Proxecto epístola

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Claridad

Fondo: Luís Seoane depositado na Fundación Luís Seoane.

Xornal editado en Madrid durante a II República. Representaba ao sector máis esquerdista do socialismo español, a facción caballerista, e un dos seus impulsores foi Luis de Araquistáin. Foi fundado o 13 de xullo de 1935 e desapareceu en 1939.
Epístolas
2 mencións
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1971-03-03
Carta de Seoane a Díaz Pardo. 1971
Bos Aires
O Castro [parr. Osedo, conc. Sada]
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Díaz Pardo. 1971 en 03/03/1971

Buenos Aires, 3 de marzo de 1971

Sr. D. Isaac Díaz Pardo
El Castro

Querido Isaac:

Esta vez empiezo yo “sin ninguna tuya que contestar”. Recibí el Borrador de la Memoria de Sargadelos, 1970 y el “Estudio para la incorporación”, etc., todo lo cual me parece muy bien. Te lo escribo por si de algo te sirve mi opinión en estas cuestiones. Sé que estás complicado de trabajo y lamento no serte útil. A mí me está pasando lo mismo aquí. Acabo de terminar una monografía sobre Diego de Rivera para el Centro de Editores. Es una figura muy interesante de los años de entreguerras, aunque a mí no me gusten demasiado sus murales, pero tampoco se puede tolerar los ataques que le hacen actualmente en México gentes cuya insignificancia se destaca por los miles de metros cuadrados de pared que Rivera pintó, también la cantidad es importante cuando se trata de un artista verdadero, y por la generosidad de sus ideales, naturalmente contradictorios. No deja de ser curioso que dos de los personajes más fantásticos, de mayor fantasía del primer medio siglo hayan sido el inglés Chesterton y el mejicano Diego Rivera, de una gordura física patológica los dos. Tuve que hacerla con mucha rapidez porque me llevó tiempo encontrar suficiente material, monografías, memorias, etc., sobre él. Me interesa hacer Rivera para poder dar unos años muy importantes, decisivos, de nuestra época. La guerra del 14 y todo lo que vino después, unido al arte. Son unas cincuenta hojas papel carta que se publica en cuadernos. Para esa misma colección está haciendo Varela un Dalí. Te remito la carta que envié a Irmandade Galega. Tenía que hacer algo. No pude dormir bastantes noches. Se trata de un ataque absolutamente gratuito y canalla que no creo haber merecido. Y todo proviene de mi defensa de Dieste –te ruego que éste no sepa nada– y de haber aceptado integrar la comisión del famoso “Instituto Argentino de Cultura Gallega”, inventando recientemente por el Centro Gallego y al que renuncio, dejándole a Prada y a Martínez Lamela el plan de trabajo que había concebido, que lo hagan como quieran. Creo, por lo que voy sabiendo, que se trata de una maniobra de Valentín para evitar que yo esté en esa comisión, no pudiendo hacer él lo que le da la gana. Parece que también hay en el medio una carta o algo así, de C[elso] E[milio] Ferreiro. Todo es posible, pero no lo creo. Si es así puede conocer una de mis razones contra el tema de su libro Os ananos, pues estos no son únicamente los que no piensan como nosotros, lo sabemos los que llevamos viviendo tantos años entre emigrantes, están también a nuestro lado, y en una colectividad de cientos de miles, apenas se mueven por supuestos ideales de uno y otro bando, mil o dos mil a los que en definitiva solo interesa el control de las sociedades de la emigración.
Escribiendo ésta acabo de recibir tu carta del día 15 del mes pasado. Las cartas que envías desde Sargadelos tardan en llegar de 13 a 15 días, llegan con mucho retraso. También acabo de recibir una de Xosé escrita el 11 de enero a la que tacharon en el sobre la palabra certificado y correo aéreo. Llegó por correo ordinario y tardó casi un mes y medio teniendo, sin embargo, un sellado de 14 pesetas. Aún no llegó Vilanova. Se decía que iba a venir en la segunda quincena d febrero, pero, o no fue así o marchó directamente a Bahía Blanca por los exámenes de marzo. En este caso vendrá cualquier día. No sé para qué me envías esas pesetas, pues prefiero tenerlas ahí y si son para Camilo no tienes necesidad de enviar nada, pues lo que pueda necesitar podemos dárselo. En cuanto al homenaje a Nós, efectivamente, habíamos hablado de hacer una nota en el número que salió, había quedado contigo en hacerla yo mismo pero luego se me pasó. Creo que no en el segundo número como tu propones dedicarlo íntegro al Seminario de E[studos] G[alegos] y a Nós, antes debe hacerse por lo menos otro dedicado a iguales cuestiones que el nº pasado, diseño, arte, artesanía, etc., y concretar en lo posible los aportes a que se refería Valentín en el diseño de embarcaciones pesqueras. Podemos estudiar todo esto en el próximo mes. Claro que en este número segundo también puede dedicarse al Seminario o a Nós, algún trabajo. Por mi parte preferiría, en el caso de Nós, trabajar sobre esta revista, Alfar de la Coruña, Ronsel y Yunque de Lugo, Claridad de Santiago, A Nosa Terra, etc. todo un conjunto para dar una visión panorámica de una época de Galicia. Alfar fue muy importante, por ella entraron en España las inquietudes renovadoras europeas. Me alegro que a Palmás le vaya bien, hoy le escribo. Cuéntame de todos los amigos. Un abrazo para José Luis, Ángel, Palmás, los Dieste todos y uno grande de Maruja y mío para Mimina, Xosé y para ti de:

Seoane

1978-11-28
Carta de Pilares a Luís e Maruxa Seoane. 1978
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Pilares a Luís e Maruxa Seoane. 1978 en 28/11/1978

Madrid, 28 de noviembre del 78

Para Maruja y Luis Seoane
Buenos Aires

También fue una dolorosa y cruel sorpresa para nosotros, para cuantos tuvimos la suerte de conocerle. La noticia nos la dieron, a primeras horas del sábado, Inesita y Marcial...
Vosotros sabéis que, últimamente, ese gran hombre que era Lorenzo Varela solía beber bastante, aunque nadie le podía acusar de borracho. Yo, la última vez que lo vi fue en Sargadelos. Observé que, al igual que en ocasiones anteriores, parecía estar muy lejos de sí mismo, como si quisiera verse libre de los reproches que su inteligencia y su sentido mítico pudieran hacerle, como si pretendiera juzgarse con la liberalidad que suele dar la distancia, como si hubiera renunciado a regresar de un exilio aún más duro que el político y el sentimental. Y como si a pesar de lo claro de tus razones y lo equilibrado de su cerebro tuviera un supremo desdén para cuanto le obligara a trabajar. Era capaz de realizar grandes obras. Y como lo sabía, las daba por echar . Por eso, cuando me dijeron que atribuía a un catarro, a una gripe el cansancio físico que le obligó a consultar a Caldar sobre sus sofocos –y contra el diagnóstico de Caldar– renunció a dudar de la fortaleza de su corazón, y se negó a ser tratado del corazón; comprendí, disculpé y perdoné su última noche...
¡Querida Marujina, querido Luis! Vuestro amigo y hermano en tantísimas penas y alegrías, pasó esa noche sentado en un sillón, sin querer acostarse, mirándose desde todos sus años y todos sus pensamientos y todos sus sueños, escuchando los tenues, los lentos, los últimos latidos de su corazón. Su esposa había luchado por hospitalizarle. Pero él, él ¿cómo podía desconfiar de un corazón que siempre le había servido con tanta fidelidad? Y fue al amanecer cuando cedió, cuando el cerebro le dictó que pidiera una ambulancia. Y en la ambulancia falleció. Hubo que hacerle la autopsia. Fui a verle al depósito, en el siniestro caserón de las cercanías de Atocha, el domingo por la mañana. Allí estaba la dulce y bella Inesita, y un hijo de Marica...
El lunes, hacia las dos, le enterraron. No pude ir. Pilar me contó que estaban los amigos comunes, que Díaz Pardo –llegado en avión– compró una cámara para hacerle fotos... Todo muy triste, muy penosísimo...
Os escribo así porque pienso que es imposible que pueda causaros más dolor del que tenéis. Y porque temo que el veneno de la literatura pueda amargaros más. No he visto desde hace días a los Marciales. No quiero salir. No puedo borrar de mis pensamientos a ese hombre sentado en la última noche de su vida, y me lo imagino rebobinando sus recuerdos, en los que, sin duda alguna, vosotros ocupabais un preferente lugar, en los que tantos caminos, peripecias, estancia y huidas tuvieron señales indelebles de poemas, conversaciones, copas.
Por lo poco que le he podido tratar y por lo mucho que vosotros le habéis tenido, siento lo terrible que será vuestra pena. Porque la mía es y será profunda.
Perdonadme ahora. Sabéis que en la antigüedad se solía castigar ferozmente a los mensajeros que traían malas noticias. Yo he querido, egoístamente, cobardemente, llegar a vosotros después del telegrama fatal, de ese telegrama que nadie quería firmar jamás.
Es tarde, muy tarde, muy noche. Y estoy sentado en otro sillón, oyendo como late mi vivo corazón, en redoble por Lorenzo, por todos. Y estoy temiendo que vuestro perdón venga con lágrimas por mí. Porque ni las merezco, ni las quiero, aunque también las necesito, Marujina, Luis, hermanos del camino y de la posada

Abrazos.

Manuel Pilares

[Anexo.]

Entierro del poeta gallego Lorenzo Varela
Los restos mortales del poeta y crítico Lorenzo Varela, fallecido el pasado sábado en Madrid a consecuencia de un infarto de miocardio, recibieron ayer sepultura. El gran poeta gallego había regresado del exilio hace tres años. Celso Emilio Ferreiro y Varela eran las dos figuras cumbres de la poesía gallega contemporánea. Lorenzo Varela nació en La Habana, en enero de 1915. Estudió bachillerato en Lugo y luego vino a Madrid, donde se incorporó al movimiento de innovación poética y político de los primeros años de la República. Colaboró en la revista Pan, en el diario El Sol. Trabajó en Misiones Pedagógicas con Luis Cernuda y Antonio Sánchez Barbudo. Durante la guerra civil fue redactor-jefe de Claridad, órgano de las Juventudes Socialistas, y colaboró en la fundación de la revista Hora de España. Durante el exilio en México, y luego en Argentina, creó revistas y editoriales. Entre sus obras más importantes cabe señalar Torres de amor, Lonxe y Canción a Picasso. Fue un agudo crítico de arte en el periódico La Razón, de Buenos Aires. Con el gran pintor Luis Seoane crearon un grupo poético-político que influyó decisivamente en las nuevas generaciones gallegas.
El País, 28-XI-78