PROXECTO EPÍSTOLAS

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2 MENCIóNS A Benito Marianetti

Escritor, avogado e militante comunista, natural de Mendoza e "desaparecido" o 1 de outubro de 1976.
Epístolas
Mencionado/a [2]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1949-05-21 Mencionado/a
Carta de Frontini a Seoane. 1949
Bos Aires
París
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Frontini a Seoane. 1949 en 21/05/1949


Buenos Aires, mayo 21 de 1949
[Manuscrito:] Sábado, 16 horas

Sr. Luis Seoane
París

Querido Seoane:

Recibí tu segunda carta que en parte destiné a [Luis] Falcini como continuación de la que me escribiste. Antes había recibido otra fechada en Dackar. Luego leí la carta que enviaste a Falcini. Me doy cuenta de que tu destinatario porteño actual es una persona colectiva y que lo que escribes –tus impresiones– lo escribes pensando en todos. Fenómeno de nostalgia, tal vez; de distancia y por ende de agrupamiento, quizá. Te imagino fervorizado ante el espectáculo de una ciudad y unas cosas con solera, soñadas durante muchos años. Yo también pienso en París un poco porque me gustaría vivirla con profundidad y otro poco porque querría huir de esta ciudad tan llena de falsedades y tan gruesa. No lo digo por señoritismo de gustos; lo digo por cansancio de estar entre gentes pesadas e inmorales. Por más que uno se aísle entre sus iguales, la boñiga del contorno huele de manera insoportable.
Eso que dices de las gentes de Francia acerca de su don de simpatía o de su calidad humana debe ser fruto de sus largos recientes sufrimientos y de pensar su propia realidad con menos soberbia o con ninguna. No era así antes. Y no debió serlo, seguramente, porque era tradicional la opinión de que el francés (acaso el de París, el francés cosmopolita y resentido por la prepotencia del americano rico y atropellador) miraba con menosprecio todo lo que no procediese de Francia. Jules Romains descubre esa llaneza, esa condición de humanidad predispuesta a la comprensión y a la inteligencia, a su regreso de Estados Unidos luego de acabada la guerra. Pero de todos modos, es indiscutible que el pueblo francés, como el italiano y como el español se nos presenta enterizo, agradable y noble. Eso lo experimenté en España y en todas partes con las gentes trabajadoras del campo y de la ciudad.
Tengo la responsabilidad de haber lanzado la idea de que te designasen para el Congreso de la Paz. De eso hablé con Giudice y con Thenon cuando me vinieron a comunicar que yo había sido designado para ir como delegado. Me tuvieron medio loco en los trámites del pasaporte y el pasaje. Yo había dispuesto lanzarme a París por un mes, pero fallaron las finanzas. Giudice me dijo que Marianetti había llevado las credenciales para ti. No sé que hubo de cierto. Y la idea de haberte propuesto se la transmití a Falcini, quien carga con la responsabilidad de haberte propuesto en la S. de A. P. Lamento mi fracasado viaje que dejaré para otra ocasión. Todo lo relativo al Congreso aquí estuvo lleno de improvisación. Sospecho que, como dices, las cosas no debieron estar muy bien organizadas y que el enfoque de la paz con respecto a los problemas sudamericanos pudo haber sido mejor. Leí todos los boletines. Algunos discursos fueron magníficos. Aquí formamos un comité por la paz y esperamos poder juntar el dinero para editar todos los discursos.
Desde que te fuiste las cosas de aquí han seguido el mismo estilo y el país está barranca abajo. Sospecho que te interesará saber si ocurrió algo con tus inquilinos. Creo que repetí varias veces algunas malas palabras –como decimos los descendientes de italianos– porque no hiciste las cosas como te las aconsejé; me habría sido más fácil mi gestión. Con todo te cuento en pocas palabras: el tío a quien le diste el departamento metió dos matrimonios; una mujer churra de mal genio armó varias broncas a la otra mujer y los hombres ídem. La portera, sin saber que hacer ante las quejas de las vecinas. La churra solía ir a la puerta de calle en ropas trasparentes... Melella sin dar pie con bola y temiendo que perdieras el dep. porque el dueño de la casa solía hacer guardia para pescar alguno de los escandaletes que, aunque a puertas cerradas, dejaba escapar la altisonancia. Total: que en un día de lluvia tuve que ir al departamento. Hablé con la portera y con los esposos –digo con la pareja– más accesibles, que estaban decididos a dejar el sitio. Les aconsejé que lo dejasen, pensando que de esta manera uno de los interlocutores de las broncas al desaparecer las habría hecho imposible en adelante. Así fue. Todos contentos. Pero al día siguiente entró a ocupar la habitación desocupada una señora con un gran mastín. El perro, en ausencia de la dama, armaba sus broncas particulares y soliloquistas ladrando a todo trapo y los vecinos... otra vez. Y la portera y Mellela. Entonces llamé al tío y le expliqué: 1º que se trataba de ponerle bozal al perro; 2º de salvar él los 7.000$ y tú el Dto. Lo comprendió. Me dijo que el matrimonio restante dejaría la casa a fin de mes (abril) y que entrarían en sustitución dos obreros. Le hice toda clase de recomendaciones acerca del comportamiento que debían seguir y le expliqué que yo podía hacerle abandonar la casa en un periquete. (Yo sé que no puedo hacer nada porque no tengo ninguno de los papeles que te aconsejé...). Parece que todo está bien ahora porque no he tenido noticias catastróficas.
Expuso [Orlando] Pierri.

IMPORTANTE. Los francos. Hablé con Losada. Diez días antes de recibir tu carta (tu carta no tenía fecha). Losada me había enterado de las dificultades puestas por el gobierno francés a la entrega de fondos. Cuando Losada te prometió la entrega en francos, se fundaba en sus propias experiencias de poco tiempo antes. Ahora espera ver la manera de hacértelos llegar. O la bolsa negra o el giro bancario con las mermas consiguientes; o la compra de dólares aquí y que alguna persona te los lleve. O alguna otra solución que no te reduzca considerablemente la suma que esperabas recibir. Quedamos así: que tú me escribirías o le escribirías directamente diciéndonos cuanto tiempo puedes esperar; tiempo mediante podría darse alguna buena solución. Si transcurrido ese tiempo no se alcanza la solución mejor (la que se desea como mejor entre varias posibles), te enviaría los francos, (es decir, los 1.300 pesos en francos por giro de bolsa negra o bancario). Contesta, pues, enseguida.
Yo estoy en estos días muy atareado porque he iniciado los trámites para el remate de la casa de mi madre, y el de los muebles, y con el problema de mi vivienda. Todo un lío engorroso y con gripe...
Los amigos bien.
Saludos a [Manuel] Colmeiro y a [Rafael] Dieste y también a [Carlos] Castagnino a quien no vi el día de la despedida en casa de [Simon] Scheimberg porque no pude ir. Un abrazo cordial para ti y Maruja. Hablan ya francés?
(Fecha las cartas, escribe a destinatario individual y dinos las cosas que haces...)
No dejes de ver a Genevieve y Simone

Frontini

[Manuscrito:] Sábado 19,30 horas. Falcini, con quien hablé por teléfono hace un momento, me pidió que te diga que pronto te escribiría.

1949-06-18 Mencionado/a
Carta de Scheimberg a Luís e Maruxa Seoane. 1949
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Scheimberg a Luís e Maruxa Seoane. 1949 en 18/06/1949


18 de junio, 1949

Queridos Maruja y Luís Seoane:

Aprovecho el día de hoy –feriado y víspera de otro feriado– que me levanté con ganas de escribir, cosa que no me pasa con frecuencia, para hacerlo. Además (y guárdenme este confesión), como siempre tengo la sensación de que estoy escribiendo para la historia –no por lo que respecta a mi persona, sino por la [carta] quien escribo– me siento cohibido y casi sin saber cómo hacerlo. Y, como es natural, termino casi siempre por no escribir y la gente por creerme un mal educado. Les doy esta explicación, queridos Maruja y Luis, nada más que para que me disculpen la demora en contestar a v/ carta del 11 de Mayo.
Nos alegra, a Aída y a mí, que les haya caído tan bien París. ¿Cómo no había de ser así? Nos imaginamos que vivir en estos momentos en París para personas inteligentes como Vds. y llenas de inquietudes de todo orden, es algo así como vivir en el centro mismo de la historia. Porque aunque el tono de nuestro tiempo no lo dé, talvez en estos momentos Francia precisamente, tengo para mí que las cosas sólo adquieren verdadera universalidad el día que Francia –es decir, París– las hace suyas. Pero dejemos eso porque Vds. van a creer realmente que me propongo parecer solemne e importante, lo que está muy lejos de mi ánimo y menos hoy, que gozamos de un día casi primaveral. Lamentamos no poder estar con Vds. y gozar con Vds. de todas aquellas maravillas, pero si Dios nos da vida (y no tendrá más remedio que hacerlo –si sabe lo que hace) algún día iremos por allí Aída y yo. Talvez el año que viene. En agosto, el 20, salen para Francia Kornblith y Sonia; piensan asistir al Congreso que se va a realizar en septiembre en Praga. Castagnino y Nina salieron hace cosa de un mes para Italia, de donde irán a París (si es que ya no están allí): Debieron llegar a tiempo para el Congreso de la Paz de París, pero n/ policía les impidió la salida para reducir la representación argentina en ese Congreso; pero nada han conseguido, pues la Argentina estuvo bien representada. Va dicho con eso que yo creo que la Sdad. Argentina de Artistas Plásticos ha tenido buen criterio al designarlo a Vd. para que represente en ese Congreso a los artistas argentinos. Qué importa que Vd. no tenga condiciones de orador si tiene otros títulos muy superiores? Pero no sigo para no envanecerlo... Escuché a los Drs. Fernández Ordóñez, de Córdoba, y Marianetti, de Mendoza, sus declaraciones –en pequeñas reuniones privadas (otra cosa no es posible hoy aquí)– sobre el Congreso. Por de pronto, creo que el mismo ha sido un perro serio para los guerristas de todo el mundo y lo será más a medida que el movimiento pacifista vaya tomando cuerpo en todo el mundo.
Gracias por las cosas que me dice de su visita a la Exposición de Zadkine (sólo a medias santo de mi devoción). Participo de su buena opinión sobre el arte –o algunos artistas argentinos. Por carta que hoy escribo a Colmeiro, sabrá de la Galería Cavalloti que aquí se ha inaugurado. Mandé también allí –para que Vd. esté representado– su mujer La blusa azul.
Para compensarme a mí mismo de no poder viajar, he agregado algunas pequeñas cosas a mi galería –adquiridas– y Sibelino me regaló un hermoso calco de una cabeza de mujer que expuso en la Hebraica (a cuenta de un fantástico retrato de la mujer que va a mandar –si no se acobarda, pues es de factura muy atrevida– al Salón y del que me prometió una copia).
Falcini está desarrollando este año un estupendo programa en la Hebrica, [escrito na marxe dereita da última folla:] que sigue siendo un centro de reunión de lo mejor de nuestros artistas plásticos. Trasmití sus saludos a los amigos. Escriban a menudo y téngannos al tanto de sus andanzas, aunque demoremos en contestar. Con un gran saludo de Aída y mis hijos para Maruja y Vd., los abraza

Scheimberg