Proxecto epístola

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Figaro, Le

Fondo: Luís Seoane depositado na Fundación Luís Seoane.

Xornal de Francia, o mái antigo de tirada nacional dos que aínda se publican. Foi fundado o 15 de xaneiro de 1825.
Epístolas
5 mencións
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1958-06-24
Carta de Scheimberg a Seoane. 1958
Nova York
París
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Scheimberg a Seoane. 1958 en 24/06/1958

París (Hôtel Quai Voltaire), 24 de junio [1]958

Amigo Seoane:

Me he tomado esta tarde unas pequeñas vacaciones para escribirle. Pensaba hacerlo en Santander, antes de abandonar España –para despacharle la carta desde Hendaya, por temor a que fuera abierta y que la mención de nombres de los amigos de España pudiera crearles a estos alguna molestia (lo sucedido a a Del Riego es para tenerlo en cuenta); pero las cosas se dieron en tal forma que no pude cumplir con mi deseo. Al llegar a París, el día 19, me enteré de la muerte de Maside y Vd. no se imagina todo lo que me ha conturbado esta noticia. Aunque sólo cambié con él algunas palabras, pues su estado de salud (como se lo dije a Vd. en una postal despachada desde Santiago) le impedía casi hablar y no había mejorado, cuando unos días después fui a despedirme de él, su muerte me impresionó como si se hubiera tratado de un viejo amigo mío. Y es que todos sus amigos, nada más que por serlo nosotros de Vd., nos recibieron, a Aida y a mí, como si hubiéramos sido amigos de toda la vida. Y yo se lo agradezco ahora. Si en toda España no me he sentido en ningún momento extraño, en Santiago nos hemos sentido, Aída y yo, como en n/ propia casa. Cuánta cordialidad y calor humanos hemos hallado en sus amigos! Era a nosotros, si, pero era principal y fundamentalmente a Vd. a quien agasajaban. Aquí –es decir, en Galicia–, se lo quiere a Vd. talvez como a ninguno. Y yo me alegro de que así sea... Cuando cruzamos el Miño, en la frontera que separa a Portugal de España, a Aída y a mí se nos apretó el corazón y casi lloramos de emoción. El Miño, para Aída y para mí, era muchas cosas juntas: era Rosalía de Castro (cuya tumba visitamos e Santiago, en compañía de Bouza Brey) y era Unamuno, en sus Andanzas y visiones de España y Portugal y eran Vds., Vd. y Maruja. Veníamos de Coimbra, donde durante tres días nos sentimos por un momento estudiantes –aunque un poco maduros– Aída y yo y participamos de los festejos de la Quema de las Cintas, tan particulares y tan llenas de encanto. El paisaje era el mismo (Portugal y Galicia forman casi una unidad –no sólo geográfica, sino idiomática) y, sin embargo, nos pareció distinto. Y lo es en verdad. El paisaje parece que se adulzara y el ser humano es más hondo. Sí, creo que se trata de eso en realidad. En el portugués, talvez, haya siempre algo de teatral, como en el andaluz –aunque en menor medida–; en el hombre gallego no hay nada de teatral. Daría la impresión que se mueve siempre como si estuviera entrecasa, con naturalidad, pero con una naturalidad llena de señorío... Pero, por Dios!, no es de eso de lo que yo quería hablarle, sino de la cordialidad de que nos rodearon sus amigos a Aída y a mí. Con Del Riego y su mujer, Evelina, pasamos dos días deliciosos en Vigo... Y sólo estaba en mi plan quedarnos allí algunas horas! Pero quién se separa así como así, de las personas tan agradables e inteligentes ambos, que rivalizan en agasajarlo a uno? Con Evelina caminamos la ciudad y con ambos, conocimos las comedurías típicas y hablamos de tantas cosas que nos eran comunes. Y luego, Santiago... Llegamos allá el 22 de mayo a eso de las 8 de la noche. Dejamos n/ equipaje en el hotel España y salimos a caminar, Aída y yo, debajo de los soportales, a meternos la ciudad en el alma. Es una ciudad viva, donde las piedras llenas de ancianidad no son un obstáculo. El encargado del hotel se empeñó en que esa misma noche me comunicara con Maside y me presentó para eso a un sobrino de éste, un estudiante que está cursando, creo que el último año de sus estudios de medicina y es aficionado a la pintura. Se llama Carlos. A él le entregué la carta suya para Maside –y por él me enteré de la gravedad del estado de su tío. El pobre no quiso dejar de cumplir con su pedido y comprometió al doctor Bouza Brey para que nos acompañara a todas partes. No creo que muchos hayan tenido un más entendido guía que nosotros. Con él caminamos de arriba abajo Santiago. Y a cada momento, nos repetía: “No dejen de decirle a Seoane que conocieron la calle del Preguntoiro y la iglesia de la Ánimas, y..., y....” así toda la ciudad. En el Instituto de Estudios Folclóricos nos presentó a a P. Jesús Carro. Qué viejecito simpático! Allí en el Instituto guardan todas las cosas que Vd. publica. Por primera vez, creo que no me habría costado ningún esfuerzo decirle padre a un cura, a pesar de mi natural resistencia a hacerlo (y de aquellas palabras del Evangelio que dicen más o menos: “No me llaméis padre; Padre hay uno sólo, y está en el cielo”). Sólo la Catedral la quisimos visitar sin Bouza Brey. Qué majestuosa fábrica romana [sic] la Catedral de Santiago! Y luego, su Pórtico de la Gloria... No menos de seis veces volvimos a verla, a distintas horas y tratando, yo, de no dejarme llevar por recuerdos o sugestiones literarias.... Tiene talvez razón Unamuno cuando dice que aquí no se puede, como con el gótico, hacer literatura. Ni aquí caben distracciones. Y, sin embargo, dos misas importantes que allí, en la Catedral, escuchamos –la que se celebra el 23 de mayo en recordación de la batalla de Clavijo, y una misa del Episcopado (creo que el 25), carecieron de unción mística...
Pero vuelvo a sus amigos. El día 24 estuvimos con el matrimonio García Sabell. Le dejé su carta en el consultorio y unas horas más tarde nos llamó al hotel para que fuéramos a tomar el café a su casa. Qué persona extraordinaria es el doctor García Sabell (y qué hermosa y agradable su esposa)! Había muchas personas a la mesa y se habló de muchas cosas –y de todas era de ver y oír con qué precisa exactitud hablaba García Sabell. Al llegar a la casa y ver allí tanta gente reunida casi lamenté haber ido, pero luego sentí –después de casi 3 horas– tener que marcharme. Tiene una extraordinaria biblioteca con raras y lujosas ediciones de literatura y de arte, y pinturas y dibujos seleccionados con un finísimo gusto. Como recuerdo de ese día, para Vd., hizo firmar a los presentes una foto en que él –García Sabell– está en su Consultorio, con la pared del fondo cubierta con los estampados que le editó Bonino a Vd.. No se la envié desde España –y sí lo hago ahora, por temor a que se perdiera. El único que allí desentonaba era un socialista ,Tarul o Marul, que decía una sarta de banalidades en un tono que habría envidiado Lerroux –y a quién García Sabell había pedido que me informara sobre las cosas de España. En un momento dado, García Sabell le corto el discurso para mostrarnos la biblioteca y las pinturas, y todo terminó bien... Felizmente en España hemos tenido mejores informantes que ese presuntuoso y trasnochado socialista: lustrabotas, mozos de café, un changador en La Coruña, un maquinista de la RENFE en el camino de Salamanca a Madrid, un conductor de automóvil en Santander, etc., etc. En la misma mesa de García Sabell, un señor Briones de Villa García de Arosa. Estos socialistas tan fuera de época y que no sirven ni para colgarlos de la pared! (Ahora, al releer las firmas, veo que se llamaba Martul)... Pero me estoy perdiendo en detalles sin interés. Abandonamos Santiago, Aída y yo, con verdadera pena, dejando amigos y cariños. Y me fui a despedir de Maside, sin sospechar que se nos moriría pocos días después. Para Vd. me mandó un gran abrazo, un emocionado abrazo. Ahora, al transmitírselo, pienso que él presentía que era el último...
Y luego según n/ desfile precipitado: La Coruña, con su Torre de Hércules, a cuyo faro ascendí hasta el punto más alto –celebrando así a mi manera lo que Vd. celebró en dibujos de sabia caligrafía y Rafael Alberti en emocionados versos; León, cuya catedral sigue siendo un milagro de ligereza, y su Igl. de San Marcos –de un románico sobrio y cuya capilla funeraria conserva en su cúpula unos frescos sólo equiparables a los del Museo de Arte antiguo de Barcelona. Y luego más, Zamora –en que todo, o casi todo, es románico y en la que el reloj del tiempo pareciera haberse detenido. Y Salamanca, que para mí estaba llena de recuerdo de Unamuno; y, sin embargo, en esta España de Franco sólo se ha salvado de él el hermoso busto en bronce de Victorio Macho (y una cabeza en bronce, de la misma obra, en Madrid, en la Academia de San Fernando). Con quienes intenté hablar de Unamuno, o no sabían mucho de él, o temían hacerlo, y hasta el aula donde en 1920 le escuché dictar una de sus clases de filología ha desaparecido. Sólo el chófer que nos condujo de Santander a Irún tuvo un recuerdo emocionado para Unamuno; y era nada más que un obrero del volante!.. En Madrid estuvimos con Maíztegui (políticamente muy bien ubicado) a quien hicimos llegar su carta y con quien caminamos y hablamos mucho. Debo volver sobre las emociones experimentadas frente a Goya, y Velázquez, y el Greco? En cada sitio nos fuimos despidiendo como si fuera la última vez que vamos a verlo. En Madrid, al salir de San Antonio de la Florida, visitamos una vez más el Manzanares y con Aída nos juramentamos que volveríamos, sí, a España –pero acompañando a los españoles del exilio y para danzar todos juntos sobre los podridos restos de Franco... Yo no sé si se puede crear sobre el odio; pero cuando pienso nada más que en lo que en España tenemos oído sobre este grotesco payaso de la historia que es Franco, empiezo a creer que el odio es casi un deber. Odiar, sí, y hasta la muerte. Hay que formar el gran ejército del odio contra los enemigos de la vida. Cómo se comprendería en España a un nuevo [Mateo] Morral! Pensándolo serenamente, ya sé que no sirve de mucho el atentado individual; pero qué satisfacción se sentiría si alguien hiciese estallar por los aires a esa carroña. O es que solamente los tiranos tendrán derecho a disponer de la vida de los demás y nos hemos de horrorizar si alguien les revienta a ellos los huesos? Desvarío, pero, Seoane, hay que haber oído todo lo que llevamos oído en España y pensar en este pobre pueblo que se muerde los codos de rabia ante su propia impotencia –y que nos venga luego con reflexiones académicas sobre la buena táctica política. El atentado individual, sí, ya lo sé, no es solución –pero a veces puede ser una lección; y el tiranicidio, en cualquier caso y en última instancia, siempre será una medida de higiene para el mundo... Desgraciadamente creo que habrá Franco para rato –y solamente un vuelco total en la política internacional podría precipitar su caída. Se producirá ese vuelco? Lo espero. Pero, cuándo?.. Yo he recogido datos sobre lo que ganan los obreros y los empleados en España y lo que cuestan los artículos de primera necesidad. Pensaba mandárselos a Vd., pero, después de reflexionarlo, me parece tonto hacerlo. De qué le serviría a Vd.? Bástele eso: el pueblo está cada vez peor y las cárceles no se vacían. Todos los días se filtran noticias de nuevos procesos y nuevas condenas, mientras los rufianes de la prensa ensayan nuevos ditirambos para el Gran Payaso. Es un asco! Y termino, Seoane. Lea en los diarios españoles la “interviú” que acaba de hacerle a Franco un periodista de Le Figaro; produce náuseas...
De otras cosas quería hablarle, y ya ve, siempre se cae en lo mismo. Pero algún día eso deberá terminar. Terminar... Es lo único que ya nos queda por pedir.
Si en otro momento llego a estar más tranquilo (y aquí, en Francia, con De Gaulle, no es como para estarlo) le escribiré de otras cosas. Esta vez, perdóneme. Sepan, Vd. y Maruja, que están en nuestro corazón –y que, para Vds. y para nosotros, deseamos un mejor porvenir.

Los abrazamos

Scheimberg

P. D. He retenido esta carta hasta hoy, 25, y al fin me decido a mandarla; no sabría que cambiar en ella, o si destruirla del todo. Esto lo dejo a su arbitrio…Y adiós.

S.
1. O autor éstase a referir ás obras Por tierras de Portugal y España (1911) e Andanzas y visiones españolas (1922) , mesturando os títulos.

1963-05-06
Carta de Núñez Búa a Luís e Maruxa Seoane. 1963
Madrid
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Núñez Búa a Luís e Maruxa Seoane. 1963 en 06/05/1963


6-5-63

Queridos Luis y Maruja:

Ya estoy en Madrid. Mi paso por París fue muy rápido. Vi a Colmeiro. Bien. Anda en un congreso internacional por lo de Grimau. Hay delegados de toda la Europa Occidental. Leí una nota de Mauriac en Le Figaro muy buena. Con Colmeiro está Emilia Calviño, con quien cené el viernes, me dijo que cuando pases por París, si pasáis, le llames. Avenue Franklin Roos[e]velt, Nº 61 - Teléfono ELY7038 (oficina) o BAL5413 (casa). Es una gran persona.
Me gustaría proyectar contigo una empresa que intentase hacer, para España al menos, algo parecido a lo de los daneses. Si estos de aquí lo viesen, yo intentaría capital de Argentina. Habría que tener al menos 6 millones de pesetas. ¿Por qué no me escribes sobre esto? Yo le daría forma comercial. Quiero salir de la Argentina. Creo que no solo lo gallego. (Hay en otras regiones españolas mucho popular y que puede ser punto de partida para cosas nuevas.- Yo voy a explorar el ánimo mercantil de algunos amigos de aquí. Escríbeme aquí antes del 15.
No pude ver a los Alvajar. Le escribiré a Amparo explicándole el desencuentro con su hermano con quien hablé 2 veces por teléfono.

Abrazos

Pepe

1964-01-01
Carta de Seoane a Varela. 1964
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Varela. 1964 en 01/01/1964



Madrid, 1 de enero de 1964

Sr. Lorenzo Varela
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Hace sólo pocas horas que estamos en 1964. Hemos llegado a este año antes que vosotros. Toda Europa dormía cuando ahí sonaron las sirenas del puerto y nosotros también dormíamos cuando seguramente brindabais porque fuese un año de fortuna para todos. Pero cuatro horas antes habíamos brindado nosotros por todos los amigos de ésa, por un 1964 venturoso y por la amistad. Seguramente, a esas horas os encontrabais en el café Moderno de Maipú o en el Jockey de Florida, o en cualquier otro. Eran las ocho de la tarde en Buenos Aires. Madrid en estos días es un bosque de pinos con luces de colores, poblado de Belenes. Los escaparates de sus comercios constituyen una insolencia de riqueza incluyendo al establo al que hace homenaje. Pero ahí van noticias:
Acaba de publicarse un libro titulado Les bleus de Picasso, en el que se recoge y reproduce la obra de la época azul del gran pintor. El prólogo es de Jaime Sabartés, actual director del Museo Picasso de Barcelona, instalado en uno de los palacios más antiguos de la ciudad mediterránea, que fue restaurado recientemente y habilitado para museo por el ayuntamiento a fin de reunir la obra de Picasso en España, y cuyo fondo lo constituye en su mayor parte la donación de Sabartés, amigo de casi toda su vida del pintor, secretario de éste durante muchos años y autor de varias monografías sobre él.
Alrededor de la exposición de Goya en Londres, Claude Roger Marx publica en Le Figaro Litteraire de la última semana del año 1963 un artículo que se titula Goya y Picasso, donde establece la relación y diferencias existentes entre los dos grandes pintores españoles y universales. También por estos días los diarios de España que dedican grandes páginas al éxito de la exposición de Goya en Londres, compuesta en su mayoría por óleos, grabados y dibujos enviados por el Museo del Prado y distintos museos europeos hasta totalizar 340 obras, anuncian el envío de tres obras de Picasso a la gran exposición que prepara el Gobierno de productos españoles en Nueva York. No se sabe bien qué fundamento puede tener esta noticia. Surgió de unas declaraciones vagas del organizador de la muestra. Lo que sí es noticia verdadera el el éxito que obtiene también en Londres la exposición de dibujos de Agustín Ibarrola, que sufre pena en la cárcel de Burgos justamente con diversos intelectuales más, y al que la crítica londinense denomina neo-Goya. Los dibujos están realizados en los papeles humildes y de cualquier índole de que se puede disponer en una cárcel.
Jean Chalon publica una entrevista en París a Victoria Ocampo donde dice de la ilustre escritora: “Pertenece a esa raza de privilegios que encuentran muy natural decir: Ravel me decía..., Borges me contaba..., Paseé mucho con Calery... Quise mucho a Drieu la Rochelle. Nos escribimos mucho. Únicamente la política nos dividía. El decía negro, yo decía blanco. Él se burlaba de lo que llamaba mi moral de institutriz inglesa”. Jean Chalón destaca con este párrafo, sin decirlo, el afán que tuvo Victoria Ocampo durante toda su vida de llegar a constituir una especie de Ghota de lo que ella considera aristocracia intelectual del mundo. En cuanto a la entrevista por sí misma, como tantas otras veces, destaca lo que hizo por la cultura franco-inglesa en la Argentina, como agente de ella, y no da a conocer en Europa el esfuerzo de los intelectuales argentinos, escritores y artistas, por revelar su propio mundo al universo. Y en una Europa de intelectuales muertos por años y sufren desterrados, etc., se refiere al mes que estuvo detenida en una cárcel de Buenos Aires. Algunas mujeres debieran quedarse para siempre en la edad de su belleza. En el caso de Vitoria Ocampo cuando Ramón Gómez de la Serna la citaba en Ismos, no tanto por su talento como por la hermosura de su espalda.
Daniel Rops, el escritor católico francés, descubre ahora que la autora de Una misa bajo el fuego de Viet-Minh, Relato vivido por Than Sou, es Madame Nhu, que lo acaba de revelar doce años más tarde. Este primer premio, creado para la mejor narración sobre la más bella misa, fue otorgado en 1951 y se hará efectivo en estos días. Consiste en 10.000 francos viejos. Than Sou era el seudónimo de Madame Nhu, la dama asiática que fue permanente noticia por sus audacias verbales y su desgracia en el último semestre de 1963.
Los dos más altos premios de poesía de España en el año pasado fueron otorgados a dos jóvenes obreros, un albañil y un repartidor de leche, ambos naturales del mismo pueblo, Tomelloso. El Premio Nacional para poesía fue dado a Eladio Cabañero, que fue albañil en sus comienzos y que sólo acudió en su vida cinco días a la escuela y por su libro María Sabia; el Premio Adonais, el más codiciado por los poetas jóvenes, a Félix Grande por su primer libro Las piedras, aún inédito, que trabajó de repartidor de leche.
En Madrid, está exponiendo la notable grabadora catalana Isabel Pons, que desde hace bastantes años reside en Brasil participando en muestras internacionales de este país. La exposición se realiza en la Sala Neblí y obtiene gran éxito de público y crítica por la calidad indudable de su obra.
Esto es todo por hoy. Seguramente para la próxima semana te enviaré algunas noticias originales sobre música, literatura, etc., españolas de Moreno Galván, Maiztegui, Marcial Suárez, etc.

Un gran abrazo para Marika y para ti de Maruja y mío y otro para todos los amigos que nos recuerdan:

[Seoane]

1970-05-30
Carta de Neira Vilas a Luís e Maruxa Seoane. 1970
A Habana
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Neira Vilas a Luís e Maruxa Seoane. 1970 en 30/05/1970


Habana, 30-5-70

Queridos Maruxa e Luis Seoane:

Supoñemos que están vostedes en Buenos Aires, pero ben sabemos que pode non ser así. Pode ser que estén no norde de América, en Suíza, Alemania, en fin... no mundo, nalgún ponto do mundo anque sempre en Galicia e sempre tamén en Buenos Aires. De cote vos sentimos moi perto de nós, asociados a toda imaxe elevada, a todo feito noble.
Coa presente, vai un recorte de España Republicana sobor do Museo de Arte Carlos Maside. Malia que non puido saír (asegún o director, non coupo) un recadro que prepara coa transcripción dun fragmento dunha monografía escrita sobre arte galego, editada polo Centro Lucense, coido que en 1961, onde vostede apontaba a necesidade dun Museo Galego especializado. Esta creación dagora paréceme estupenda. Colaborarei con vostedes. Ando a percurar artigos e incruso obras. (Dei cun traballo sobor do humorismo de Castelao –José Francés, El Fígaro, Habana 1921).
Na Sección Gallega do Instituto de Literatura e Lingüística da Academia de Ciencias, imos facer unha esposición de Tapas de Luis Seoane, ou Tapas de Seoane, ou Portadas de Seoane (o tiduo xa o veremos). É un centro cultural de prestixio. Ahí fixemos a esposición bibliográfica sobre Castelao, e a de Libros Gallego editados en América (que inda está andando).
De nós? Amais de todo o que supón o traballo neste país en Revolución, un traballo de emoción cotidiana, Anisia anda a escribir narraciós e teatro pra nenos. Eu: ten Isaac pra editar O cabaliño de buxo, e findei unhos poemas Poeta na Habana. Que hai de Cuco rei... (simpático título). Apertas fondas

Neira

1976-07-13
Carta de Seoane a Esther e Lipa Burd. 1976
Bos Aires
París
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Esther e Lipa Burd. 1976 en 13/07/1976


Buenos Aires, 13 de Julio de 1976

Sres. Esther y Lipa Burd
París

Queridos Esther y Lipa:

Recibimos con espectación la carta que nos enviásteis el 1º de Julio. Os extrañamos. Extrañamos las noches de diálogo con vosotros y a veces con otros amigos. Algo que parece ir perdiéndose de entre nuestras costumbres más arraigadas, el diálogo y la discusión. Ya nadie discute ni dialoga. La gente se queda más en casa. Se trata, parece, de un fenómeno universal. Por mi parte terminé de trabajar para mi exposición que se inaugura el 27 de este mes. No puedo deciros como quedará. Tampoco si tendrá éxito o no. La hago porque se trata del oficio que escogí y de él vivo. De buena gana no haría otra cosa que pintar para mí. Ahora mismo acabo de pintar una serie de oleos, son diez de 12 x 10 centímetros, destinada a la muestra de fin de año en Art Gallery y que expondré con acuarelas, algún dibujo, etc. Pero tampoco tengo ánimo para hacer esta muestra e igual me ocurre con la de Mar del Plata. Es posible que me sienta cansado de exponer, de saludar gente el día de inauguración, de ir cada tarde a la galería durante quince días para acicatear a quienes se supone que venden, etc. Quisiera que me gustase la vida aldeana, la soledad, para dejar todo esto. Pero no me queda alternativa. No hemos ido nada al cine, quizás comencemos hoy viendo Dersu-Uzala del japonés Kurosawa, el de Rashomón. El cine es, en mi caso, un modo de escapar a las preocupaciones del día.
Todos los amigos están bien. Se han abierto nuevas galerías de arte y se están celebrando algunas exposiciones espléndidas. Una extraordinaria en Bonino de alfombras hechas por Dándolo y Primi con cartones de tres componentes del Grupo Gravas: Delia Cugat, Obelar y Camporeale. Otra muy buena de dibujos y estampas que sigue a esta, tambien en Bonino, de Di Toto, alguien para mí personalmente desconocido con influencia lejana de Alonso pero creo que más personal. Una indescriptible de Berni con Peralta Ramos y Marta Minujín, tratando de rememorar, en Carmen Waught, al Di Tella. Peralta Ramos hace de momia. Otra muy buena de oleos de Sábat, retratos, con uno de metro y medio por metro y medio aproximadamente, de Romero Brest. Hoy tambien iremos a la exposición de arte brasileño que se hace en el Museo de Arte Moderno. Esto es todo, creo. No, no es todo. La semana que viene sale a la venta una monografía sobre mí hecha por Squirru, con 16 reproducciones en color, utilizando algunas diapositivas tuyas con otras hechas en España y cuarenta y seis en negro. Salieron, en la serie en que se incluye, Berni y Roux. Las diapositivas de España son de cuadros hechos allí. Tambien falta deciros que llevamos quince días de mucho frío. Me hubiese gustado ver la muestra de los simbolistas. No creo que Ensor lo hubiese sido, más bien fué un pintor al márgen de las inquietudes de escuela y que dió lugar con otros al expresionismo. El simbolismo nace con Gauguin y se nutre de las especulaciones parisienses de Elipha Levi y de Madame Blavatsky, del pensamiento oriental e incluso de las Rosa Cruz, hubo un Salón de la Rosa-Cruz. Con ellos puede incluirse a los prerrafaelistas ingleses y si incluyen a Ensor tambien a Munch, otro padre del expresionismo. Con ellos estaban Verlaine y Mallarmé en literatura, aparte de algunas figuras extrañas cuyas caricaturas dibujó André Rouvyere para Le Figaro y que más tarde recogió en álbun. Rouvyere es aquel dibujante de principios del siglo del que me habeis traído un libro de París en vuestro primer viaje.
Esto es todo por hoy. Escribidnos y decidnos cómo van las obras de vuestro departamento. Aquí os recuerdan todos los amigos comunes. Recibid un fuerte abrazo de Maruja y mío:

[Seoane]