Proxecto Epístola

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Alberto Girri (1919-1991)

Estuda na Facultade de Filosofía e Letras. Na súa xuventude inicia a súa colaboración coa redacción da revista Correo Literario, así comeza a colaborar regularmente no Suplemento Literario do diario La Nación, dirixido por Eduardo Mallea. En 1946, aparece publicado o seu primeiro libro, Playa Sola, prologado por Lorenzo Varela. Sucesivamente publica outros libros de poemas, como Coronación de la espera (1947), Escándalo y soledades (1952), Línea de la vida (1955), La penitencia y el mérito (1957), Propiedades de la magia (1959), Casa de la mente (1968), Árbol de la estirpe humana (1978) e Lírica de percepciones (1983). En prosa publicou as narracións de Crónica del héroe (1946) e Un brazo de Dios (1966), así como o diario que acompaña os poemas de En la letra, ambigua selva (1972). Foi relevante a súa tarefa de tradutor, en especial de poesía en lingua inglesa.
Epístolas
13 Destinatario/a [7]
Remitente [6]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1979-04-03 Destinatario/a
de Luís Seoane, a Alberto Girri
A Coruña
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Luís Seoane, a Alberto Girri en 03/04/1979


La Coruña, 3 de Abril de 1979

Sr. Alberto Girri
Buenos Aires

Querido Girri:

No hemos escrito inmediatamente a nadie. Estamos empezando a hacerlo ahora cuando parece que, en mi caso, quedé más aliviado de trabajo. He pintado unas 50 acuarelas y pasteles y estoy haciendo dibujos de tapices. También preparé dos libros de poemas de Lorenzo Varela que están ya componiéndose en una imprenta de aquí, con la esperanza de que estén impresos a mediados de Mayo.
En cuanto a Galicia, reconocida constitucionalmente el carácter de nación, al igual que Cataluña y Vascongadas, se vive un momento interesante. De Buenos Aires no sabemos apenas nada de lo que más nos interesa. A Francisco Gil de El Ateneo le dejé dinero para la suscripción del suplemento de los domingos de La Nación y me están enviando la edición semanal, sin el suplemento, que no me interesa nada, puesto que las noticias de desgracias son universales y se conocen en el mundo con diferencia de muy pocas horas y tampoco me interesan aquellas otras noticias que no se refieran al movimiento cultural o a inquietudes de este tipo. Todo lo otro me lo da mucho mejor, incluso, el suplemento dominical que los resúmenes semanales. Sintiendo además el placer de leer las colaboraciones de mis amigos y conocidos y de indignarme con algunos dibujos que se publican. ¡Oh, el delicado, finísimo y siempre alabado S....! ¡Tan intemporal hoy y precisamente por esto mismo tan temporal!
Podría hacer un libro que remedase al París era una fiesta de Hemingway, Galicia era una fiesta, escribiendo sobre todos mis amigos muertos en Galicia, si no fuese que algunos lo fueron violentamente y no tendría vocabulario suficiente para expresar mis sentimientos. Uno va renunciando a muchos proyectos que se le ocurren tan pronto se siente solo y en silencio. Galicia es una fiesta si no nos lo impidiese el recuerdo tan cultivado en tantos años de Buenos Aires. Todo esto es maravilloso en sus montañas, en su mar y en sus pequeñas ciudades. Lástima la pobreza que hace que la gente emigre y la que produce la misma emigración. Una pobreza que no se ve en las calles, digna, resignada. Pero, ¿por qué te he de escribir sobre esto? si la pobreza se asienta en el mundo y puedes percibirla de muchas maneras, aún en el orgulloso Berlín dividido de la post-guerra y en la triunfante New York. No quiero escribirte de esto. Tampoco por hoy, de nada más. Recuerdo a todos los amigos, las bromas y las discusiones y la solidaridad que se desprende de todos. Un gran abrazo de Maruja y mío. Escríbenos. Hace dos días le escribimos a Margot.

[Seoane]

1977-07-26 Remitente
de Alberto Girri, a Luís Seoane
Bos Aires
A Coruña
Transcrición

Transcripción da epistola de Alberto Girri, a Luís Seoane en 26/07/1977


Buenos Aires, 26 de julio (un día después del de Galicia) [1977]

Caro Luis:

Te agradezco tu carta y te agradezco que conserves, como lo conservarás hasta el fin, tu sentido de lo fantástico como real y tu sentido de lo concreto como más fantástico que lo fantástico mismo. No creo que haya posibilidades de definir lo que es un artista sino en esos términos. De allí que para mí, directa o indirectamente, hayas salido siempre uno de los poquísimos ejemplos para tener en cuenta y seguir, sea como sea. Hay un punto en el curso de nuestras vidas en que uno ya no sabe bien qué es su esencia y qué es su personalidad, lo adquirido, donde comienza una y donde lo otro; y creo que este momento es el más fértil, tanto en las relaciones personales y con el mundo cuanto en los vínculos que el arte o la vocación a la que ha entregado su vida, en parte a los tanteos, en parte a sabiendas, en parte llevado vaya uno a saber por qué elementos irracionales, genéticos, etc. Esa es, creo la paradoja en que nos encontramos –me encuentro– y en que empiezo a ver con algo de claridad algunas cosas; cómo lo de adentro y lo de afuera de uno son contradictorios y a la vez complementarios, cómo el acto de escribir un poema no es lo opuesto al acto físico de estrecharle físicamente la mano a alguien, sino que es estrecharle la mano; cómo las renuncias que en el orden personal uno ha tenido que hacer, pues siempre optamos (aunque en el fondo pareciera que todo está decidido desde el vamos), han dado a nuestra vida una pérdida en la inmediatez para hacernos ganar en vastedad. La conciencia de eso es, creo, un principio de armonía. Vos la conseguiste porque tuviste la lucidez siempre de obrar con lo real, eso que es, sea material, sea imaginado: pintar un zapallo, un campesino, o ver en la niebla esas figuras es exactamente lo mismo: a condición de que quien lo hace tenga la apertura interna adecuada para conectarse. Aunque la palabra suela estar desmonetizada, eso se llama Espíritu; “Estar bien con Dios” también, si lo prefieres. A mí me costó más y los resultados no sé si son comparables a los tuyos. Creo que ni de lejos. Figúrate, sin tener un ánimo de luchador ante las durezas del mundo, sino casi exclusivamente de contemplador, me tocó desde muy chico de resolver esa contradicción interna, ese espejismo, que la extrema pobreza material plantea: suponer que todo, desde el fracaso de mi padre (fracasó como músico, como comerciante, como sastre), hasta la imposibilidad de asistir a eso que con un siniestro eufemismo se llama “buenos colegios”, se hubiera resuelto por un poco más de dinero. Cuando la verdad es muy otra: el verdadero fracaso es no saber mínimamente qué es uno y a partir de ahí hacer con ese uno mismo ese que le está destinado ser. Creo, en momentos de optimismo, o de dorarme la píldora, o de suponer que soy lo que los demás estimen de mí, que algo he logrado; pero con gravísimos baches, la tristeza de que cada cosa sea siempre el precio de otra, la memoria de lo inmodificable para siempre (verdadera trampa demoníaca) etc. Y no sigo más con esta cháchara sentimentaloide. Pero es que estoy todavía bajo los efectos de haber tenido que hojear ese primer de mi (sic) Obra Poética, y detrás de cada poema hay mucho más, en otro orden de cosas, que lo que allí se lee. Espero que mi próxima sea más divertida. Por lo pronto, quiero le mandes mis saludos, y de los amigos comunes, a Caruncho, excelente pintor y gran persona, transformado en 24 en un porteño total. Buenos Aires, con el mismo fermento de toda clase de actividades culturales que bien conocés, y yo trabajando ahora en mi nuevo libro, del cual tengo ya el título: Árbol de la estirpe humana.

Un gran abrazo para Maruja y para vos.

Girri

1977-07-19 Destinatario/a
de Luís Seoane, a Alberto Girri
A Coruña
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Luís Seoane, a Alberto Girri en 19/07/1977


La Coruña, 19 de Julio de 1977

Sr. Alberto Girri
Buenos Aires

Querido Girri:

Acabo de recibir el primer tomo de tu obra poética y te agradezco mucho la doble dedicatoria: la del libro junto a otra personalidades que estimo como las más importantes argentinas y la manuscrita de la portadilla, exagerada en cuanto dices debes, pues en la amistad se deben permanentemente un a otro y las deudas nuestras la acrecen. Nos gustó mucho tener esta primera noticia tuya después de tu salida de Buenos Aires. Nosotros estamos cada vez más sumidos en niebla, hoy apenas se ve el mar; todo, cielo, tierra y mar tienen el mismo gris blancuzco haciendo resaltar repentinamente una o varias notas de color volviéndolas más intensas. Pero la niebla está asimismo en nosotros y todo se torna confuso. Los fantasmas celtas surgen de esta niebla que todo lo domina, ellos surgen y rápidamente se esconden en ella, como surgen los muertos para dejarnos sus avisos y aún expresarnos sus dolencias, sobre todo morales, las que continúan padeciendo porque dejaron el mundo antes de arrepentirse, “de ponerse a bien con Dios”, dicen en las aldeas, que en eso consiste para ellos el arrepentimiento. Macbeth usa la niebla y la noche para sus crímenes, es un celta escocés, y los mendigos de Valle Inclán escogen la que se hace menos transparente en las encrucijadas de los caminos, junto a los cruceros, para realizar sus porquerías o sus amores. Se trata de un celta gallego. En este momento, en todos los momentos en Galicia, estoy viendo fantasmas. Algunos fueron reales y penan por sus delitos. Otros sobresalen rápidamente de la niebla y tan rápidamente como surgen vuelven a desaparecer entre ella. La lástima es que no se puedan pintar los fantasmas. Ni los surrealistas han podido hacerlo. Sólo, que recuerde, Doré, en algunas ilustraciones, aprovechando el gris claro que podían conseguir los artesanos grabadores en madera. Unos fantasmas más bien góticos y no son así. No se pueden concretar en límites, sus perfiles se confunden en la niebla, se notan más próximos a algunas estatuas de la Prehistoria, perdidos los perfiles y carcomidas por el tiempo las piedras donde fueron esculpidas. Pero, tampoco. No se pueden concretar. Cuando la niebla deja ver el paisaje, esto es maravilloso. A Galicia hay que verla así para encontrarla paradisíaca. Viéndola y no viéndola. Cuando la tenemos metida en el cerebro, es cuando el gallego siente más morriña y está contento de tenerla. Y yo la tengo, lástima que no pueda pintarla.
Cuéntame de Buenos Aires. Dime qué pasa en este invierno en cuanto a exposiciones, espectáculos, etc. Trabajo, aunque no tanto como quisiera y tengo muchas ganas de hablar con todos los amigos de ahí. Hace unos días estuvieron aquí en La Coruña Elena y Baudizzone y los Jonquières. Lo pasamos muy bien. Nos gustó mucho que hubiesen venido. Dimos algunas vueltas por esta parte de Galicia aunque la lluvia nos impidió extenderlas. De Varela no sé nada. Está en Madrid y sólo de vez en cuando hablamos por teléfono. Creo que está bien, según los amigos comunes.
Escribe, cuenta algo. Dime si le gustó el Bestiario a Aurora, etc.

Recibe un gran abrazo de Maruja y mío. A los amigos les escribiremos estos días. Otro abrazo.

[Seoane]

1976-00-00 Remitente
de Alberto Girri, a Luís Seoane
Transcrición

Transcripción da epistola de Alberto Girri, a Luís Seoane en 00/00/1976


[1976]

Querido Partisano del color:

Esta vez la caldera ha hervido como nunca, me parecen admirables tus verduras y tus rocas.

Un abrazo.

Alberto Girri

1975-06-08 Remitente
de Alberto Girri, a Luís Seoane
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Alberto Girri, a Luís Seoane en 08/06/1975


Buenos Aires, junio 8/[19]75

Querido Luis:

Te agradezco tu carta, no solamente porque decís sobre mi último libro palabras que ni yo mismo me animaría a pronunciar, pues ya sabés hasta que punto uno no ve sino muy vagamente qué ha conseguido, qué ha dejado en el camino de ese logro, qué se propuso conscientemente, qué salió en realidad. Te la agradezco porque a través de los años fuiste permanentemente una de las mejores cosas que me deparó la vida como ejemplo de amistad, inteligencia, conducta insobornable frente a la necesidad de que cada cual se justifique, y acaso se salve por lo que consiga hacer hacia adentro y hacia afuera. Me alegra saber, también, que las cosas te han ido bien en materia de trabajo, exposiciones, éxito (Sabat –gran persona y formidable artista– me trajo noticias tuyas). Aquí, todo está convulsionado: la inflación, el alza de los precios, la inseguridad política y de vidas ha impreso en las gentes un aire penoso, una mezcla de frustración, miedo, incertidumbre y hasta como de vergüenza por lo que pasa en esta extraña comunidad donde tantas y tan notables individualidades siguen tratando de hacer lo que pueden, y donde en cuanto se enfrentan o juntan dos empieza el caos. Por si fuera poco, y luego de un proceso alternativamente depresivo y de exaltación que remató en una verdadera locura suicida, acaba de morir H. A. Murena, entrañable amigo de toda la vida, escritor notable, un espíritu excepcional, una noble persona. Uno se pregunta, entre tantas cosas, si el estado general de lo que nos rodea no habrá tenido algo o mucho que ver con ese final a los 52 años. Mientras tanto, para hablarte un poco de mí, te cuento que en esos avatares que a todos tocan ahora les ha dado por considerar que soy un “gran poeta” (sic); curiosamente, la cosa viene, con extraña uniformidad, de la izquierda, el centro, la derecha (alguna vez alguien me explicará qué quieren decir, exactamente, en nuestro país esas tres palabras), de modo que van y vienen los reportajes por Crisis, T. V., Gente, y hasta La Opinión –que te adjunto– donde además llegan, como verás, hasta a pedirme disculpas por haber escupido injustamente sobre un libro mío hace un par de años. Además, y en medio de una especie de consenso general, me concedieron hace unos días el premio de la Fundación Lorenzutti, en pesos que valen poco, pero que para mí siempre son bienvenidos y muchos, dados mis ideales estoicos y de mendigo. Con posterioridad a Quién habla no está muerto, escribí un poema que seguramente te va a interesar y que acaso puedas emplear alguna vez como prólogo a algún catálogo, ilustración o lo que sea, y que te hago llegar. Me gustaría que me escribieras apenas recibas todo esto dándome tu opinión. Te mando para vos y Maruja un fuerte abrazo y otro de Aurora que ya está en París, trabajando, y hacia donde iré –si puede–antes que ella regrese.

Girri

1975-05-20 Destinatario/a
de Luís Seoane, a Alberto Girri
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Luís Seoane, a Alberto Girri en 20/05/1975

Madrid, 20 de mayo de 1975
Sr. D. Alberto Girri
Buenos Aires
Querido Girri:
Recibí tu nuevo libro Quien habla, no está muerto , título que deduces para su totalidad de un estupendo poema, tan estupendo como la totalidad del libro incluyendo las traducciones. Tu obra va quedando como una de las más firmes y singulares en lengua castellana y personalmente de las que más me interesan, quizás por El Pascal que hay en mí, igual o parecido al Pascal que hay en todos.
No hemos podido veros ni a Aurora ni a ti en Buenos Aires. Llamamos repetidas veces a las casas de ambos y no estabais. Luego nos enteramos que habíais marchado a Punta del Este. Supongo que allí os encontrasteis con amigos comunes que os dieron noticias nuestras. Estamos desde la primera quincena de enero y proyectamos estar un año o casi un año. Actualmente, estoy exponiendo en Madrid con mucho éxito, en la misma Galería Aele de hace dos años y tengo algunos encargos, una carpeta de grabados para una editorial de gente joven, 13-14-15 , así se llama la editorial, y las ilustraciones, también en grabados, para Los sueños, de Quevedo . La exposición es un éxito de crítica y público, pero además vendí algún cuadro, de manera que estoy satisfecho. Trabajé desde que llegué, viendo muy poca gente y ahora, dentro de pocos días, retornaremos a La Coruña donde volveré a encerrarme y a trabajar. Tengo una exposición en esta ciudad en septiembre. Aquí, en Madrid, estuvieron Emma y Rafael Lifschitz. Pasaron a la venida unos días en La Coruña y ahora al retorno otros en Madrid. Lo pasamos muy bien con ellos. Antes estuvo Sabat, el dibujante, en La Coruña y los hijos de Lifschitz, Carlos y Malena. Ayer noche llegaron a Madrid Elena y Baudizzone, los veremos hoy, proceden de París. También están aquí un poeta, Leiva , Colombres, el pintor y Guzmán, el escultor . La Argentina se extiende por el mundo. Nosotros empezamos ahora a escribir cartas. Tengo que escribirles a muchos amigos. Esta es una de las primeras. Contéstame.
Un gran abrazo de Maruja y mío para Aurora y para ti.
Nota: Esta carta fue escrita en Madrid, pero echada al correo en La Coruña, a donde llegamos hace unos días. Hoy es 2 de junio.

1973-06-11 Destinatario/a
de Luís Seoane, a Alberto Girri
A Coruña
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Luís Seoane, a Alberto Girri en 11/06/1973


La Coruña, 11 de Junio de 1973

Sr. Alberto Girri
Buenos Aires

Querido Girri:

Te contesto a una carta de hace tiempo, creo que no te la contesté, no lo sé, pues tengo mi correspondencia embarullada –de barullo, palabra gallega que pasa al lenguaje porteño– y en todo este tiempo las noticias que venían de ahí, las que procedían de la actitud política de algunos amigos sin memoria, o masoquistas, tampoco lo sé, me restaban ánimos para hacerlo. Perdóname y no te desquites. Trabajé mucho, hice en todos estos meses una exposición que está abierta en Madrid con bastante éxito y en la que vendí algunos cuadros, cerrándose el jueves que viene, el día 14. Tu carta, pesimista, expresa buenas razones en cuanto a la posición política de las clases media y oligárquica argentinas, por otra parte muy consecuente con la moral de nuestra sociedad de consumo, muy unida como es natural a la moral del éxito económico. El criterio ético de nuestra época dejó de ser monolítico, como lo fué en general desde la prehistoria, desde la sociedad tribal y no se establece otro sobre los supuestos de la crisis de la vieja moralidad tradicional, o en la sociedad de mercado de hoy se desarrollan criterios éticos distintos y nosotros, por lo menos yo, no podemos entenderlos.
Hace veinte años nada más nos importaban tanto las condiciones morales del que nos representaba políticamente como su acción política, administrativa, etc. Esto hoy no cuenta. Antes, un guía para nosotros era quien en nombre de una ética aceptada se enfrentaba con la multitud. Recuerdo a Juan José Castro* y su carta de renuncia publicada en los diarios del 47 o el 48, o no sé cual fecha. Pero la gente que tiene menos de cuarenta años, queramos o no, nos guste o no, y aunque no hubiésemos recurrido a las medidas rejuvenecedoras de la Dra. Aslánd, piensa de un modo distinto a nosotros y tampoco se trata de pasar la vida adaptándose al pensamiento de los más jóvenes. Tu y yo, y los de nuestra generación, tenemos una obra que estamos realizando en la medida que podemos y esto es lo que cuenta. Creo que es a mi edad cuando el pintor, el escritor, etc., se encierra en una torre de marfil y sólo trabaja, se ocupa de su trabajo y de lo rápido que pasa el tiempo. Si tiene suerte, puede no tener una torre, sino varias torres como Picasso, llevando de una a otra su soledad, su trabajo y su insatisfacción.
Tu poema Inesperada, clara relación, el que me has enviado por tu carta, me parece espléndido y me gusta, además, conceptualmente. Se trata de crear tú, yo, nosotros, aquellos que nos mueven iguales inquietudes, “formas que habrán de moverse en el tiempo” como quería Hokusai, según los versos tuyos, aunque estemos sumidos en la hosquedad que supusiste dominando a Picasso, y, en otras cuestiones, las que nos competen como integrantes de un pueblo, nos domine la desilusión. Tu poema es muy bello. Pues a eso. En tu caso, a escribir, en el mío a pintar y escribiendo y pintando pacientemente a esperar al igual que esos orientales sentados a que antes pensé referirme. Lástima que no aprendimos el hábito de sentarnos sobre las piernas cruzadas para tomar la actitud de un Buda. Nuestro ombligo es lo que que parece que sólo cuenta, ahora en la época de las desilusiones.
Escríbeme, no te vengues. Un gran abrazo para Aurora y para ti de Maruja y el mío.
Perdóname si esta carta resulta por vez primera, desde que tenía 17 o 18 años, creo, egoísta y desdeñosa.

[Seoane]

1973-03-22 Remitente
de Alberto Girri, a Luís Seoane
Bos Aires
Galicia
Transcrición

Transcripción da epistola de Alberto Girri, a Luís Seoane en 22/03/1973


Buenos Aires, marzo 22 de 1973

Sr. Luis Seoane
GALICIA

Querido Luis:

Han pasado unos cuantos días desde que recibí tus noticias, y la demora en contestar podrás entenderla fácilmente: podrás imaginar mi estado de ánimo –perplejidad, incertidumbre, depresión– y el de muchos de nuestros amigos, luego de las tan esperadas elecciones.
Ahora, la sensación general ha cambiado un poco y más bien parecería tener el denominador común de la curiosidad, curiosidad por lo que va a ocurrir, y cómo. Desde luego, se espera que el estilo será un tanto distinto al que padecimos durante diez años, pero nada me (nos) autoriza a ser optimista. Como bien sabés, no tengo ni mentalidad ni preparación ninguna en materia de temas o asuntos o ideologías políticas, y esto que parecía un contrasentido, una aberración, y aún una evasión para los tiempos que corren, voy viendo que no lo es tanto si se contempla el espectáculo de partidos que se deshacen, de pueblos que no aprenden lecciones, de conversiones políticas dando giros de noventa grados de la noche a la mañana, de oligarcas medrosos y astutos que han decidido que su puesto está del lado de los necesitados (sic), de una así llamada clase media que busca resolver sus frustraciones bajo la máscara del “progresismo”, cuando en realidad lo que busca es participar de alguna migaja del poder, o sea, de la posibilidad de: más automóviles, más televisores, más esnobismo de la “vanguardia” en materia de arte, etc., etc.
No presumo de estar en la verdad, como te imaginarás, pero a estas alturas creo que uno tiene, mínimamente, la obligación de contemplarse a sí mismo con realismo; y en ese sentido mis aspiraciones no son hacia un mundo utópico y perfecto que habrás de ser construido a base de muertos y violencias, sino un mundo tolerable. Te seré absolutamente franco: no me trago la píldora de las revoluciones si son al precio de vidas (y desgraciadamente no veo otra alternativa), si han de hacerse con naturalezas que, como la humana, tanto dejan que desear, tan alejadas están del verdadero Progreso. Todavía soy de los ingenuos que creen en el conocimiento de uno mismo, y en esa palabra tan desmonetizada hoy, el espíritu. En fin, como alguna vez lo hemos señalado, y hemos coincidido: anacronismo, individualismo retrógrado, nihilismo culpable, etc. Fuera de esta retahíla, debo decirte que estamos bien; mal que bien me permito aún el lujo de escribir o de no hacerlo, tengo en Aurora una compañera inmejorable, y me las arreglo para seguir siendo un pobre, esa condición social, económica y espiritual, que parece ser cada vez más rara, medieval, en este mundo en que los dos términos más visibles son miseria y riqueza. Estoy terminando, retocando, afeitando una serie de poemas que reuniré bajo la forma de un libro que se titulará Poesía de observación. De esos poemas ha elegido uno que acaso te interesa, y que te copio en hoja adjunta. Y ahora te dejo con un fuerte abrazo para vos y Maruja; y otro tanto de Aurora. Ya sabés, querido Luis, por si en otra ocasión no te lo hubiera dicho, que estímulo es para mí el que haya mentes, espíritus y almas tan plenos como los que operan en vos. Espero una nueva carta tuya.

Alberto Girri

1973-02-26 Destinatario/a
de Luís Seoane, a Alberto Girri
Bos Aires
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Luís Seoane, a Alberto Girri en 26/02/1973


Buenos Aires, 26 de Febrero de 1973

Sr. Alberto Girri
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Ahí van unas líneas para dar señal de nuestra existencia y para, con tu respuesta, saber de la vuestra y de los amigos comunes. Noticias de las que estamos impacientes. Te escribo a las 24 horas de haber llegado Lanusse a Madrid y unas horas después de haber presenciado su discurso de respuesta a Franco, en general digno, dadas las circunstancias políticas de este país, comenzando su lista de elogios en cuanto al pueblo español, con los mineros, labradores, poetas, intelectuales, para terminar con los soldados y haciendo un elogio a la libertad donde se hizo posible para terminar con ella. No puedo estar con Lanusse, pero resulta ser un oligarca y militar que hace afirmaciones que nos sorprenden, a mí a veces me gustan, sabiendo convertirse en visitante que incomoda en países que visita, Brasil, por ejemplo. Hasta ahora no es este el caso de España, pero pienso que puede llegar a serlo. Trabajo mucho. Pinto. Tengo una exposición en el mes de Mayo en Madrid y desde la habitación que me sirve de estudio descanso viendo un mar extraordinario de tormentas con olas muy altas, de 15 y más metros de altura hace una semana, llegando a barrer algunas calles cercanas y un continuo viento del norte. Me gusta mucho este mar y este viento, el viento que en La Coruña acompañó a las invasiones desde la prehistoria, los fenicios que buscaban las Islas Casitérides en busca del estaño, las legiones romanas, de hechos galas, que lo enfrentaban invadiendo por tierra los wikingos, los normandos, los ingleses y, por último, a fines del XVIII, los corsarios genoveses que aguardaban los buques que salían de los puertos gallegos para América. Unos corsarios costeros, patilludos, con sotabarba de época, muchos de los cuales se convirtieron, Vicetto, Marchessi, Tomasini, etc., con apellidos que se hicieron también gallegos, en excelentes padres de familia. Por estos días, sigo todo lo que está ocurriendo con la publicación de una novela por entregas, La cara de Dios de Valle Inclán. La tenía desde hace años un amigo mío que encontró en una ciudad andaluza las entregas encuadernadas, siento por tanto el único ejemplar existente de ella que ahora se editó. La novela es una excelente novela por entregas a la manera de las francesas de folletón, y de también por entregas, donde se anuncia el Valle Inclán posterior. Pero algún lector notó lo que denominó plagio de algún capítulo de Dostoyevski y otro de un cuento de Baroja y se encendió una polémica, más entre los lectores que entre verdaderas autoridades literarias. Esos lectores no entendieron nada y Valle Inclán, acusado de otros plagios antes que ellos por Julio Casares, se convierte en par de Homero, de Shakespeare, de Lope, de todos los inmortales que fueron acusados de lo mismo. Él hizo un collage que sirvió a su labor de creador y a mi juicio es lo mismo que si hubiesen acusado de plagio, plagio es sinónimo de robo, ya se sabe, de los grabados del siglo XIX a Max Ernst porque deshojó las novelas de Julio Verne para incorporar trozos-capítulos de los grabados que las ilustran para agregarlos a su trabajo gráfico.
Bueno, esto es todo. Valle Inclán puede estar más vivo que nunca y se ríe seguramente desde el cementerio compostelano donde está enterrado conservado por la sal, pues la leyenda popular dice que su tierra es salitrosa y que conserva los cadáveres.

Un gran abrazo para los dos, para Aurora y tú de Maruja y mío. Contesta.

[Seoane]

1971-09-08 Remitente
de Alberto Girri, a Luís Seoane
Bos Aires
A Coruña
Transcrición

Transcripción da epistola de Alberto Girri, a Luís Seoane en 08/09/1971


Buenos Aires, septiembre 8/[19]71

Caro Luis:

Ahora que me confirmás que ya saliste del busto de Rosalía y de la jarra de Casals, opciones inobjetables, qué duda cabe, me gustaría que cuando contestes (si es que ya no has vuelto, pues he oído que te tendremos aquí en octubre), me informés sobre el significado de ese laberinto circular que figura en tu papel de carta, arriba a la izquierda. Mis conjeturas son varias: ¿distintivo masónico? ¿marca de ganado?, ¿sello para las cartas lacradas, de esas que tanto lo impresionaban a uno de niño?, ¿los colores del Celta de Vigo, colores que no se ven? ¿el monograma del beato Antonio Aita? En fin, mi convivencia con una gallega me hace admitir la posibilidad de cualquier cosa en materia de celtíberos con papel con membrete. Ya veremos.
Te agradezco el juicio sobre el poema. Sé muy bien que sos uno de los poquísimos capaces de ver la cosa en su sentido real. De entender que no se puede hacer poesía, ni pintura, ni nada que valga la pena –al menos como riesgo personal– si uno hace de lo que hace una finalidad en sí misma. Quiero decirte que nunca me interesó la literatura sino con vistas a otra cosa; la poesía como un medio para desentrañar algo de la misma realidad que la produce. ¿Qué es, también, tu pintura sino una estilización del mundo objetivo, pero graduada y matizada de tal manera que lo que surge como resultado es una tercera cosa, un cuadro o un objeto que no es ni objetivo ni subjetivo: es la vislumbre de lo ideal, como solamente la atención artística a veces apresa?
Más aún agregaría que esa insensatez aparente –en primera instancia–, que consiste en eludir por igual el realismo y el subjetivismo, es lo que da la humanidad verdadera al artista, por mediocres que sus resultados sean desde el ángulo meramente estético. Hoy, y desde hace tanto, se sigue confundiendo los términos; se confunde indagación con resultado, cuando lo cierto es que la indagación sobre la realidad ES el resultado. Etcétera, etc. No es a vos, por supuesto, a quien debo enseñarle estas obviedades, pero el “anacronismo” es así, piensa al revés, piensa que si un creador, o presunto, no es capaz de descubrir la pólvora en dos de cada tres cosas que haga o diga, está perdido. Eso explica, también, por que el anacronismo es hoy casi una actividad de catacumbas: hace mucho ya que quienes leen se olvidaron de leer lo que leen, y no otra cosa, que quienes contemplan, miren lo que ven en el cuadro, y no otra cosa.
Terminé el poema sobre Giacometti: Cuestión no resuelta. Si para la próxima aún no has regresado, te lo enviaré. Algo tiene que ver con esta desordenada cháchara.

Un fuerte abrazo para Maruja y para vos

Girri

1971-08-31 Destinatario/a
de Luís Seoane, a Alberto Girri
A Coruña
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Luís Seoane, a Alberto Girri en 31/08/1971

La Coruña, 31 de agosto de 1971

Sr. Alberto Girri
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Recibí tu carta, una espléndida carta, de hace dos meses y que te agradecí mucho. Desde entonces ya “salió” la jarra-busto de Rosalía, terminé la de Pablo Casals e hice algunos nuevos objetos, con figuraciones, claro está, también para porcelana. Inauguramos una nueva sala del Museo que fundamos Díaz Pardo y yo, que no sé si tú sabes de él, e inauguramos una galería de arte con grabados de Picasso y Miró. Todo esto llevó tiempo. El museo está en una aldea a diez kilómetros de La Coruña y dedicado a pintura gallega a partir de la generación gallega del 30 hasta los más jóvenes. Es en realidad, un museo de arte moderno gallego, pero prescindimos de la palabra moderno, que en realidad no explica nada. Con algún amigo turista, recorremos toda esta zona de la costa gallega, con alguna salida a la montaña, nada conocida del turismo, más bien conocida por muy pocos y mucho menos, naturalmente, que por los invasores vikingos y los piratas ingleses. Galicia es una enorme sorpresa. Tan pequeña superficie y tan cargada de arte, historia y leyendas y tan desconocida hasta del resto de los peninsulares.
Me gustó mucho tu poema Lección de lo inmóvil y la frase de un verso, lo duradero es estático es de una exactitud extraordinaria. Duraderas con las esculturas asirias y egipcias, desde ellas la escultura decae, y las pinturas románicas y las de Piero della Francesca y las de Velázquez. Lo que se llama movimiento en pintura no existe más que como tema, Goya convirtió en estáticas a las brujas para siempre, y los persas y los turcos a esas figuras que conducían camellos y que andan sobre arena, pero que se detuvieron para la eternidad porque la mano de un artista así lo quiso, deteniéndolos en esa actitud determinada. Cuando regrese a Buenos Aires, te daré a leer un ensayo de un pintor gallego fallecido hace años, Carlos Maside, sobre el estatismo en arte. Un ensayo curioso donde compara retratos populares de campesinos con obras de arte de hoy y del pasado y a propósito del estatismo. Estáticas son las representaciones de (¿Burr?) y las de esa Virgen con Cristo en el regazo. Estática es la doctrina que propugna La lámpara maravillosa de Valle Inclán y la del Padre Molimos, en Castilla. Discutiré contigo tu programa exaltando el anacronismo. Todos somos anacrónicos de nacimiento. Esa es nuestra diferencia y nuestra libertad. Ocurre que nos pasamos la vida anulando nuestra individualidad, nuestro anacronismo. Algunos ancianos en eso que llaman la segunda infancia vuelven a ser anacrónicos, libres, pero ya es tarde.

Un abrazo de Maruja y mío para Aurora y para ti:

[Seoane]

1971-06-27 Remitente
de Alberto Girri, a Luís Seoane
Bos Aires
A Coruña
Transcrición

Transcripción da epistola de Alberto Girri, a Luís Seoane en 27/06/1971

Buenos Aires, junio 27/[1]971

Querido Luis:

Con tu penetración habitual, me contás del busto de Rosalía de Castro que acabás de terminar, y me apresuro a decirte que pienso exactamente lo mismo que vos en cuanto a considerar que todo arte es, implícita o explícitamente, narración. Pero esa narración debe ser revulsiva, recreada constantemente por el observador-lector. Como en el poema, esa escultura tuya de Rosalía ha de poner ante quien la mire cosas de muy variado orden. El objeto creado, sea poema, sea tela o escultura, es en realidad un dato a partir del cual ha de ser una y mil veces recreado. A condición de admitir como regla absoluta que una cosa es lo que vemos con los ojos y otra es lo que ve nuestra mente. Acabo de publicar un poema –que te adjunto– y que me interesa especialmente por pertenecer a una serie –ya intentada en libros anteriores–, donde se plantean directa o lateralmente cuestiones relacionadas con el punto de vista de las artes plásticas. Para sintetizarlo con términos más o menos pedantes, diría que todo se sintetiza en el problema de la impersonalidad-personal de la creación (o a la inversa, si querés), única actitud, creo, para intentar llegar a una universalidad. En el poema que leerás, la idea es que esa inmovilidad de los retratos les confiere una inmortalidad muy especial; despreocupados del movimiento porque ese movimiento lo da el espacio y el silencio que se produce en torno a ellos. Incidentalmente, pienso que aquí todo ocurre al revés de los móviles de Calder, pongamos por caso, donde espacio y silencios en torno de los objetos parecen estáticos, vacíos o huecos. Ahora voy a intentar un poema sobre Giacometti. Sobre la mirada de alguien obsedido por lo real, capaz de entender que si uno es capaz de copiar un modelo de una manera profunda y absoluta el resultado no será un objeto realista, sino formas que constituyen la verdadera naturaleza de lo copiado.
Gracias por haber colocado el mate en lugar de preferencia, a estas alturas nuestra única posibilidad de salvación es ser anacrónicos. Lo que me contás sobre la despoblación de tu país, es patético, pero el demonio de la modernidad y el progreso (sic) poco y nada tiene hoy que esforzarse para arrasar con todo. ¿Y si acaso no fuera lo más deseable? ¿Si lo mejor que acaso nos depara nuestro destino es volver a las catacumbas? ¿Y de hecho no nos movemos ya en las catacumbas? ¿No lo es hacer un busto de Rosalía, acariciar un mate, buscar una perdida leyenda, escuchar un Gardel de 1925, escribir poema para contar que Giacometti veía que entre una fosa nasal y la otra la diferencia es tan amplia como un Sáhara?
Querido Luis, te agradezco tu carta, hacía mucho tiempo que no escribía una y me ha hecho bien. Seamos, pues, ultra avanzados, seamos anacrónicos.

Muchos cariños de Aurora y míos a Maruja y a vos, y hasta muy pronto,

Girri

[Anexo.]

Lección de lo inmóvil
Por Alberto Girri
Para LA NACIÓN
BUENOS AIRES, 1971

Esos Holbein
de su período inglés,
lápices de colores
y toques de pluma y pincel
sobre papeles teñidos de rosa
superficies
elaboradas como un negativo
de la carne que enfrentamos, gráfica,
y la que intenta mostrarse;
Rembrandt sacudiéndose
desde halagadoras demandas de burgueses
a profundos, radicales cortes,
a técnicas de alterar
rasgos hasta la descomposición;
los ojos incomparables
de Jacqueline de Rohan
suficientes para abarcar un reino,
y la nariz de Carlos VII
colgando como un péndulo;
las victorianas, novedosas
estilizaciones en papel fotográfico,
sensibles cabezas
al uso prerrafaelista;
el virtuosismo de los cuellos, mujeres cisnes,
Greta Garbo retratada por Arnold Genthe,
atenuados los perfiles, artificiosamente
conmovido el gesto de las manos;
quietudes, diversidades,
datos de la ocular docilidad
recorriendo un alfabeto del que las imágenes
son sus letras,
esos nichos
en paredes, álbumes, inmortalizados
para preservar lo viviente de corrosiones,
abortos, bestialismos, espectros que demudan,
e iluminados por una persuasión
idéntica a lo que alumbran:
lo duradero es estático, sólo
el arte consigue el punto de equilibrio
entre una masa y su punto de apoyo.

1971-06-18 Destinatario/a
de Luís Seoane, a Alberto Girri
A Coruña
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Luís Seoane, a Alberto Girri en 18/06/1971


La Coruña, 18 de Junio de 1971

Sr. D. Alberto Girri
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Acabo de terminar un busto de Rosalía de Castro para ser reproducido en porcelana en una jarra grande como las que tú conoces. Creo que debió haber sido así como la hice. Tiene los pómulos altos, como en general los tienen los gallegos y los eslavos, unos ojos que soñaban el mar desde Castilla y un peinado y una gola que debió haberse llevado en una ciudad provinciana a fin de siglo. Como debió llevar ella tan ajena a modas y al siglo. Parece que era enfermiza y algo fea, a mí esto no me preocupó, más bien quisiera que la gente leyese en este busto como fué la autora de tantos desgarrados poemas y de una de las novelas más irónicas y bellas del siglo XIX peninsular. No sé por qué te escribo esto. Únicamente para decirte que en arte, como en literatura, creo que todo es narración. Uno trata de decir algo propio sobre los demás y sobre el mundo. En mi caso, haciendo un busto de Rosalía creo haber hecho un largo ensayo sobre ella.
Estamos empezando a escribir a todos los amigos y quiero decirte que te recordamos diariamente por el mate de cuerno y la bombilla conque nos has obsequiado y que tenemos a la entrada de nuestra casa, sobre un mueble, como un emblema heráldico. Entrando en ella, podemos ver este mar gallego, acerado de tormentas y leyendas, y, mirando hacia la calle, o hacia cualquier parte, la llovizna permanente que no nos abandonó hasta ayer desde que salimos de Buenos Aires, siguiéndonos por Roma, Barcelona y Madrid. Al llegar a Galicia, uno se olvida del mundo. Si uno tiene dólares o suficientes pesetas, puede imaginarse haber entrado en el Nirvana. Vivir en encantamiento. Todo es antiguo, o más antiguo que en otras partes. Nada tiene fecha de orígen, tanto el calzado de las campesinas actuales como el dólmen, o el collar de oro, que fué, seguramente, de un rey de clán y que acaban de excavar. Alguien nos habló ayer de una bruja que está en una aldea al pié del Pindo, una montaña cercana al mar, en la Costa de la Muerte, y que hace muy importantes hechizos. En una fuente, aguarda una doncella encantada en figura de dragón qu espera que un doncel le arranque con sus dientes la flor que sostiene entre los suyos en la enorme boca bestial. Así es todo, pero la gente emigra hasta despoblar el país, porque parece que en nuestro siglo no se puede vivir en compañía de hadas y hechiceras, tampoco en un país, como parece ser éste, olvidado de los almanaques. Éstas son nuestras noticias. Os las enviamos como surgen, a tí y a Aurora, que conoce muy bien esto. No os alarméis demasiado por ellas. Estamos desintoxicándonos del siglo.
Enviadnos a cambio, si tenéis humor, alguna noticia de Buenos Aires. Las deseamos.

Un abrazo de Maruja y mío para Aurora* y para ti:

[Seoane]