PROXECTO EPÍSTOLAS

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5 MENCIóNS A Margaret Olden

Epístolas
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Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1963-09-24 Mencionado/a
Carta de Lois Tobío Fernández a Rubén Comotto, 1963.
Madrid
Montevideo
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Lois Tobío Fernández a Rubén Comotto, 1963. en 24/09/1963

Sr.
Ruben Comotto
MONTEVIDEO

24 de septiembre de 1963

Mi querido Comotto,
Mucho le agradezco su carta del 8 de julio que me ha traido buenas noticias sobre su estado de salud. Espero que a estas fechas Vd. se encuentre ya enteramente repuesto del accidente que tanto tiempo le tuvo con molestias y dificultades.
He recibido todos los paquetes conteniendo los papeles y libros que yo les había encargado que me remitiesen, incluidos los dos tomos de la Historia de Galicia y la colección de la Revista Roche. Muchas gracias por todo a Vd. y a los que intervinieron en el envío.
Continuo trabajando intensamente y muy contento con el tipo de tarea. Además de las traducciones de literatura para Montevideo también las hacemos para Colombia. De otra parte la casa de Madrid tiene un volumen en materia de traducciones nada pequeño, cosas de carácter administrativo y del VI Clin.
Todavía no he podido moverme mucho por este país y las vacaciones tengo que tomarlas en puchitos de una semana para no interrumpir la continuidad del trabajo. Estuve con mi familia en Alicante durante 8 días y tuvimos bastante suerte pues el tiempo fue espléndido. Las playas de esa ciudad son normalmente calientes pero el verano que acaba de terminar fue corto y frío, con lo cual pudimos gozar allí de una temperatura ideal. Mi hijo Miguel se pasó todo el verano con los parientes de Galicia, cosa que yo no pude hacer, y volvió entusiasmado de aquella tierra.
En estos días me acaban de dar el coche que tenía pedido desde hacía varios meses. Es un SEAT 1400, que viene a ser el FIAT con una carrocería un poco mayor de la que le correspondería logicamente. En general este modelo da buen resultado pero hay que vigilarlo mucho en los primeros tiempos porque la revisión a la salida de la fábrica es un tanto superficial. Así sucedió que a poco de darmelo me quedé sin el freno de pie y ya puede Vd. figurarse lo desagradable que eso es. De aspecto es excelente y, sobre todo, resulta notablemente barato, unas 150 mil pesetas cuyo valor en pesos uruguayos puede Vd. calcular teniendo en cuenta que el día de hoy el peso uruguayo equivale a 2.75 pesetas.
Al decirle esto pienso en el empeoramiento de la situación económica de ese país, que me causa dolor pues sigo siendo inconmovible oriental y más aún cada día con la ausencia. Cuando uno está lejos desaparecen del pensamiento los pequeños defectos o cosas desagradables que pueden existir y queda sólo la visión de las muchas cosas buenas que hay ahí y de los momentos gratos o trascendentes que uno ha vivido. En este Madrid hermoso, grande, con sus monumentos y sus museos pero situado en medio de una tierra bastante árida añoro los bosques, las playas y las praderas del Uruguay.
Cuando me escriba hábleme de los amigos de la oficina y de su vida y trabajo que de ese modo yo habré de sentirme un poco ahí, como en los tiempos en que nos comunicabamos las mutuas impresiones y comentabamos la realidad, día tras día durante tantos años.
Deseo que su señora y los botijas se encuentren perfectamente. Deles nuestros más afectuosos saludos.
Le agradezco de nuevo todas las molestias que se ha tomado para el envío de mis cosas y rogándole que transmita a todos los viejos compañeros (Perla, Martha, Olga ..., Pérez Dani, Fernández, Escardó y todo el equipo de visitadores, Enrique ... en fin no voy a enumerarlos todos) reciba un estrecho abrazo de su viejo amigo y compañero

[sen asinar]

P. S. La banderita que Vds. me regalaron ocupa lugar destacado en mi despacho debajo de un paisaje de Carrasco pintado por Gurewitsch.

1966-05-07 Mencionado/a
Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández, 1966.
Montevideo
Madrid
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández, 1966. en 07/05/1966

Montevideo 7 de mayo de 1966

Querido Tobío:
De exprofeso he dejado correr los días para contestar a su carta del 10 de marzo, primero esperando que hubieran regresado Vds. de Andalucía y luego ocupado con la llegada de los Giral que han permanecido aquí seis días.
Este aplazamiento me ha procurado la satisfacción de recibir sus postales en donde las vistas más sugestivas de la ciudad donde pasé los primeros e interminables dieciséis años de mi vida.
Me gustaría conocer la impresión que les ha causado a María del Carmen y a los chicos, el melodrama sevillano. Y puesto que la población no ha cambiado nada en su esencia, lo que del aspecto exterior pueda decirme Miguel, me hará rever con sus ojos la voluptuosa ciudad de mis veinte años.
Estoy manoseando tanto los lejanos recuerdos que por dos veces he caido –con pocas líneas– en la alusión a mi alta adolescencia– período vital que mi abuela denominaba "el segundo pavo".
Vuelvo, pues, a la realidad presente que por no ofrecer motivos mayor para el comentario, me obliga a dar escuetamente las noticias de ocasión: Apenas he podido hablar con Herrero de su viaje a Europa. Sólo sé que les encontró a Vds. muy bien y me dio sus saludos.- Los Giral recibieron noticias de Maly en el mismo sentido.- Tanto Pilar, como Antonio, están espléndidamente. Se han aburguesado algo más, y no parece que el tiempo transcurrido desde su marcha, ni la altura del nuevo domicilio o la sequedad y el polvo del altiplano, hayan marcado frescas arrugas en sus rostros complacientes.
Una noche fuimos a cenar al Aguila y conocí a la segunda mujer de Alberto Varela. Este afortunado toco-ginecólogo se me representa como un doctor Fausto absorvido por su esbelta Margarita.
La tercera pareja de la noche la formaban Viruca y su "costillo". Ella ha perdido varios quilos merced a un Ro - numerado que le proporciona Dokow. A él se le nota el avance inexorable de los años, igual que cuando yo me miro al espejo.
El mismo día que llegó su carta para Morató se la entregué, y me dijo que hará lo posible para complacerle y ya le contestará. Está escribiendo las impresiones de su visita al Viejo Continente, y como yo soy, con su esposa, el agente hebdomedario de la lectura del original, mantengo con su autor alguna que otra vez, torneos de escritores –plumas en ristre y máquinas de escribir embrazadas– para enterarnos sutilmente de nuestros innumerables puntos débiles –desajustes de cascos y manoplas, que diría un maestro de armas.
Y puesto ya de punta en blanco, traigo a la palestra a las dos Julias imperiales: En el salón de la primera se han reanudado los conciertos del viernes. No dispongo de espacio, ni tiempo, para contar lo que no sucedio, con motivo de un pianista francés que llevaron una tarde a la hora del aperitivo; el cual comió, bebió y no tocó. Los veinticuatro invitados se sintieron mohínos, Julia se recostó tan gustosamente en el sofá y Elena apostilló la velada, que fue más bien un duelo, con esta frase, sonora y olorosa en francés, que en el idioma natal: "Il est un cochon".
A la otra Julia, la verdaderamente coronada, no hallo modo de encontrarla en su domicilio. A Pepe Luis no lo he visto desde antes de fallecer su padre. No hay duda de que los herederos son de otra generación.
Maria Concha me ha escrito, al dejar Venezuela, seis postales para anunciarme su traslado a Alemania que será seguido de una visita a Viena –música– y otra a Finlandia –pesca– y prometerme el ofrecimiento de su hogar –finalmente estable– que posiblemente sera el arco de algún puente (Puto exhibicionismo, ya que según la cubana tiene una magnífica villa en la Florida).
La señora Olden se marcha el lunes próximo a Alemania. Sé que le ha escrito, pues precisa regresar por Madrid donde se detendrá un día. Lleva la dirección de mi sobrino Emilio, por si necesita que la acompañe a alguna parte, en caso de que usted no pueda. Espero el número de teléfono aunque ella dice que llamará a Productos Roche.
He renovado la suscripción a "Marcha". Hasta pronto. Con todo afecto
Virgilio [sinatura autógrafa]

1966-10-16 Mencionado/a
Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández, 1966.
Montevideo
Madrid
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández, 1966. en 16/10/1966

Montevideo 16 de octubre de 1966

Querido Tobío: Contesto a sus dos cartas del 16 de agosto y del 30 de septiembre que me han causado gratísima impresión. Ha conseguido usted con su aguda modalidad de sentir las cosas y el apropiado estilo al describirlas, darme de mi tierra que tan íntima y avaramente llevo conmigo, una de las más sencillas, reales y, por lo mismo, esplendorosas imágenes, que me haya sido posible aceptar. Se lo agradezco y me alegra que vuelva usted –y toda la familia!– prendados de esas montañas, ese mar y ese cielo que afinaron mi sensibilidad. Con ésta logré, en trueque, a María que convertida en Ariana, me hizo conocer su tierra, para la que no hallé suficientes palabras con que alabarla; pero la amo entrañablemente.
Si me dejase llevar ahora por mi estado de ánimo, esta carta que he tardado tanto en escribir, por la indolencia a que nos lleva el mal clima, las enfermedades que éste acarrea, y el trastornado panorama humano del contorno, se empañaría de un matiz elegíaco que no quiero darle.
Y ya que tampoco me es posible describir las peripecias de un viaje turístico, lo haré a través de las personas que usted conoce y que recientemente se han movido más que yo.
No sé si la señora Olden le habrá escrito últimamente. Por lo que ella me ha dicho, su visita a Alemania, Paris, Basilea y Venecia, fue como una nueva aunque tardía luna de miel que no llegó a gozar por completo, pues le faltó llegarse a Londres. Cuando se disponia a cruzar el Canal, se vio impedida por el cúmulo de pasajes que tenían prioridad a favor de la muchedumbre que iba a asistir al Campeonato de Fútbol. Nuestra amiga ha sentido también mucho no disponer de tiempo para detenerse en Madrid un par de días, saludar a usted, y posiblemente a alguno de mis familiares que no hubiesen marchado aún de veraneo.
Aquí se encontró con la tarea diaria que desborda siempre para todos, de las ocho horas, y ya hace semanas que la veo ojerosa. Pierde demasiado rápidamente ese color de Primavera que le dio fama y que solo en raras ocasiones, después del reposo, la provéen de un faústico lustre.
Hace un mes se inauguró en la galeria Moretti la exposición de obras de Yepes. Me llegué a verla una tarde al salir de la oficina y encontré al autor tan gris de la cabeza a los pies y tan impasible que parecía una estatua más. Sin embargo, se sonrió al verme, pero no apartaba los ojos de un cura con solideo rojo que en medio de un grupo de jovenzuelas hablaba con voz baritonal de algo portentoso, en un italiano a la Zacconi en 'Morte civile'.
Dejé de oirle y me dediqué a apreciar el retrato de Susana Soca, de Batlle y la erizada figura de un fraile en barro cocido –no somo nadie!– con sayas cenicientas, rostro descarnado y flequillo a la moda.
En creciente admiración por aquella mojama de hombre hallabame, cuando su plasmador me susurro al oído: 'Es un San Francisco hecho de encargo'.
'Qué imaginería!' –exclamé en la confusión, pues quise decir: 'Me lo imaginaba!' y enmendando el resbalón, me disponía, –yo también– a lucirme para que me oyesen aquellas ninfas extasiadas, perorar sobre el Giotto y Zurbarán, ensalzando al 'Poverello' a Santo Domigo de Guzmán –no el cubano– y si me sobraba aliento, propagando las excelencias del café con leche, bautizado en Italia como capuchino. Mas no tuve oportunidad. Se nos acercó el orondo sacerdote y con la untuosidad ecuménica de los vaticanistas, felicitó al inspirado escultor, que no supo responder más que presentándonos: El Nuncio. El doctor Garrido.
En su turbación había invertido el orden. O quiza me haya considerado el más importante de los dos, por mi edad, mi amistad y mi solidaridad en el campo contrario. Bendito sea!, el madrileñito creador como el Padre Eterno, de maravillas de barro. Desde este taburete en que describo la escena, le envío mi laica bendición.
Y a todos ustedes mi invariable afecto con apretados abrazos
Virgilio [sinatura autógrafa]

1967-12-23 Mencionado/a
Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández e María del Carmen Soler Ponce de León, 1967.
Montevideo
Madrid
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández e María del Carmen Soler Ponce de León, 1967. en 23/12/1967

Montevideo, 23-XII-67

Queridos Luis y Maria del Carmen:
La alegría que siento al recibir su carta, se torna inquietud cuando he de contestarles, pues siempre lo hago tarde y con fatiga. Me estoy volviendo rápidamente e intensamente perezoso porque la salud no me acompaña. Así que trato de conservar las debilitadas fuerzas para poder cumplir el trabajo de oficina, y cuando llego a casa no tengo ganas de leer, ni de escuchar la radio, y mucho menos de escribir.
Posiblemente este pesimista exordio obedece al aumento de correspondencia que he de evacuar estos días, por las tarjetas de Navidad que continuamente me van llegando. Ganas tengo de "encerrar el pico bajo el ala" y dejar que pase el torbellino epistolar. Porque, ante la confusión no se me ocurre nada que decir y, por otra parte, mi natural manera de comportarme en el trato social, rechazó siempre las corteses frases rutinarias de urbanidad, y a cualquier acto de deferencia que me distraiga correspondo mansamente con sólo muecas de silencio jubilado o desvió la retribución por senderos poco diplomáticos.
Todo esto es también para decir que no ocurre nada en mi ambiente que pueda interesarles. El proporcionarles periódicamente 'Marca' me ayuda a darles "fe de vida" y a enterarles, con el testimonio de los más sagaces y polarizados ingenios de esta República Oriental, de lo que sucede, tanto en la letra como en el espíritu.
Y así, por fuerza, he de limitarme a la intranscendente crónica menuda, refiriéndoles, en primer término, que días pasados atracaron en la calle Pereira a la Sra. Olden, dos jovenzuelos de los que pululan por Pocitos, y luego de golpearle la cabeza con un objeto blando, que no llegó a herirla pero la conmocionó unos instantes, le arrebataron el bolso con llaves, carnet de identidad, otros documentos y mil setecientos pesos. Cuenta nuestra amiga que estuvo un par de horas sin saber lo que hacía; pero el hecho es que regresó donde había estado reunida hasta el anochecer con unas amigas; éstas la llevaron al Panamericano y allí tuvo que esperar unas varias horas hasta que vinieron a abrir su piso. No recuerda nada de esto, pero una persona que la acompañó me lo ha referido. Al día siguiente llegó a la oficina, contó el incidente; Herrero le sugirió que presentase denuncia a la policía y ahí quedó el asunto. De hecho se ha repuesto pronto y totalmente.
Julia está cada día más encorbada, delgada y anémica. Temo, por ella, la llegada de la mala estación, dada la carestía de la vida y los limitados recursos con que parece contar para defenderse. Elena, a su vez, cada día ve menos; con lo que las pobres amigas nos están dando un sensible ejemplo de invalidez. Por añadidura, hoy mismo, al volver yo de la playa, la vi que no podía abrir la puerta de la verja. Traté de hacerlo yo y me fue imposible. Allí se quedó diciendo estoicamente que permanecerían encerradas. Algo después nos dimos cuenta que la palanca no estaba pasada y de un empujon pudieron "volar las grullas".
He sabido ultimamente que han operado a Bowie –ahora de la próstata. Sus vias urinarias están como la canalización de ciertos barrios– y ya se encuentra restablecido, a juzgar por el cable de felicitación que ha enviado a la oficina. Su sucesor se comporta bien con el personal y, por lo tanto, exige a cada uno el buen cumplimiento de sus obligaciones. Precisamente, lo que necesitaría la administración publica de esa libre y apacentada población.
Del que te dije, algunos puntales de las fuerzas vivas uruguayas, se hacen lenguas, por haber sinceramente sobrevalorado la Madre Patria o porque, al posarse en la piel de toro, la tranquila indiferencia ciudadana que han podido observar, convino a sus intereses.
La muerte de Gestido ha causado casi unánime sensación y ahora se le reconocen algunas virtudes. Nunca me gustaron las honrosas oraciones fúnebres, ni siquiera las breves cartas de pésame que me veo obligado a prodigar y que limitan mi vocabulario epistolar a un balbuceo idiota. Prefiero aquel manoseado chiste de Antonio en que la vieja hizo definitivamente mutis del mundo viviente con un estrangulado ronquido.
Y aquí dejo el [?] que había de servirme para los funerales del año y conjuro para el próximo a las potencias sobrehumanas a fin de que protejan su salud y la integridad espiritual que es su mejor escudo nobiliario.- Con todo afecto.
Virgilio [sinatura autógrafa]
Va tarjeta aparte.

1970-02-11 Mencionado/a
Carta de Lois Tobío Fernández a Virgilio Garrido, 1970.
Madrid
Montevideo
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Lois Tobío Fernández a Virgilio Garrido, 1970. en 11/02/1970

11 de febrero de 1970

Querido Garrido:
Sigo recibiendo los ejemplares de "Marcha" que Vd. me envia y que me tiene al corriente de la situación del país y, en cierto modo, vienen a ser como cartas de Vd. La última verdaderamente tal la recibí hace ya algún tiempo y he ido demorando su respuesta por los mil problemas y enredos de esta vida madrileña cada vez más complicada y desagradable. No puede imaginarse cuánto añoro los tiempos de aquel Montevideo que vivimos cuando estaba Giral, antes del diluvio. Veo ahora esos tiempos como casi paradisíacos, sin mayores problemas ni preocupaciones a diario, al contrario de lo que aquí sucede que se encadenan y enredan sin que uno sepa si alguna vez va a verse libre de ellos pues apenas se resuelve uno, más o menos mal, otros surgen inmediatamente.
Ahora hemos terminado de salvar el obstáculo que supuso los 15 meses de servicio militar de Miguel que le hicieron perder un año de la carrera. Para él fue una experiencia sumamente desagradable porque a causa de cierta intervención que había tenido años atrás en una algarada estudiantil, no le concedieron el más mínimo alivio en el servicio, ni destino en oficinas o permisos como es usual con estudiantes, y tuvo que efectuar las tareas más mecánicas y desagradables de un regimiento de ingenieros.
Felizmente esto ya pasó como una pesadilla y ahora, reanudados sus estudios, esperamos que termine la carrera para junio, habiendo recibido, en tal caso, la oferta de un empleo en una empresa de auditores norteamericanos. Esta oferta se le hizo debido a su expediente académico brillante que ya le sirvió para obtener dos veces un premio en metálico que una empresa privada otorga cada año al mejor estudiante de cada curso.
Constanza, por su parte, está en último de bachillerato superior y parece que iniciará filosofía y letras. Además, sigue cursos en el Instituto británico, donde hizo el bachillerato elemental y recibirá este año también el diploma de profesora de inglés, lengua que por haber comenzado su estudio desde muy niña, domina a la perfección.
Nosotros, los viejos, esperando ver cómo se encarrilan los muchachos para luego poder descansar un poco pues estamos viendo cuán cierto es el refrán de que "hijos criados, trabajos doblados".
Hace unos días estuvo a verme con Herrero, en la oficina, la señora Olden, tan amable y animosa como siempre. Me dio saludos de Vd. y de los demás amigos y ex-compañeros de ahí. Me contó también cosas de ese país y quedó en avisarme al regresar por si había oportunidad de que nos viésemos más de vagar. Por ella supe que Vd. trabajaba ahora sólo medio horario, cosa natural y que comprendo muy bien pues también empieza a cansarme un poco el absurdo doble horario que aquí padecemos (y que, además, es media hora más largo que en Montevideo). No se puede Vd. dar idea de lo engorroso que resulta hacer cuatro viajes cada día a través de las calles congestionadas y frecuentemente embotelladas de este Madrid infernal de aire polucionado. Cuánto añoro aquel Montevideo en el que veníamos cómodamente por la Rambla prácticamente sin detenciones ni tropiezos.
También supe por la Sra. Olden que había fallecido la esposa del Dr. Bahr en un doloroso accidente de tráfico. Es realmente muy lamentable que perezca así una persona joven. Me imagino lo que esa pérdida habrá significado para nuestro buen amigo.
Las cosas políticas se hallan ahora aquí en un período de expectativa. El Opus Dei es prácticamente dueño del poder ante la física declinación irremediable del patrón y los falangistas, antes tan jaques y farrucos, están batiéndose en retirada y algunos de sus elementos, desertando al Opus. El caduco armazón fascista español, mantenido aquí por esas cosas raras de la Historia de España (cuando en el extranjero es ya algo de un remoto pasado), se está cayendo ahora, por fin, a pedazos, lentamente, y su vacío lo van ocupando estos jesuitas laicos del Opus Dei, que tienen una potencia financiera formidable y un tanto misteriosa y que aspiran a entronizar una especie de teocracia de nuevo tipo. Lo curioso es que una buena parte de la Iglesia está contra ellos. Y también es curioso que se presentan como tecnócratas para corregir la incompetencia palabrarera y demagógica de la Falange; pero hasta ahora estos nuevos ministros tan jóvenes y lucidos, con brillantes expedientes de teorizantes y vencedores de memorísticas oposiciones, no parece que se sientan muy seguros en lo que van a hacer y más bien da la sensación de vacilación y despiste. Llevan más de tres meses en el poder y no hemos visto nada nuevo ni eficaz en su gestión; hasta ahora siguen tirando sin haber efectuado ninguna modificación sustancial en el ritmo vulgar y cansino de estos gobiernos del final del franquismo. Tan sólo el Ministro de Asuntos Exteriores anda de aquí para allá en tournées como de bailarina muy espectaculares pero sin que se vea mayormente resultados por ahora.
Giral nos avisó que pensaba volver por aquí para primavera. Mucho nos agradaría volver a abrazarlos.
Esperamos que Vd. continúe bien de salud y de humor y con saludos para los amigos de ésa con quien se encuentre, reciba nuestros cariñosos abrazos.
[sen asinar]