Por la importancia que concedo a su posible aportación, hasta diría yo que casi sería preferible –siempre que se pueda– aplazar este aspecto hasta que ya hubiese algo mandado: creo que sería mucho más positivo y eficaz. Tú me dirás lo que piensas en la seguridad de que, en principio, yo tengo la mayor confianza en la gestión que pudiera yo hacer con él.
Y ahora, para terminar esta carta, te quiero hablar de dos cosas. Una, de carácter personal, es un favor que tengo que pedirte. Y que, aunque sea un poco molesto y aburrido, cuento contigo, estoy seguro, para realizarlo si es posible: imagínate que de un libro que yo escribí, y de cuyo nombre quisiera olvidarme, lo he intentado en vano, y que siempre me ha molestado, ahora necesito recordarle: Avila Camacho ¿te puedo pedir que me busques, con la prisa que te sea posible, unos cuantos ejemplares –mínimo tres, máximo cinco– y que me los envíes por avión? El libro en cuestión está editado por Americale, editorial que no sé si continúa existiendo. No sé si se encontrará el libro o si lo habrán tirado a la basura. Ahora lo necesitaría, me sería muy importante –por razones surrealistas– tenerlo y, por tanto, te encomiendo esa lata –dicho de esta que de la parte material no, y que espero que me digas lo que sea y que allí o aquí, como te sea más cómodo a ti, arreglaremos la cosa–. Aunque te parezca pintoresco, insisto en que para mí es algo importante, de modo que en función de la importancia te agradeceré que me digas lo que hay de esto y que, de ser posible, me envíes los libracos tan pronto como puedas, por avión.
La otra cosa de que quiero hablarte, por el momento no lo hago aún –aunque dentro de muy pocos días espero que ya no será necesario– en el plano de la mayor confianza, puesto que aún no hay nada concreto: ocurre que los checos aquí hacen un seminario literario, que tiene toda la mejor colaboración de París –de los escritores de izquierda, el mismo grupo de firmas conque cuenta Les Lettres Francais– y probablemente me voy a encargar yo de hacer la misma revista en español, para América. Dispondría, en ese caso, de toda la colaboración francesa y aparecida en francés, más el material en español que yo buscaría en América entre americanos y españoles refugiados, para publicar en la edición española y también en la francesa que se hace aquí en París –lo cual creo que interesaría a mucha gente–. Como te digo, aún no es seguro, peor es muy probable y en la semana que viene voy a saberlo con certeza. Dispondré de medios, se pagará bien. Se enviará en principio ahí, a Montevideo, a México y Caracas. El problema más serio sería el envío que habrá de ser por avión seguramente, lo cual es carísimo. La revista se llamará Paralelo 50 y en español, para empezar saldría una vez por mes. Como ves, sería muy interesante en sí mismo, pero además para nosotros tendría, creo, un doble interés, por la posibilidad que nos daría, si anda bien, de tener un medio de contacto con los medios literarios de esos países. Si se concreta el asunto, te escribiré enseguida para pedirte una mano, en el sentido de que, mientras esté ahí, me ayudes a todo lo que de organizar la distribución ahí y en Montevideo, me des consejos que te parezcan útiles en todo lo referente a eso y en la busca de colaboraciones, así como en la publicidad y difusión de la revista. Para ello, en cuanto sepa algo más concreto, te enviará ejemplares de la revista en francés. Creo que en algunos periódicos me podrían dar la clásica manita o empujón. Y luego, desde otro punto de vista, estoy seguro que tendría el apoyo político que merece. Aunque, como ves, esto aún no es demasiado preciso, me gustaría que me dijeses qué te parece. Yo empezaría a trabajar pronto en todo ello, pero la revista no aparecería hasta marzo, para coincidir con el verano ahí. ¿Crees que tendrá alguna posibilidad? A mí me parece que una vez que lectores y escritores se percaten de que se les ofrece en español un revista mensual que es semanal en París y que tiene las mismas colaboraciones que aquí alguna chance, como dicen aquí, no deja de tener. Ya me dirás tu opinión. Por el momento, no lo comentes, puesto que repito que aún no hay nada fijo.
Y con esto termino. De mi personalmente, tendría tanto que decirte que más vale no decir nada, porque si no sería el cuento de nunca acabar. Si como espero y deseo vienes pronto, ya tendremos ocasión de hablar, y por los codos. Ah, añado una noticia: se hace aquí estos días una exposición de la Resistencia española. Entre el poco material interesante que hay, se cuentan muchos libros que personalmente he prestado yo y que se exhiben en la rue de Recamie entre ellos, los de Dieste y el de Varela. Díselo. Acaso les resulte agradable saberlo.

Un abrazo para Maruja y para ti de vuestro amigo

Arturo

[Manuscrito:] No sé si anoche, cuando escribí esto, me acordé de decirte que ahora trabajo ya en el Liceo, que me quita no poco tiempo. Hasta pronto. Abrazos.

1963-05-12
Carta de Scheimberg a Seoane. 1963
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Scheimberg a Seoane. 1963 en 12/05/1963

Domingo, 12 de mayo 1963

Querido Seoane:

Recibí su carta del 30 de abril –que debe haberse cruzado con una mía del martes 16 de mismo mes–. Allí, en mi carta, después de darle noticias de la iniciación de nuestra temporada artística y de las sombrías perspectivas que nos deparaba nuestra absurda y confusa situación política, le prometía para una próxima carta hablarle de Biografía Precoz1de Evtouchenko –que leí con verdadero interés y deleite. Pero las cosas de aquí están cada vez más enredadas y sería absurdo que pierda y le haga perder tiempo con comentarios que Vd. debe adivinar, pues que en este aspecto (el que sirve de leit motiv a la biografía de Evtouchenko –y que constituyó repetido tema en las Memorias2 de Ehrenburg) siempre hemos coincidido. En la interesante interviú que en Letres francaises precedió a la dicha biografía precoz, dice Evtouchenko que el hombre comunista tiene la obligación de denunciar el error donde lo descubra (y más si se trata de fraude o mala fe) y con más razón –dice– debe hacerlo el poeta–sin preocuparse del uso que de esa denuncia puede hacer el enemigo. Y así es, en efecto. Con el pretexto de cuidarnos de servir al enemigo, se pretende –a menudo con mala fe– de acallar una crítica justa –sin darnos cuenta que con ello hacemos un doble daño: el de ocultar una verdad y el de provocar la sospecha en cuanto decimos después. En este sentido, talvez el aspecto más vulnerable que ofrece la obra de Ehrenburg es el de haber callado cosas que no pudo ignorar y que debió denunciar. Pero dije que no iba a hablarle de esto. Ya tendremos ocasión de hacerlo en otro momento más propicio que éste que estamos viviendo aquí, en nuestro país. Estamos acercándonos a grandes pasos a un gobierno militar y no sería extraño que esto suceda mañana mismo, antes de que tenga tiempo de despacharle esta carta. Y lo peor es que no hay perspectiva de evitarlo, ni posibilidad. Los partidos (y esto es algo más de lo mucho que le debemos a Frondizi) están divididos y desarticulados, sin saber para dónde enderezar; y algo parecido le pasa al movimiento obrero, internamente dividido por intereses de fracción y gobernados por dirigentes venalles –y en el mejor de los casos, cobardes– Todos los días leemos nuevas proclamas y declaraciones –que casi siempre sólo sirven para disimular intenciones. A menos de 2 meses de la fecha señalada para las elecciones, Rauch se descarga con un memorial en el que exige –como condición para posibilitar las mismas– aparte del cambio de todo el equipo civil de Gobierno, la modificación de todos los códigos, y no sé cuántas cosas más. Todo esto sería para reír si no fuera tan trágico. Un ex-diputado radical amigo, el doctor Carlos E. Cisneros, me recordaba hace apenas algunos días, a propósito de lo que nos está pasando, la envidia conque no hace aún más de un par de décadas le hablaban de nuestro país en los demás de latinoamérica... Y pensar que ahora, hasta en el Congo africano le hablaron despectivamente de la Argentina al ingeniero Casella en un viaje que acaba de hacer no hace más que algunos meses. Y a la descomposición de los partidos se una la falta de hombres que puedan significar siquiera una esperanza. La desorientación, el desconcierto, son totales y sólo Dios sabe cuándo saldremos de esto –y cómo!–. Entretanto el pueblo sigue inconmovible, indiferente a todo –como si en este juego nada tuviese que ver: una insensibilidad y una indiferencia que alarman. Creo que somos uno de los pocos países donde el asesinato de Julián Grimau ha pasado casi inadvertido. Solamente una protesta del Centro Gallego y de una agrupación republicana; y nada más. Ni una protesta de nuestra prensa aborregada –que apenas si se hizo eco (y nada más que por un prurito profesional) en la sección de lo telegramas de las muchas protestas habidas en el extranjero –sobre todo, en países de Europa–. Me imagino de la magnitud de éstas, que han obligado a Franco a prometer que en lo sucesivo esos juicios van a ser sometidos a jueces civiles y no militares. Después del asesinato, la burla. Entre las pocas cosas que se han filtrado en nuestros diarios, es interesante la carta que le ha dirigido a Franco el doctor Galarza al día siguiente creo del fusilamiento de Grimau. Ah, si tuviésemos aquí gente de ese coraje!.. Pero para qué derramar inútiles lágrimas cuando lo que se necesita es el valor de arrojar piedras. Que es el que nos falta.
Ya ve Vd., querido Seoane, mientras Vd. y Maruja deambulan por esas calles de Ginebra, la calvinista, a la busca de Dios, nosotros aquí lo andamos buscando para que nos salve: Y como en el caso de Vds., no lo encontramos –o, como en la filosofía kafkiana, se nos cierran los caminos cada vez que más parece que nos aproximamos a Él. Dios te busca!, se titula, según su carta, el folleto que le entregó la salvacionista suiza en el día de Semana Santa que a Vd. y a Maruja se les ocurrió la peregrina idea de buscar a Dios... Y si fuera que no nos busca en realidad, por qué en su estúpida vanidad de Todopoderoso para nada nos necesita? De todos modos, gracias por el paseo a través de calles y vidrieras de Ginebra que con Vds. he hecho. Y si en esto estuviera la razón de ser de Dios? Un pretexto nada más para buscarlo y así buscarnos?
Y aquí voy a terminar. Deseamos saber cómo le va a Vd. en sus cosas y cuáles son sus perspectivas, aunque confiamos en que todo les andará bien –como Vd. y Maruja se lo merecen–.
En lo que a mi se refiere, estoy cada vez más acorralado por preocupaciones de orden profesional –que de nada provechoso me proveen y sí sólo de dolores de cabeza que no me dejan tiempo ni lugar para pensar en cosas mejores. Y lo peor es que creo q’ como las del país, no tienen salida (por lo menos visible).
Aída, que recibió la segunda carta de Maruja, tenía el propósito de escribirle; pero, desgraciadamente, no está ahora en las mejores condiciones de ánimo para hacerlo: van a hacer para dos semanas que se le ha agravado la sordera –y ahora de ambos oídos. Está en tratamiento y esperemos que, en el peor de los supuestos, todo esto no vaya más allá de la necesidad de usar de audífonos. Mientras tanto, casi no salimos. A los amigos tampoco los vemos casi. Esperemos, sin embargo, q’ todo se andará y que nuestros males no duren los cien años del pronóstico popular...
Gracias, Seoane; gracias, Maruja, por vuestras hermosas cartas. Sigan escribiéndonos y téngannos al tanto de cuanto les acontece. Aquí los extrañamos.

Abrazos, etc.

Scheimberg

Ah, espero la tapa para mis Cartas europeas, 1958. –Vale–.

1. O autor refírese á obra Autobiografía precoz de Eugène Evtouchenko
2. Trátase da obra Gentes, años, vida: Memorias, 1921-1941 de Iliá Ehrenburg.

1963-10-15
Carta de Sofovich a Luís e Maruxa Seoane. 1963
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Sofovich a Luís e Maruxa Seoane. 1963 en 15/10/1963


Buenos Aires, Octubre 15 de 1963

Estimados Luis y Maruja:

Se han perdido 3 cartas nuestras, dos mías y la tercera de Chola –también pudiera ser que una empleada del Estudio que estuvo poco tiempo por cosas similares se haya guardado el estampillado y tirado las cartas– de cualquier manera lo lamentamos mucho porque en una de las cartas les anunciábamos el cercano aumento de la familia –guardamos reserva durante muchos meses por razones obvias– y, a nuestra vez, nos llamo la atención la falta de respuesta vuestra.
Pablo David Sofovich y Balza nació, un poco apresuradamente, el 18 de Septiembre a las 15 horas. Es un bebe precioso que nos llena de alegría y nos impulsa hacia la vida con sus ojillos redondos y sus manitas incontroladas. Pesa ahora 3,5 kg, mucho cabello castaño claro, y sus ojos serán de color castaño verdoso, dedos largos y seguramente será alto y delgado. Lo de Pablo David no tiene nada que ver ni con Picasso no con mi padre y, a lo más, sólo es resultado de la unidad, tan de moda, entre el viejo y el nuevo testamento.
Chola está estupendamente bien y ya nos estamos solazando con la expectativa de los domingos en Ranelagh que pasaremos junto con Uds. –Tiene pocos días de diferencia con el varoncito de los Goldstein –también nacido antes de tiempo– y que están muy bien y muy contentos–.
Tuvimos noticias de Uds., las vicisitudes y éxito de la exposición de grabados por Lorenzo y una carta que nos mostró Sarita; nos alegramos mucho y esperamos las carpetas anunciadas. No dudamos tampoco del próximo éxito madrileño.
La vida porteña sigue complicada entre la lucha por sobrellevarla, la expectativa política, las noticias artísticas, el asombro por la nota de Lassaigne en Lettres Francaises sobre el Salón DiTella, ubicando la pintura argentina estilo Siam Di Tella en un plano internacional; la renuncia de R[omero] Brest a la dirección del museo, motivada superficialmente por las imposiciones de la donación C. B. del Quiroz –32 cuadros de kilómetros cuadrados de extensión y que deben exponerse todos juntos y permanentemente– y explicada en el fondo, como así lo admite en el texto de la renuncia, por su ingreso como Director General o algo así de la misma Fundación Di Tella.
En una de las cartas perdidas, informaba sobre cuestiones económicas: quedaron levantados todos los pagarés de Impositiva, cobré el segundo trimestre de intereses de Bernárdez y ahora cobraré el tercero, cobré también $10.000 más de la Hebraica y con fecha 29-7-1963 giré $10.000 (4.363 pesetas) a La Coruña, San Andrés 162, por vía Banco de Vizcaya. Pagué hoy a la administración Goldstein $3.732 por un impuesto municipal sobre el departamento. Con todo, una vez efectuada la cobranza de Bernárdez, tendré aproximadamente $30.000 que Ud. dirá si los giro o que hago con ellos.
Si no hubieran retirado las pesetas informadas y tuvieran problema, me avisan así desde aquí obtengo la transferencia a Madrid.
Estuvimos a punto de mudarnos al mismo edificio de Uds. en la calle Montevideo, pero, aunque el precio era conveniente, no pudimos solucionar con el Ing. Goldstein la financiación de la operación y ahora nos hemos mudado a Guemes 3273, 8º piso, es un departamento muy lindo, no muy grande, pero funcional, con mucha luz y grandes ventanales a la calle. A la salida del ascensor, se da a un palier cuyas paredes están cubiertas por un plástico color madera muy bueno, al encenderse la luz, asalta los ojos del visitante su hermoso grabado de las gaviotas que queda estupendo sobre el fondo de madera y estoy por inventar un procedimiento con poxipol para evitar el entusiasmo de cualquiera que se quiera robar el grabado.
Supongo que alguien les habrá contado ya la nueva actividad del Fondo de las Artes, actividad que ojalá hubiera iniciado antes, concurre a todos los remates importantes de cuadros y con asesoramiento de Payro compra las piezas importantes en subasta que reparte luego entre todos los museos del país. Así, han ingresado al Museo de Buenos Aires excelentes cuadros de M. Laurencin, Roua[u]lt, Renoir, Matisse, etc. que salieron a la venta en los remates de la colección Palanza y otros, (creo que a Roualt le falta alguna vocal).
Bueno, mis queridos amigos, esta carta no se perderá porque la llevaré yo mismo al correo, espero vuestras noticias y consideren que estamos junto con Uds. cuando inauguren en Madrid.

Un abrazo de

Sofovich

1963-11-20
Carta de Scheimberg a Seoane. 1963
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Scheimberg a Seoane. 1963 en 20/11/1963


Buenos Aires (Amberes 980), novbre. 20/ [1]963

Querido Seoane:

Muy poco tengo para comunicarle. Casi no vamos Aída y yo a exposiciones y actos. Lo primero, porque estamos un poco fatigados de la monotonía de las muestras, en que siempre parece que uno volviera a ver cosas ya vistas y revistas –lo que no sería muy grave; lo grave es que se trata de cosas que con verlas una vez ya sobra. Talvez soy un poco injusto con nuestros artistas –sobre todo, cuando pienso que han merecido crónicas elogiosísimas de la crítica extranjera (entre otros, una de Lassaigne –jurado para el concurso de Di Tella de este año– en uno de los números recientes de Letres Francaises). Lo segundo, porque no quiero hacerlo sin Aída –que no mejora de su sordera y, lo que es peor, no tiene posibilidades de mejorar, y es poco probable que pueda usar audífonos. Sin embargo, hemos tenido un año abundante en exposiciones y rico en actividades culturales. Una noticia que seguramente le agradará: acaban de otorgarle a Borges el premio instituido por el Fondo de las Artes (este año para literatura) de 500 mil pesos –como premio a su abundante y meritísima labor de escritor.
Pero no es este el motivo de esta carta. El motivo es: 1º, estar presentes Aída y yo con Vd. en el día de la inauguración de su muestra en Madrid; 2º, felicitarlo muy efusivamente por su Toro Jubilo o Júbilo (o como se diga –según apunta Vd. en su poético y erudito prólogo) y por su Meco o don Juán gallego, perseguido al final por los maridos agraviados en vez de la sombra del Comendador: en uno y otro caso, para gloria y salvación de la institución matrimonial. Hermosas las leyendas y no menos los grabados.
Escríbanos de las cosas de España; y también Maruja, cuyas cartas son saborosísimas y a las que Aída siempre espera poder contestar. Y a propósito de España: Qué pasa con Bergamín y los 101 restantes? Por aquí y por ahora las cosas no van del todo mal. A pesar de las amenazas venidas de afuera, de la visita de [Averall?] Harriman y de todas las presiones, los contratos petroleros han sido anulados. Ya es algo. Lo que vendrá después no sabemos –aunque tengo siempre la esperanza de que Ilia (sin acento, como él lo quiere) hará un gobierno digno –y lo que es más importante, honesto. Que Dios nos oiga. Y nada más por ahora. En vez de vaticinios quiero escribir sobre hechos y sucedidos.
Los esperamos pronto (qué hay de su exposición en Suiza?) y para quedarse entre nosotros. Entretanto, un grande abrazo y besos de Aída y míos para Maruja y Vd. y un saludo de todos los pocos amigos a quienes vemos. Chau.

Scheimberg

1978-11-21
Carta de Seoane a Zuleta. 1978
Bos Aires
Mendoza
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Zuleta. 1978 en 21/11/1978


Buenos Aires, 21 de noviembre de 1978

Dra. Emilia Zuleta
Mendoza

Estimada Dra. Zuleta:

Recibí su carta del 6 de este mes y agradezco la autorización que, a través de la gentileza de Raúl Castagnino, solicitaba para reproducir su trabajo en una editorial gallega. Es el primero que conozco sobre Correo Literario, una revista que tuvo eco popular, sobre todo en Argentina y Uruguay, durante la Segunda Guerra Mundial y que aspiraba, ocupándose de literatura y arte, de no olvidar las preocupaciones más fundamentales de entonces, por las que el mundo se había dividido y también nuestro país. Dejó de publicarse cuando podía continuar su labor, al ser presionados por quienes podían hacerlo, para imponernos un cambio de propósitos en los fines de la publicación y, por tanto, en nuestra misma conducta.
Le pedí a Raúl Castagnino, común amigo, le escribiese a usted por los derechos de su trabajo, pues, por lo valioso y por lo que afecta al conocimiento de una empresa que desconocen las nuevas generaciones, nos interesa hacer una edición en Galicia ilustrada con algunas fotografías de su página. Es decir, ilustraríamos su trabajo acompañándolo de un prólogo referido a nuestros deseos, entonces, de incorporarnos al desarrollo cultural de Buenos Aires. Varela, Cuadrado y yo procedíamos, militando en partidos distintos, del autonomismo gallego y creíamos, seguimos creyendo, en las diferencias regionales creadas por herencias culturales e históricas distintas. Queríamos afirmar la situación cultural de cada uno de los países americanos y su aporte diferencial a la cultura universal. No conseguimos, seguramente, realizar nuestros propósitos. De usted procede el primer ensayo importante que prueba que tuvieron eco nuestras inquietudes, que se prolongaron en las colecciones de libros, Buen Aire, que fundamos en Emecé dedicada al pasado argentino, y en Mar dulce, más dedicada a la América de origen español y portugués, que fundamos en la Editorial Nova.
En su trabajo, dos errores, nada importantes, como el considerar seudónimo el nombre y apellido de Lorenzo Varela, se llama Jesús Lorenzo Varela, el Lorenzo es uno de sus nombres de pila; suponer a Cuadrado fundador sólo de la editorial Botella al mar, cuando lo fuimos él y yo, que con Cuadrado la dirigí, además, durante bastantes años. En Correo Literario, los tres firmamos también con seudónimos, Lorenzo Varela firmaba Felipe Arcos Ruiz; Arturo Cuadrado, Alberto Denia; y yo, Maximino Brocos y Conrado Alén, y los tres, cuando no con los seudónimos completos, con iniciales.
De hecho su trabajo, constituye, para quienes les es imposible encontrar actualmente esa revista, un reflejo de una parte de las actividades culturales del Buenos Aires de hace acerca de cuarenta años. Sería muy importante que usted, que hizo tan excelente trabajo en torno a Correo Literario, lo continuase con Lettres Francaises, que dirigió Roger Callois; Domani, dirigida por Vita Frinzi y las alemanas de entonces, de las que puede dar noticia el crítico de arte Sigeard Blum. Aquí, en Buenos Aires, falleció exiliado el poeta proletario alemán Paul Zech, trabajó el grabador y dibujante Clement Moreau, seudónimo, no recuerdo su apellido alemán, y también falleció el crítico de arte de esa nacionalidad Hellmuth N. Bachmann, que publicó un libro interesante, Solitarios del arte. Vive la gran fotógrafa Grette Stern que puede también aportar noticias. En Correo Literario, de ese grupo de alemanes, colaboró un hombre de gran cultura, escritor muy recogido en sí mismo, Werner Bock. Usted podría ser la persona que pudiese probar como en Buenos Aires, como Nueva York, fue, seguramente, durante la última guerra, a pesar de muchas dificultades, una de las capitales de la cultura del mundo occidental.
Volviendo a los derechos de su trabajo. La condición que usted pone a su nueva publicación será cumplida rigurosamente. El prólogo lo haré yo y se referirá a la preocupación de los refugiados gallegos y españoles por incorporarse a este país y a la obra que intentaron realizar.

Saluda a usted con un saludo cordial y agradecido:

[Seoane]