PROXECTO EPÍSTOLAS

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Epístolas
Mencionado/a [2]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1980-12-18 Mencionado/a
Carta de José Rubia Barcia a Lois Tobío Fernández, 1980.
Os Ánxeles
Madrid
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de José Rubia Barcia a Lois Tobío Fernández, 1980. en 18/12/1980

En los Angeles a 18 de diciembre del '80

Mi querido Tobío:
Es muy probable que Eva y yo salgamos de aqui a mediados de abril en último periplo "sabbatical" si la salud no me falla o no surgen algunos problemas de última hora. Si es lo primero que anuncio, es porque me parece lo más importante. Volveríamos a vernos a comienzos de mayo en Madrid en una brevísima visita antes de continuar hasta Grecia. A la vuelta, es posible que pudiéramos vernos una segunda vez. Sois vosotros las dos únicas personas a quienes en España vemos con verdadero placer. Cada vez somos más pocos y mas aislados los que mantenemos recuerdos casi comunes y experiencias parecidas. Ultimamente me enteré de la muerte de Ramón Valenzuela y también de la de Vicente Gaos, a quien había traído yo aquí hace años. Y allá en la Córdoba argentina se murió también hace unos meses mi viejo y queridísimo amigo Juan Larrea, el último de los profetas bíblicos y el primero de los no-judaicos. El bosque se va llenando de hojas secas. Pero tu y yo vamos a prometer seguir reverdeciendo año tras año. Fue casualidad el encontrarnos por primera vez, y de manera casual, en las viejas ruas compostelanas. Si me acuerdo es porque ando dándole vueltas una vez más a nuestro amigo el Apóstol, cuya verdadera tumba creo haber descubierto en México. Pero ya hablaremos de esto y del trabajo que voy a dedicar al asunto. Por cierto que le pregunté a González López si él tenía un ejemplar del libro sobre Prisciliano que allá por el año 1934 sacó a luz Portela Valladares, y no sólo me dijo que no lo tenía, pero que ni siquiera sabía de su existencia. Cosa que me sorprendió bastante en nuestro historiador. Yo no lo soñé, lo tuve en mis manos, lo leí y conservo todavía algunas notas que saqué de él. ¿Podrías tú conseguirme un ejemplar? ¿O una copia fotostática de quien lo tuviera? De no tratarse de otro libro fantasma como el Aguilas de Ramón Franco que se lo comió la tierra y no hay forma humana de que yo vuelva a dar con él, después de haber poseído un ejemplar que quemaron, con mis otros libros, en la plaza de Sto. Domingo en Granada. Hay otra cosa rara de que quiero hablarte. Hace tiempo recogí un pequeño poemario de mis composiciones galaicas, basadas en coplas populares, como homenaje a nuestro pueblo y al pueblo se las dediqué. El pintor Miguel Marina ilustró cada uno de los poemas con dibujos arcaizantes de su pluma. El profesor portugués ya fallecido Alberto Machado da Rosa escribió sin que yo se lo pidiera un hermoso ensayo sobre mi poesía que él conocía antes de recoger y preparar este pequeño cancionero. Y él mismo sugirió hacer el librito trilingüe, portugués, galaico y castellano. Una imprenta y prestigiosa editorial de Brasilia se comprometió a hacer la edición. Eso fue allá por el año 1972. Pasó el tiempo y con un pretexto u otro se fue dilatando la salida, hasta que decidí romper el contrato y retirarles los derechos. Después Jorge Guillén, a quien le había enviado una copia del manuscrito, sin decirme nada escribió el mismo a diversos editores y entre ellos contestaron interesándose Celso Enriquez desde Madrid y Castañón desde Venezuela. Como yo no quería entonces editar en España, decidí pasarle la encomienda a Castañón. Y desde entonces el libro ha estado en Venezuela. Castañón publicó antes mis Prosas de Razón y Hiel, y pasó el otro a la imprenta de dos hermanos gallegos, Los Paz, que quisieron ser ellos los que lo publicaran.* Yo no los conozco. Y Castañón dice en sus cartas que acabarán por publicarlo. Pero ya empiezo a dudarlo, mejor dicho las dudas son ya de bastante tiempo a esta parte. Durante mi último viaje a Galicia, le hice llegar a Ramón Piñeiro una copia para ver si Galaxia se interesaría. Pero le devolvió el ejemplar a un sobrino mío que lo conoce, y le dijo que Galaxia publicaba solamente textos monolingües. X. Alonso Montero me escribió hace años después de leer el artículo-ensayo que sobre mi había escrito Alberto Machado da Rosa en Vida Mundial de Lisboa y es el único otro intelectual gallego que conoce algo sobre mí, los demás sois tú, García Sabell y Ramón Piñeiro (hablo sólo de los que estáis en España). De no salir el librito en Venezuela este invierno, me llevaría una copia en el próximo viaje a España. Lo natural sería publicarlo en Galicia. ¿Tienes tú alguna sugerencia al margen de Galaxia? Celso Enriquez le había dicho a Jorge Guillén que él no quería saber nada de Galaxia. ¿Por qué? Pero que él encontraría editor. Ya te estoy dando mucha lata con todo esto.
El objeto verdadero de esta carta era haceros llegar nuestros votos porque el Año Nuevo os traiga a vosotros dos y a vuestros hijos toda clase de venturas, y que podamos disfrutar de vuestra compañía en el próximo viaje. Eva y mis hijas os mandan muy cariñosos saludos y recuerdos. La hija mayor Elena se nos casó el verano último. Su marido enseña en la misma universidad que yo. Y la pequeña Adela, ha terminado su licenciatura en Psicología hace unas semanas. Pero ya hablaremos pronto.
Con un muy cordial abrazo de vuestro incondicional amigo
José [sinatura autógrafa]

[manuscrito:]*De hecho, hace dos años, llegué a corregir las pruebas y tengo un ejemplar todo compuesto y terminado al que le faltan solo las citas [?] ¡Inexplicable!
Vale

1981-03-20 Mencionado/a
Carta de José Rubia Barcia a Lois Tobío Fernández, 1981.
Os Ánxeles
Madrid
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de José Rubia Barcia a Lois Tobío Fernández, 1981. en 20/03/1981

En los Angeles a 20 de marzo del '81

Mi querido Tobío:
Unas líneas para confirmarte lo de nuestra próxima visita a esas tierras. Como vamos a estar tan poco tiempo en Madrid quisiera asegurarnos la posibilidad de veros. Sois la pareja más afín de los que vamos quedando –y ojalá por muchos años más en ese viejo mundo, cada vez para mí más lejano y más entrañable.
Saldremos de aquí el 17 de abril y llegaremos a Madrid a las 9 de la mañana, en vuelo directo de la TWA, del día siguiente, o sea, el 18 que es sábado. Lo más probable es que nos quedemos en Madrid hasta el martes. Le escribí a Porrúa, hipotético editor de mi Mascarón de Proa, anunciándole mi visita para saber qué ha hecho del libro. Me prometió solemnemente sacarlo para este invierno que se nos está yendo. Y desde hace un año no he vuelto a tener noticias de él. Las Cántigas de Bendizer, en su aventura venezolana, en manos de nuestros paisanos los Hnos. Paz (¡y qué guerra me están dando!) debieran publicarse, definitivamente, este mes. Hablé hace poco con uno de ellos por teléfono para decirle que si no tengo ejemplares antes de que el mes se acabe, que se olviden del libro. Pero me dijo que sí, que esta vez no me fallarían, me dio toda clase de explicaciones y disculpas. Sin embargo, no me sorprendería que pasara lo de otras veces. De ser así, llevaría una copia del original conmigo y vería si puedo publicarlo con la ayuda de tu amigo Isaac Díaz Pardo en Lugo. Por cierto que hace años me escribió una carta muy amable X. Alonso Montero, que supongo amigo también de Díaz Pardo, pues si no me equivoco le hizo la portada de su antología Os cen mellores poemas da lingua galega. Y acaso estuviera dispuesto a colaborar en la gestión. Ya no vale la pena hacer nada por correo. ¿Sabes tú si Alonso Montero sigue en sus señas luguesas? Hay también la posibilidad de ofrecérselo a las ediciones Anduriña de la Coruña que dirige Luis Caruncho ¿lo conoces tú o sabes de alguien que lo conozca? Y aún me queda la posibilidad de que me lo hagan en Lisboa. El librito lleva un prólogo muy cariñoso y entusiasta de Alberto Machado da Rosa, fraternal amigo portugués, con el que compartí muchas horas de estimulante compañía, y que ya falleció como tantos otros verdaderos amigos. Quizás te dije también que las ilustraciones son de un excelente pintor vasco, Miguel Marina, que se las inventó del Medioevo, y le van muy bien. Sentiría dejar inéditos esos poemas, mi homenaje particular y muy sentido, al genio creador de nuestro pueblo, al que siento haber abandonado en su casi milenario infortunio.
En Madrid, y por razones de hábito, nos quedaremos en el Conde Duque, y desde allí os llamaremos el mismo sábado.
Con un doble abrazo para vosotros dos, y hasta muy pronto que tendremos el placer de dároslos personalmente
Rubia Barcia [sinatura autógrafa]