PROXECTO EPÍSTOLAS

----

3 MENCIóNS A J. M. W. Turner (1775-1851)

Artista plástico do romanticismo inglés.
Epístolas
Mencionado/a [3]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1951-06-19 Mencionado/a
Carta de Scheimberg a Seoane. 1951
Nova York
París
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Scheimberg a Seoane. 1951 en 19/06/1951


París, Hôtel du Quai Voltaire, 19 jun., 1951

Mi querido amigo Luís Seoane:

Tenía el propósito de escribirle desde Londres, pero me falto tiempo para hacerlo. Lo hago, pues, desde aquí –desde este París que quiero entrañablemente y que no me explico que a Vd. no le haya gustado–, o, por lo menos, gustado en la medida que debió gustarle. Puedo decirle, en cambio, que Londres no me gusta? Cómo explicar que habiendo tantas cosas que nos gustan a ambos disintamos precisamente en esto? Para mi gusto, Londres es una ciudad demasiado grande, con un movimiento enloquecedor en sus calles. Luego, no tiene cafés. Esto es sencillamente terrible: el hombre, desde que sale desde su casa y hasta que vuelve a ella está obligado a trabajar o bien a entrar en una taberna o en una iglesia –las únicas dos cosas que hay en abundancia. La mayoría de los ingleses parece preferir la taberna, donde se emborrachan con cerveza caliente... Una ciudad donde uno no puede sentarse a una mesa de café para conversar con un amigo o para mirar la calle simplemente, para pensar o nada más que dejar pasar el tiempo (en las tabernas, los ingleses están casi siempre de pie y beben junto al mostrador), podrá ser todo lo que se quiera, pero no una ciudad civilizada... Londres es seguramente la ciudad del mundo que tiene más Bancos y donde se ven más hombres de galera y aún con sombreros de copa y jaquets. El Dr. Derisi (que guarda un muy cariñoso recuerdo suyo y que tiene colocado en un sitio de honor la tela que le ha comprado –ciertamente muy buena) nos ha puesto su automóvil y su chófer a n/ disposición; con él hemos recorrido la ciudad en todos los sentidos: reconozco que tiene unos parques muy hermosos, que las calles son limpias, que el Támesis es un río respetable y que todos los policemens tienen un aire absurdo de senadores (qué cosa distinta del policía de París, bonachón y con un aire de pícaro que comprende muchas cosas –sobre todo, si de debilidades humanas se trata!) y con todo, repito, Londres no me gusta. A las 10 de la noche cierran los restoranes y a las 12 sólo se ven algunos borrachos retardados, o prostitutas en las esquinas, o invertidos. Es claro que los ingleses ricos tienen sus nightclubs donde pueden emborracharse a gusto y hasta divertirse...; pero Vd. se imagina, Seoane, un pueblo que se emborracha con cerveza caliente? Le advierto, Seoane, que no tengo motivos de resentimiento; antes al contrario, la semana que pasamos Aída y yo en Londres ha sido como un paréntesis principesco en la vida un poco estrecha que estamos haciendo para que la plata nos alcance: Derisi nos reservó alejamiento en un barrio residencial (20, Chesham Place –cerca de Hayde Park: un departamento que daba sobre la plaza, con baño y cocina eléctrica, frigidaire, etc. La placita –un triángulo que no pasa de un cuarto de manzana –sólo se veía concurrida de 8 a 10 de la mañana y de 6 a 7 u 8 de la noche; pero no por chicos o por pareja de enamorados (estos prefieren el Hayde Park –y con razón, desde luego), sino por mujeres u hombres que traían a pasear –y a hacerles hacer sus necesidades– a sus perros...
Además de poner a n/ disposición su coche y su chófer todas las veces que nos daba la gana, nos acosó con toda clase de atenciones: cenas, una première de Antonio y Rosario (dos bailarines –un hombre y una mujer– que bailan danzas españolas y que en la noche del debut tuvieron un éxito estruendoso), entradas para ver el Hamlet con el actor Alec Guinness (en el New Theatre) nada más que porque vio que yo tenía interés en verlo... Se imagina Vd. todo eso? No es como para que todo ya le guste a uno? Pues bien, a pesar de todo esto, en Londres yo me sentía como un extraño –y no ciertamente por el desconocimiento del idioma (menos lo conocía en Amsterdam, pues en inglés, por lo menos, sé decir hasta una media docena de palabras y contar hasta no sé qué cantidad– pero siempre superior a la que necesitaba). El sábado último caminé casi dos horas por las más importantes y céntricas streets: Picadilly, Oxford, Regents... y no encontré un solo sitio donde tomar un café! Aparte de todo eso, los ingleses son gente muy simpática... Todos los ingleses (Bernard Shaw era una excepción) respetan a su rey, a los policías y el uniforme de los soldados de la guardia real; siempre se ven ingleses embobados contemplando el espectáculo bastante pueril del cambio de la guardia. Y es que el inglés, comparado –por ejemplo– con el francés o incluso el español es siempre un poco provinciano –a pesar de su aire distinguido y de su capacidad para los negocios.
Sí, evidentemente no me gusta Londres y podría pasarme muy bien sin conocerlo, si no fuera por sus Museos. Éstos son realmente magníficos. Sólo visité muy ligeramente el British Museum, pero, en cambio, lo hice muy detenidamente con la National Gallery, la Tate Gallery y la Wallace Colection. No voy a hablarle a Vd. precisamente de tanta obra como me ha impresionado. Sería caer en una ingenuidad imperdonable. Pero, a propósito de la pintura inglesa, sería demasiado osado decir que me empalagan un poco Gainsborough y Reynolds y Lawrence (este último en menor grado) a pesar de ser grandes pintores? Qué distancia cuando uno los compara –a ellos, esencialmente retratistas– con los retratos de Goya y Velázquez de la National Gallery y de la Wallace Colection! En cuanto a los prerrafaelistas, puedo decir que me parecen tontos –además de insignificantes– con Dante Gabriel Rossetti a la cabeza? Pienso que solamente Turner y Constable son realmente grandes; sobre todo, y antes que todo, y por encima de todo, Turner. Ellos salvan la pintura inglesa; sobre todo Turner. Cómo pinta este hombre! Y qué lirismo en toda su obra –aún en la de su época comprendida (y así clasificada en la Tate Gallery) entre los años 1805-1810 y que por momentos parece un anticipo de Corot; pero es a partir de 1830 cuando Turner alcanza su más alta expresión y al final de su vida ya es una verdadera locura de la luz –casi medio siglo antes de que Monet pintara sus “Nimpheas” y su maravillosa serie de la “Catedral de Rouan”... Los impresionistas franceses están bien representados en la Tate Gallery y, sobre todo, los postimpresionistas: Cézanne, Gauguin y Van Gogh –de quienes este Museo posee algunas de las talvez mejores cosas. Es curioso que cada vez que uno se topa con los grandes de la pintura se está tentado de decir que es lo mejor que se ha visto de ellos. Lo que hay en realidad es que todo, o casi todo lo que han hecho es impresionantemente bueno. Y a propósito de Gauguin y Van Gogh, cómo se achica el primero al lado de éste, tan apasionado, tan atormentado: es como un pozo en ebullición, en tanto que Gauguin se pierde un poco en la decoración, sobre todo en su época de Tahití... Hay una discreta representación de Modigliani y de Chagall en tanto que muy buena de Bonnard y, de los vivos, de Picasso (de éste tienen La femme a la chemisse –1905, Femme assise –1925, entre otros) y de Bracque, y de Matisse (no sé por qué, pero siempre me parece Matisse un tanto superficial –con una marcada tendencia a lo bonito).
Perdóneme, sin querer parecería que incluyo a Chagall entre los muertos cuando en realidad sólo quise incluirlo entre los que están nada más que medianamente representados... En escultura, con excepción de Rodin, quien me ha impresionado realmente es Epstein. La Tate Gallery sólo posee de él algunas piezas pequeñas –pero qué fuerza expresiva y qué seriedad en la factura! A Falcini le mandé una fotografía de The Visitation que me parece estupenda.
Y basta por hoy: No piensa Vd. que uno se pone tonto viendo tanta cosa bella y queriendo comunicar su entusiasmo a los demás? No me crea pedante, por Dios! Sólo pretendo fijar la impresión que me producen las cosas y lo que pienso de las mismas. Es probable que me equivoque a menudo, pero estas cartas son para mí un medio de descargarme –como quien, en la marcha, descarga las baterías de su coche para evitar que éste se ahogue. Hay momentos en que me parece que mi receptividad está colmado y tengo miedo de que me estalle algún compartimento del cuerpo...
Y me defiendo escribiendo. Nunca sentí realmente la necesidad de escribir hasta ahora; pero cómo hacer para no gritar a los cuatro vientos mis admiraciones y mi entusiasmo? A veces, frente a algunas obras, me pondría a cantar o a gritar si no temiera que me tomen por loco: No lo hago, pues y en su lugar escribo estas interminables cartas – como si los amigos tuvieran alguna culpa. Aunque, pensándolo bien, es claro que la tienen y justo es que se aguanten.
Y termino. Estamos de nuevo en París, de donde pensábamos salir el sábado para Viena; pero se nos ha presentado un inconveniente y francamente no sé ya bien lo que voy a hacer. Al pedir pasaje para embarcarnos de regreso el 2 de octubre en Lisboa (tengo tomado y pagado el pasaje de regreso –open dat) me informan que no lo hay para esta fecha ni para fechas aproximadas, etc. Escribí urgentemente a Derisi para que, con su influencia, trate de solucionarme este lío. Entretanto, no podremos movernos de París hasta no saber a qué atenernos –pues sería difícil mantener contacto con Derisi, o la Empresa, moviéndonos de un lado a otro... París me agrada ciertamente –pero en mi estado de ánimo con este contratiempo que me desorganiza (ojalá no sea en mucho) los planes tan cuidadosamente trazados, nada es muy agradable; y aún mayor es la preocupación de Aída –que se traga las lágrimas para no aumentar la mía. Espero que todo se arreglará, sin embargo. Es inconcebible que se me venda un pasaje “a fijar fecha” y que, a casi 4 meses de la fijada para el regreso, se me conteste que para ésa y las próximas fechas el pasaje está completo en los tres barcos que tocan Lisboa; pero cómo ponerme a discutir desde aquí? Yo no tengo tiempo para hacerlo –y nada se arregla conque la razón esté de mi parte. Espero, repito, que con la mediación de Derisi todo se arreglará.
Perdóneme, querido Seoane, esta lata. Mucho, muy muchos saludos a todos los amigos –que, por ser muchos, no nombro, y para Vd. y Maruja un grande abrazo de Aída y mío.

Scheimberg

1966-02-22 Mencionado/a
Carta de Sofovich a Luís e Maruxa Seoane. 1966
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Sofovich a Luís e Maruxa Seoane. 1966 en 22/02/1966


22-2-66

Caros Luis y Maruja:

Gracias por su carta. Aquí, en Londres, he completado el conocimiento de la diáspora española que conocí en Zurich y en París. No se sabe en que parte lo pasan peor, quizá en Zurich. En realidad, lo que hemos visto ya se lo hemos oído contar a Ud.
Londres nos trata bien, aun hoy que ha llovido torrencialmente y con truenos de verdad, no como los truenitos de París.
Hoy nos tocó la National Gallery, que muestra casi como ningún otro museo europeo. En Venecia, no pudimos apreciarla por falta de luz, la escuela veneciana. Y cuando uno pasa luego a los flamencos, Memling, Van Eyck, Rembrandt, Rubens, Van Dick, Turner, etc., y cree que ya no hay más lugar para tanto de bueno, tropieza de repente con el retrato de Isabel Cobos de Porcel, probablemente el Goya que más me haya gustado de los muchos que vi.
Ayer vimos una gran exposición Bonnard, 355 números en el catálogo, entre óleos, pasteles, dibujos, litografías, carteles, libros ilustrados, etc. Una estupenda selección hecha en el mundo entero por Dennys Sutton. Además, modelo de cosa bien organizada o de organización al servicio del arte. Dos veces por semana, tríos y cuartetos de música de cámara, al cierre de la exposición, dan breves conciertos de música francesa contemporánea de Bonnard, Ravel, Debussy, Erik Satie.
De la exposición en sí misma, maravillosa, hablaremos en Buenos Aires; yo no sabía que fuera tan maravilloso paisajista.
Querido Luis, mañana será la Tate Gallery y una visita especial a la Venus del espejo de Velázquez.

Hasta pronto

Sofovich

Cariños a Maruja.

1973-04-23 Mencionado/a
Carta de Seoane a Kowalewski. 1973
A Coruña
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Kowalewski. 1973 en 23/04/1973


La Coruña, 23 de Abril de 1973

Sr. Valdemar Kowalewsky
Buenos Aires

Queridos amigos Dora y Valdi:

Pensamos escribir hace semanas para saludarles y decirles que les recordamos, pero por trabajo y los dolores grandes que le producía a Maruja un herpes que le duró un mes, no lo hicimos ninguno de los dos. Estamos contentos, con la natural nostalgia de Buenos Aires y de los amigos con quienes nos hubiese gustado comentar y discutir las elecciones, que están dando bastante que escribir a los periodistas europeos y cuya consecuencia no creo prevean ni los ganadores. Por mi parte, no discuto más sobre esta cuestión, me limitaré a esperar sentado, como un chino, esperando como espera un chino, con paciencia de chino.
Galicia está bellísima aunque el clima, para amargarme en parte el viaje, cambió bastante este año y no llueve nunca como está ocurriendo en Inglaterra, cuando lo natural es que en los dos países llueva por lo menos hasta fines de Mayo. Abril es un mes de lluvias, “abril, aguas mil”, dice el refrán, pero este año nada. En febrero, hubo grandes temporales marítimos con un mar impresionante de belleza y resultó ser el único mes de lluvias.
No sabemos nada de los amigos, únicamente que Julia fue operada y está ahora en París adonde le escribiremos estos días. A mediados de Mayo marcharemos a Madrid, donde alrededor del 20 inauguro una exposición que espero tenga éxito. Pinté mucho desde casi los días de nuestra llegada. Hice nuevos cuadros de mar, un mar convertido en signo, pues el mar no se puede reproducir imitándolo, solo significarlo con pintura, o con dibujo como lo hicieron el inglés Turner y Hokusai el japonés.
El fuego, el mar, el aire, sólo se pueden significar, convertir en signo. Copiarlo es muy difícil. Lo intentó Courbet, que fué quien seguramente mejor lo reprodujo de modo naturalista, pero a mi continúan pareciéndome sus mares, praderas. Ahí en el Museo Nacional hay un cuadro de mar de Courbet y más que un mar semeja un campo. Todo esto no quiere decir que yo tenga razón. Pero es que además en un cuadro no cabe, me parece, su inmensidad.
Bueno, esta carta es simplemente para darles noticias de nuestra existencia. Un gran abrazo para los dos, para Adriana, Lila y Gabriel de Maruja y mío:

[Seoane]

Un saludo muy cordial para el señor Manfredo Hammershlag, a quien recordamos con amistad.