PROXECTO EPÍSTOLAS

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Epístolas
Mencionado/a [2]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1963-05-21 Mencionado/a
Carta de Seoane a Varela. 1963
Xenebra
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Varela. 1963 en 21/05/1963


Ginebra, 21 de mayo de 1963

Sr. Lorenzo Varela
Buenos Aires

Querido Varela:

Continuamos en Ginebra. Pinto. Salimos a conocer nuevos lugares. Estuvimos en el Museo de Grenoble, magnífico por las obras que reúne de arte moderno y aún de arte antiguo en un edificio inadecuado. Espléndidos Matisse, Bonnard, un retrato de no sé quién de Derain notable, siempre Picasso, etc., y viajamos por la Savoya, una región bellísima y bonapartista. Fuimos a alguna inauguración de exposición de pintura y estuvimos en el estreno de la obra de Buero Vallejo que dirigió Amparo. Muy bueno todo y mucho éxito de crítica en Ginebra donde se ve generalmente buen teatro. Ahora noticias:
Un crítico francés Le piéton de Paris, de France observateur, desalentado por las exposiciones informalistas en rebaño –según él–, se refiere –reproducimos su frase–, “al importante profesor de arte abstracto americano –léase estadounidense–, Hofman –paz– escribe a sus viejos días –y a sus manchas insípidas–”. “Y hasta Brauer –continúa– ese joven austriaco que, Galería Flinker (Rue du Lac) resucita el Jardín de las Delicias como un paquete de gruesos bombones”. Hofman, a quien grandes revistas dedicaron grandes páginas en colores, y del que se hizo propaganda abusiva a todo costo, representó a Estados Unidos especialmente en las Bienales de Venecia y San Pablo. Se trata de un pintor nacido en Alemania que reside desde hace muchos años en Nueva York. Le piéton de Paris termina preguntando: “¿No habrá un pintor que trate de encontrarse a sí mismo delante de la tela? ¿Tratando de escapar a las modas, a sus mezquindades, a este miedo y a esta avaricia sórdida que se cierne por la galerías?
Con motivo del estreno de Tomás Moro o el hombre solo de Robert Bolt, por el Teatro Nacional Popular de Francia, algunos críticos rinden homenaje a Jean Vilar. Uno de ellos, Robert Kanters, escribe en una crónica titulada Sin Jean Vilar: “El T.N.P. de Jean Vilar ha tenido siempre una alta idea de su misión civilizadora, rindámosle homenaje diciendo que ha rehusado incluir en sus planes tal o cual obra políticamente teleguiada, realizando su repertorio sin oportunismo, con una intransigencia sonriente, un sentido agudo del primado de la belleza”. “Uno termina por hablar de él –añade Kanters– casi como de Tomás Moro: es San Jean Vilar quien nos deja”. A Jean Vilar le sustituye en la dirección del Teatro Nacional francés, Georges Wilson, un excelente actor de la misma compañía al que tampoco regatean elogios algunos críticos.
El millonario catalán Alberto Puig, mecenas de los gitanos, la gitanería andaluza de los tablados fue casi siempre una empresa catalana, va, según se escribe, a realizar “la gran operación Flamenco internacional” al estilo de los Ballets rusos de Diaghilev, transformando en un verdadero espectáculo teatral las danzas folklóricas andaluzas. Solicitó la colaboración para ello de Vicente Escudero y Carmen Amaya y espera que se incorpore al grupo La Chunga. El Picasso de estos Ballets sería el pintor madrileño Manuel Viola, informalista, que, según noticias, protege actualmente en Madrid al pintor informalista argentino Alberto Grecco.
Gaeton Picon, el crítico e historiador literario francés, con un equipo de ensayistas y poeta transforma Le Mercure de France, la más antigua revista de ese país, fundada en 1672. Cuando se fundó, se la adjetivó como galante. Boursault la escogió como tema de una comedia: “Donde uno encuentra todo, fábula, historia, verso, prosa.
Sitios, combates, procesos, muerte, matrimonio, amor.
Noticias de provincia y noticias de la corte.
Ningún libro me agradó ni me fue más necesario”.
Sucesivamente Le Mercure de France fue nueva, galante, francesa y nacional. Grandes escritores a partir del siglo XVII han colaborado en sus páginas hasta Gide, Apollinaire, Mauriac, que escribe a propósito de ella: “A comienzos de este siglo, para un adolescente que se roe en su provincia, el caduco Mercure fue símbolo y llave de toda poesía”.
Ahora, según un periodista, El título de rojo obispo, pasó a ser violeta cardenal.
Con motivo de la visita de Marc Chagall al edificio de las Naciones Unidas, en relación con un mural dedicado a honrar la memoria de Dag Hammaskjoeld, se recuerda que el gran pintor entregó al poeta Evtochenko una monografía suya dedicada a Nikita Sergueievitch Kroutchev para que se la entregase personalmente al jefe del estado soviético.
En Lausanne, Suiza, con motivo de la gran exposición de productos de este país que se celebra cada veinte años, se está celebrando un gran esfuerzo arquitectónico y urbanístico. Se crean nuevos barrios y parques, se abren calles nuevas y se levantan gigantescos edificios que luego de ser hoteles serán transformados en viviendas y oficinas. El presupuesto de esta gigantesca obra se fijó en 500 millones de francos suizos, es decir, aproximadamente 17.500 millones de pesos argentinos. La exposición se realizará el próximo año.

Éstas son todas las noticias por hoy. Hasta la semana que viene. Escribe algo. Un gran abrazo para Marika y para ti de Maruja y mío:

[Seoane]

1963-11-15 Mencionado/a
Carta de Alvajar a Luís e Maruxa Seoane. 1963
Xenebra
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Alvajar a Luís e Maruxa Seoane. 1963 en 15/11/1963


Ginebra, 15 de noviembre de 1963

Queridos Maruja y Luis:

Espero que esta “tercera” carta no se traspapele. Al recibir la vuestra de Galicia tuve que hacer un rápido viaje a París. El mismo día que volví, se me presentó la oportunidad de alquilar un departamento que me convenía y tuve que ponerme “en danza” inmediatamente, de un lado para otro en mis pocos momentos, porque todos tienen los mismo horarios de trabajo que yo y además no es tan fácil que “te den” un departamento. Lo conseguí (pagando 3.000 francos por algunos muebles que en él había y de casi todos los cuales ya me he deshecho), me mudé, y ya sabéis lo que son las “pequeñas” mudanzas, que crees que puedes hacer tú sola en el auto y luego resulta que es un pequeño mundo , y luego, suponiéndoos ya en Madrid, escribí, y al mismo tiempo a otros amigos que tienen en Madrid una dirección parecida. La libreta de direcciones estaba en un cajón cerrado, porque en la casa todavía no había una biblioteca ni un mueble con cajones, y confiando en mi memoria, puse las direcciones equivocadas. Mis amigos recibieron “su” carta, no sé cómo, porque son personas conocidas en Madrid. La vuestra todavía no me la ha devuelto el correo. Todo esto llevó su tiempo, y me preguntaba si realmente estaríais en Madrid, cuando mis amigos me advirtieron del error. Os escribí enseguida, y os envié, como veis, la carta que iba para mi hermano y mi cuñada, que a lo mejor recibís por intermedio de la hermana de Maruja, porque resulta que mi cuñada Mary ha vivido en casa de Maruja y que Maruja y yo resultamos parientes por “interpositísimas” personas, puesto que el difunto marido de su hermana la viuda por primo de mi cuñada y Mary tiene veneración por la madre de Maruja.
Os decía en las “perdidas” de las cartas que no recibía noticias de Núñez Bua, que me encargaba cosas, le contestaba y se quedaba mudo. Ahora escribió, y me decía que sabía que estabais en Madrid. Que la mujer de Tchamig me había telefoneado para preguntarme con ansia por vosotros e invitarme a cenar; que con la mudanza me había quedado momentáneamente sin teléfono y la había perdido “de oídos”, y luego que había cenado con ellos en su casa, estando también invitado Roque, el único argentino de la obra, y que resulta que vivimos a 200 metros los unos de los otros; que no había recibido los libros de Luis pero que suponía que no habías tenido tiempo de mandármelos, que qué pensáis hacer, etc, etc.
Otrosí; mi casa de París ya tiene las cañerías arregladas, y Mary, que tiene la llave, estará “encantada” de prepararla para vosotros, si vais. La de Ginebra ya está a medio poner. El sitio es precioso; hay una entrada grande (para ser entrada), una cocina muy buena, dos habitaciones grandes, un buen cuarto de baño y un balcón terraza andar de cerca de once metros de largo. Por el momento, una cama pequeña en una habitación y otra un poco más grande (disfrazada) en la otra. Esto por lo de dormir. Y hasta lo necesario. La cama pequeña desaparecerá pronto y será sustituida por una verdaderamente grande. Las dos habitaciones, que se comunican con puertas correderas grandes, quedan, si se las cierra, absolutamente independientes, y cada cual con su paso al cuarto de baño. Esto es para deciros que si venís y queréis quedaros aquí, esta es vuestra casa, francamente. No está lejos del centro, y en la esquina hay un autobús que en 5 minutos deja en el centro de la ciudad. Hay mucha luz y un sol directo, y nadie enfrente; una gran explanada. Este barrio, que ahora está en Ginebra, hasta hace un año estaba “en Suiza”, lleno de quintos , de árboles grandes, de grandes parques particulares, y algo de eso queda.
No contestaba a lo que me decíais de la gente de La Coruña porque habría sido muy largo. Y la causa de estos trastrueques de cartas es el excesivo trabajo que he tenido esta temporada. Falta de tiempo. Ya otra vez me pasó algo parecido. Recibí una carta con un sobre de la Unesco en la que me encargaban una serie de cosas que ya le habían encargado a otro amigo de aquí y no había hecho. Escrita a máquina. La leí rápidamente, se la atribuí a un amigo, hice las cosas, respondí, y resulta que era una amiga la que me escribía. Felizmente se conocían; el que recibió la carta la comentó lleno de asombro y todo se arregló.
Magnífico lo de la exposición de Luis. Ya sé que para él lo de las exposiciones es pan de todos los días, pero es una vuelta a España y es, de todas manera, algo sentimentalmente diferente.
Si tenéis tiempo, decidme que pensáis hacer. Los Tschumig os quieren mucho y no hacen nada más que hablar de vosotros. La mayorcita de las chicas recuerda mucho a “Maruxa”, como ella la llama, y al parecer Maruxa es cosa de todos los momentos, porque ella leva a Maruxa de vacaciones, y cuando juega, juega con Maruxa, habla con Maruxa, y todo el día así.
No he recibido nada de las obras de teatro de vuestro amigo. Creo que Víctor de la Serna, al que parece que entusiasmó la representación de Buero Vallejo, le escribió a éste elogiándola. Decidle a vuestro amigo que yo, personal y humildemente, querría leer sus cosas, que no tengo nada que ver con las representaciones (y cada vez menos), y si podéis conseguirlas, me gustaría que me las mandarais.

Y cierro, aunque queda mucho por decir, con un abrazo.

Amparo

Y aunque es de noche y llueve, salgo a echar la carta, porque “parece que andan meigas” en este asunto. No se vaya a meter en otro sobre.

[Escrito na parte superior:] El teléfono, ya puesto, es el mismo:35-89-14
Mi nueva dirección:
15, avenue Krieg, 1er étage, ap. 12-Genève.
Basta 15, av. Krieg. Genève–Suisse, o, como siempre, “Bureau du Travail- Genèveetc.