Proxecto Epístola

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Jorge Pedemonte

Médico arxentino amigo persoal de Luís e Maruxa Seoane.
Epístolas
3 Destinatario/a [1]
Remitente [2]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1977-02-11 Remitente
de Jorge Pedemonte, a Luís Seoane
Bos Aires
Nova York
A Coruña
Transcrición

Transcripción da epistola de Jorge Pedemonte, a Luís Seoane en 11/02/1977


Buenos Aires, 11 de febrero de 1977

Señor Luis Seoane
Paseo de Ronda 15, 6º izquierda
LA CORUÑA. España

Estimado amigo Seoane:

Lamenté mucho que la alienada vida de Buenos Aires haya hecho que me demorara en mi cumplir mi amenaza de juntarnos en casa a comer y mostrarle cómo queda Mujeres sentadas, nostálgicas, exhibiendo su grandiosidad, ahí, solo, en el caballete.
Fíjese que tengo cosas importantes de Castagnino, Cañás, Cogorno, Berni, Policastro, Alonso, un Del Pate chico que es una joyita. Y estos son nombres. Sin embargo, a pesar de mi cariño por toda la obra que tengo en casa, hay dos cuadros por los que siento una predilección especial, que me dicen más que los otros: Un paisaje de Victorica y el suyo, con sus negros, ocres y amarillos, con su composición genial, con todo lo que tiene una excelente obra de Seoane.
Desde que entró a casa, preside el living –el living donde se vive, se escucha música, se charla, se toma un trago– desde su caballete. Muchas veces hablamos de él y muchas veces le dije a mi mujer que ese cuadro tiene la solemnidad o la grandiosidad de un mural. Por eso me alegró, cuando leí el “Seoane” de Squirru, el ver que el crítico dice que usted logra en la dimensión de la pintura de caballete el espíritu del mural.
Frente a Mujeres sentadas, nostálgicas hay una pared con 8 dibujos, algunos de ellos de muy buenos dibujantes: Cogorno, Sabat, Libero Badii. Y junto a ellos está la magnífica cabeza de mujer que usted me regaló. Y también aquí manda el talento y la fuerza de Seoane. Uno mira la pared y se encuentra con un Fellini de Sabat, que es una barbaridad; la Catedral de Chartres con el dibujo exquisito de Libero; un desnudo de Cogorno, de esos que Cogorno sabe hacer. Y al final, uno termina siempre mirando a los ojos de la cabeza de mujer de Seoane.
Todo esto me hubiera gustado decírselo en casa, a usted y a Maruja, gesticulando, señalando, mirando, tocando las obras. Y todo el loquero propio del trabajo de fin de año –especialmente el último fin de año, muy complicado– hizo que los días corrieran y lo llamara cuando ustedes estaban por irse.
Pero siento que se lo debo. Que de alguna manera, tengo de agradecerlo todo aquello que me da lo que usted hizo. Gracias, amigo Seoane!
Cuando sepa que usted recibió esta carta, voy a poder mirar sus mujeres sin que me moleste “aquello que le quería decir a Seoane y no se lo dije”.
Espero que disfruten su permanencia en España. Que sea productiva y feliza en todo sentido. Antes de terminar, un favor: puedo pedirle que si expone por allá se acuerde de guardarme un catálogo? Muchas gracias.

Un abrazo para Maruja y usted.

Jorge Pedemonte

1972-06-12 Destinatario/a
de Luís Seoane, a Jorge Pedemonte
A Coruña
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Luís Seoane, a Jorge Pedemonte en 12/06/1972


La Coruña, 12 de Junio de 1973

Sr. Jorge Pedemonte
Buenos Aires

Estimado amigo:

Le debo a usted carta desde hace algún tiempo, más de un mes. Una respuesta a la suya tan amable y en la que se refería a mi colaboración para Clarín con motivo del fallecimiento de Picasso y a una encuesta de La Nación, que por mi parte había olvidado. Las encuestas en general no son interesantes si el interrogado no es sincero con el que pregunta. En ella creo me refería a las galerías de arte que cobran alquiler de sala a los pintores jóvenes sin ofrecerles clientes y dejándolos librados a ellos mismos en cuanto al éxito de la exposición. Si uno estaba en un época contra la explotación de los conventillos debe estarlo también contra este tipo de explotación. En algunos casos para poder pagar la sala el artista joven debe hacer verdaderos sacrificios, debiendo añadir el importe del catálogo y el dueño de la sala que presume de “marchand”, es decir, de alguien que hace comercio de arte, únicamente vigila su propiedad, la sala. Me refería fundamentalmente a esto, creo, pues no recuerdo exactamente y no tengo el recorte. Lo tendré seguramente en Buenos Aires y lo veré cuando regrese.
Estos días estoy exponiendo en Madrid con bastante éxito 21 óleos y ya vendí seis teniendo alguno más reservado. Muy bien de público y de crítica. De Buenos Aires tenemos muy pocas noticias, las que envían los amigos. Las que se publican aquí nos desconciertan. Están ocurriendo, nos parece, las cosas que preveíamos. Suponemos, sin embargo, que todo será superado y el país volverá a recobrarse. Por lo menos, tengo, por mi parte, esperanza de que así ocurra. De cualquier manera me gustaría saber algo más de Buenos Aires.

Reciba usted y los suyos los saludos amigos y cordiales de Maruja y míos:

[Seoane]

1973-04-23 Remitente
de Jorge Pedemonte, a Luís Seoane
Nova York
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Jorge Pedemonte, a Luís Seoane en 23/04/1973


Buenos Aires, abril 23 de 1973

Estimado amigo Seoane:

En febrero pasado, me llevé su dirección a Necochea y entre los tantos propósitos de vacaciones que no cumplí, estuvo el de escribirle. Le pido disculpas por hacerlo a máquina, pero francamente no quiero torturarlo con mi letra.
Por eso hoy me vine una hora antes a la oficina, cuando todavía no suenan los teléfonos ni aparecen las visitas, para cumplir tanto con ustedes como conmigo mismo, ya que siento verdadera necesidad de escribirles estas líneas.
En primer lugar, por el recuerdo tan grato que Maruja y usted dejaron en nosotros. Y también por agradecimiento, porque su presencia en nuestra casa, donde su hermosísimo dibujo ocupa un lugar preferente, es de esa categoría de cosas que, como decía el poeta inglés, “hacen que la vida valga la pena ser vivida”.
El pasado jueves 19, en el suplemento cultural de Clarín, pude leer su comentario –atinado y justo– sobre la muerte de Picasso y al mismo tiempo admirar a esa cabeza (que me hizo envidiar a Clarín) digna de figurar en una antología de la iconografía picassiana. Es verdaderamente la imagen de la personalidad de Picasso, con toda la fuerza y la potencia que irradiaba. Realmente me pareció sensacional, por la nobleza y la calidad plástica del dibujo, que solamente se consigue agregándole ese condimento que se llama talento. Bravo!
En La Nación de ayer, también en el suplemento cultural, veo una encuesta sobre la pintura en el país, en la que participan, además de usted, Horacio Butler, Samuel Oliver, Córdova Iturburu e Mac Entyre. Me gustó su opinión, tanto por el contenido, que no tiene desperdicio, como por el final, tan “a lo Seoane”, concreto y contundente.
Es una suerte que los medios de comunicación, además de contarnos todo lo desgraciado que pasa en el mundo, nos pongan en contacto con la gente que estimamos y que nos interesa.
Por aquí, como usted se imaginará, estamos todos cargados de expectativas en lo que a lo político se refiere. De todos modos, pertenezcamos a la mitad “si” o a la mitad “no”, creo que tenemos que desear que todo vaya bien y poner el hombro para que así sea. Lo que más quiero es que Dios no nos mande nuevos “salvadores de la patria”; a los salvadores quiero ponerlos o sacarlos yo, pero votando.
En relación con la lámina de Propulsora, hemos tocado el tema, pero muy superficialmente. Como se imaginará, las mismas expectativas de que hablaba antes tienen muy fuera de foco a la ejecutivología porteña. Y en estos temas es mejor ser oportuno. Pienso que después del 25 de mayo, cuando tengamos reglas de juego más definidas, habrá mejor predisposición para conversar sobre arte.
Esperamos que estén disfrutando de las queridas tierras de Galicia y de su gente y que, si tiene algún ratito libre, nos cuente cómo lo están pasando.
A lo mejor otro año que estemos más cerca, podremos juntarnos entre el 28 y el 31 de mayo para brindar por nuestros respectivos cumpleaños. De todos modos, esté seguro que el 31 se brindará en Buenos Aires por Luis Seoane.
Bueno, el tiempo se me ha ido (empezó el teléfono!) y tengo que despedirme. Reciban Maruja y usted nuestros más cordiales recuerdos y afectuosos saludos de todos los Pedemonte.

Jorge Pedemonte

Jorge Pedemonte
Bogotá 21
Buenos Aires