PROXECTO EPÍSTOLAS

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3 MENCIóNS A Luis de León (1527-1591)

Poeta, humanista e relixioso agustino da Escola salmantina.
Epístolas
Mencionado/a [3]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Mencionado/a
Carta de González Carbalho a Seoane. Sen data
Vigo
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de González Carbalho a Seoane. Sen data

[s/d]

Mi día de llegada a Vigo
(Impresión con aire de carta)
Amanecía cuando entramos a Vigo. Agazapadas en la bruma, alcancé a ver dos islas vigilantes, entre las que el Laennea pasaba silencioso. Y apareció la inmensa bahía en un profundo éxtasis de plata: y pálidas luces, barcas a velas deslizándose rápidas sobre el agua y el círculo erguido de la costa. Manuel Colmeiro, el pintor gallego que bajaría en El Havre, iba enumerando las poblaciones y a su vez despertaban, iluminándose. Ahora la luz es rosada, azul, verde. Y yo vuelvo a mi infancia, cuando mi padre, de sobremesa, hablaba de la ría natal. [Quise entrar a España por la puerta de Vigo y aquí estoy, con llanto en los ojos, dispuesto a que echemos una parrafada, tierra de mis mayores. Así decía entre mí, oyendo a Colmeiro, su emocionada enumeración, sin responderle palabra. Veíame como ser imaginado más que real. Este era yo; el que soñé este viaje. Y lo realizaba. Lo soñé de niño, oyendo a mi padre hablar de tu hermosura, oh Vigo. Después lo soñé, tocada el alma de nostalgias y anhelos. Lates en mis venas, tienes una afirmación de tiempo en mi sangre. Y ante mis ojos despiertas, ciudad marinera, en un círculo que me va abrazando. Tus techos rosados, tus casas de piedra, tu vegetación generosa. Ondula el terreno en un movimiento equilibrado musicalmente. Y siento la embriaguez que se experimenta cuando nace un amor. –Que al morir– rezo– me cubran con sábanas de este aire balsámico y anide en mis oídos esta música de rumores. Y tú me respondes con tu mañana de generosos augurios, vieja ciudad, anterior patria mía.
Ya cae la planchada. Estamos descendiendo. Pienso que deberían tocar el polvo del suelo y persignarse con él. Y me oprimen de pronto las manos de Paco Fernández del Riego, el gran escritor amigo, que me presenta al poeta Emilio Álvarez Blázquez. Me llevan del brazo. A no ser así, sabedlo, caería, que la emoción me acorta las fuerzas. Pero me reconforta el almuerzo, al que se uno el poeta Celso Emilio Ferreiro, otro gallego de ojos azules. Comemos ostras y centolla, rociados con vino del ribeiro. Del Riego hace alarde de erudición nombrando peces y mariscos. Para el café, subimos en automóvil al parque del Castro. Desde allí veo la bahía a la inversa de mi entrada a Vigo. Comprobaré más tarde que desde cualquier ángulo que se mire, la bahía, su agua de un alucinante verde, se contempla siempre. Las gentes llevan grabada en sus ojos esta natural grandeza. Y la lírica niebla que es frecuente a la distancia. Tu padre nació hacia allá –habla Del Riego extendiendo el brazo– en el Valle Miñor, puedes ir en tranvía.
Y regresamos, ya sin el auto, descendiendo con lentitud la pendiente llena de sorpresas, entre residencias envueltas en un hálito virgiliano que invitan al ocio, a la labor creadora. La tarde resplandece. Los pinos extienden su umbrosa cabellera. Hay pájaros que cantan con cristal tan puro que obligan a callar. La claridad es también un cristal purísimo. Cierto es que hablamos de poesía, de acuerdo todos en que el nombre de Antonio Machado se hermana con el de Fray Luis. Un clásico. Conjúgase todo en una misma atmósfera: el paisaje, estos hermanos sin apuro, la conversación. Inesperadamente, oigo mi voz, digo que ni a la hora de la siesta callan los pájaros y mi voz no disuena en el ámbito, entre estas casas, en la pendiente que conduce al centro animado de Vigo, bajo esa luz que es fresca y cálida, nueva y antigua. Entonces me siento inauditamente dichoso y quedaría sentado sobre una piedra, como esa mujer que toma el sol, la cabeza cubierta por un pañuelo oscuro. Oyendo al tiempo. Mi padre me dice desde mi corazón: “Está bien, hijo mío”. Y le respondo: “Sabes que vine a encontrarte en tu tierra, porque no era posible tanto tiempo sin verte”. ¿Sería exagerado decir que voy sabiendo quién soy, que comprendo mejor cuanto pienso, con estas cosas? A mi lado mis amigos, seguimos andando. “Sí, –dice del Riego– la austeridad de Machado se encuentra sólo en los clásicos...” Y un jilguero alza su voz, levantándonos en su trino, sosteniéndonos en el aire un instante en que el cálculo del tiempo se pierde y puede ser eternidad.

González Carbalho

Querido amigo Seoane:

Vd. me pidió las impresiones de mi primer día en Vigo. Aquí van. No reflejan sino una parte de lo mucho que siento. Vd. se sentirá deseoso de estar con nosotros. Y Maruja también. Los hemos recordado con verdadero cariño. Aquí los siento, en toda esta maravilla de carácter y de color que es Vigo. Me he deleitado andando por la ciudad, solo, viendo las sardineras a las que siempre se acerca un gato ilusionado. Me encanta ver como camina la gente, su ritmo, por las pendientes. He visto mujeres con verdaderos huertos en la cabeza. Qué tema las verduleras para pintar! La gente aquí es excepcionalmente hermosa y buena. Hablar por las calles con alguien es recibir una atención. Si les viene bien, háblenle a Maceira y a Angelita diciéndoles que los recuerdo a cada paso. Un abrazo para Vds. de

González Carbalho

1948-02-29 Mencionado/a
Carta de Otero Espasandín e Ortiz Alonso a Seoane. 1948
Nova York
Waynesburg
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Otero Espasandín e Ortiz Alonso a Seoane. 1948 en 29/02/1948

Nuevas señas: 44, East Wayne Street
Waynesburg, Pa. USA
29 de febrero de 1948

Sr. D. Luis Seoane
Buenos Aires

Querido Luis:

Ayer, mientras nos hallábamos con las manos hasta el codo en la tercera mudanza –que no lleva trazas de ser la última– nos llegó tu carta fecha 23 del corriente. Con los riñones medio averiados de cargar libros y todo lo cargable ayudado por dos alumnos y por Alicia y Cuqui, me pongo a escribirte la respuesta en el nuevo mechinal; para colmo me encuentro un tanto resfriado y con la cabeza un tanto hueca, así que no te extrañes si el nivel de la correspondencia se interrumpe con un bache o precipicio mayor de la cuenta. En primer término, debo decirte que llegó el mamotreto de Hurtado y Palencia con todos los atributos de la sacrosanta cochambre nacional. Me va a prestar muy buenos servicios, pese a todos los pesares, y te agradezco como se merece un obsequio de esta monta económica. Estoy leyendo ahora un libro sobre Cervantes publicado por la Universidade de Oklahoma con ocasión del centenario; su autor es un inglés que ha residido muchos años en Portugal y España, donde fue corresponsal de un importante diario londinense; ha escrito muchos libros sobre autores ibéricos, entre ellos uno sobre Gil Vicente, otro sobre Fray Luis, otro sobre Arias Montano; es autor del libro o antología portuguesa publicada por la Universidad de Oxford y similar al de poesía española editado por Fritz–Maurice Kelly y ahora corregido por Trend. Sospecho que el autor es católico, aunque no estoy seguro, pero aun así, ¡qué amplitud de ideas y qué generosidad y documentación ante el autor del Quijote! Nuestros profesores de literatura, aun los de la talla de Hurtado y Palencia, producen una impresión lamentable por comparación con este hombre de letras, ahora residente en la Columbia Británica. Todo cuanto afirma sobre Cervantes va respaldado con multitud de citas al pie de la página tomada a veces de las obras menos leídas de nuestro Manco: el Persiles, los Entremeses, comedias apenas editada, etc. Hay alguna coladura en pequeños detalles, no tanto relativos a Cervantes como a otros aspectos de nuestra literatura, pero se los perdonas con gusto por el horizonte de conjunto y las vías de interpretación cervantina y literaria en general que despliega. Pero no pude terminarlo por culpa de la dichosa mudanza, así que si algo nuevo se me ocurre, te lo diré en la carta siguiente. Aquí, seguimos haciendo nuevas exploraciones. El pasado domingo un señor nos llevó hacia el suroeste, hacia el estado de Virginia del Oeste, a unos cincuenta kilómetros de ésta. Había una luz excelente y tuvimos ocasión de explayar la vista sobre un círculo de colinas dilatado, de espléndidos contrastes y armonías. A veces te encontrabas frente a frente de una cañada de robles y sicómoros, éstos de blanco a la manera de los bidoeiros o de los álamos blancos de Galicia. Otro curioso aspecto del paisaje por esta parte son los derricks del petróleo o del producto afín al petróleo, el gas natural. A esta circunstancia débese que el gas de cocinar sea aquí baratísimo, pues no necesitan extraerlo del carbón, sino del suelo directamente. El dueño de la casa donde ahora vivimos es un técnico de una campaña petrolera y me prometió llevarme consigo cuando vayan a perforar la corteza terrestre en busca de un depósito de este producto. –Hace cosa de una semana Alicia y yo fuimos a dar uno de nuestros frecuentes paseos; por la noche había caído una respetable nevada, pero los días precedentes a la nevada habían sido realmente primaverales. Como consecuencia, habían llegado del sur grandes bandadas de una especie de pájaro de la familia del tordo que aquí llaman robin por tener el pecho colorado como el robin europeo. Los pobres estaban chasqueados, pues el tiempo les había jugado una mala pasada, y se refugiaban a la orilla de los regatos, único sitio donde podían encontrar algo de comer. Ayer una gran bandada se posó delante de nuestra casa; Cuqui fue la primera en advertirlos y dio la voz de alarma, así que inmediatamente salimos a la ventana a verlos. Es un pájaro realmente hermoso con su pecho anaranjado, su cola larga y con una mancha blanca en el arranque de la cola. Esto quiere decir que la primavera está cerca, si bien hoy han caído copos de nieve durante todo el día. Ayer por la noche hizo bastante viento, y como estamos mismo al lado del parque del colegio, durante toda la noche, al despertarme, sentía el zumbar del viento en los árboles, que a Alicia le causaba miedo y a mí una dicha extraordinaria, pues me traía a la memoria el viento otoñal de Galicia. Hace cosa de quince días, dimos otro paseo Alicia y yo hasta un bosque cercano a la ciudad. El suelo estaba seco y por ello pudimos sentarnos a nuestras anchas debajo de los árboles; sin darnos cuenta, rompimos a cantar, mientras el viento balanceaba las copas desnudas de los robles, y de pronto nos acordamos de Maruja. “Si estuviera aquí Maruja –nos dijimos– con qué gusto hubiera cantado canciones gallegas entre estos robles casi gallegos”. Naturalmente, nos dio la rabia de siempre saberos ahí entre esa podredumbre sin el consuelo de un bosque solitario donde recordar, donde soñar, donde cantar, donde pintar, dormir, escuchar el rumor del agua, el cantar de los pájaros, el ruido de una furtiva alimaña... Pero un día será, un día estaréis con nosotros, Maruja podrá cantar a sus anchas y tú pintar, correr, fantasear y maravillarte de que el mundo exista todavía tal como lo hayas podido vivir en la Arzúa o en el Ulla. Es el caso que nosotros casi os necesitamos tanto a vosotros aquí, como vosotros nos necesitáis, de momento al menos, a nosotros, y por eso no cejaremos en nuestro empeño de traeros. Estad seguros. Esos retratos que estás haciendo pueden ser la clave de la venida; acaso se te pueda traer con el pretexto de hacer determinados retratos, y una vez aquí, hacerlos de veras; dinero hay bastante por aquí: todo es que podamos convencerlos de que los retratos bien valen unos centenares o millares de dólares. Esto no es fácil simplemente porque en las pequeñas ciudades no se entiende más de pintura que en la presidencia del Centro Gallego; pero todo es cuestión de empezar: en cuanto una señora encopetada se haga un retrato, se lo hace hasta el moro Muza. Mándame, pues, algunas de esas fotografías cuanto antes, aunque tengas que hacerlas a toda prisa. Poco a poco Alicia y yo nos vamos familiarizando con esto y vamos teniendo mayor autoridad moral y hasta intelectual, lo cual puede el día menos pensado resultar en una solución como la de la sección de arte, la decoración de una sala del colegio o del gimnasio. Éste es el edificio del colegio de grandísimas proporciones con piscina, comedores, pista de basketball y muchas cosas más. ¿Quieres saber que aún no tuve ocasión de ir a Pittsburgh? La cosa parece fácil y lo es, pues muchos de mis alumnos vienen y van todas las semanas en su coche particular, y además hay servicio continuo de ómnibus. Pero hay una cantidad de zarandajas por el medio que mete miedo. Mañana pienso ir, pero saldremos de aquí tarde, y estaremos sólo unas horas: nos lleva un matrimonio en su coche. He recibido hoy unos impresos de Galicia (Santiago) para adquirir acciones de una empresa editorial entre cuyos fundadores está Pedrayo,Varela Radio y otras personas, algunas que yo no conozco. Supongo (que) estarás al tanto de lo que se trata; la idea me parece excelente, y la ocasión casi también. Claro está, no puedo adquirir acciones, pero si pudiera, la cosa no me disgusta, pues es un aspecto de muchos de nuestros proyectos tantas veces discutidos. Bien aconsejada esta editorial puede hacer mucho, sobre todo si las cosas pasan adelante. Espero que me digas por tu parte algo de lo que sepas; ¡quién sabe si Pedrayo no llevó tus proyectos a Galicia! Voy a contestarles de todos modos y darles ánimos. Los poemas de Alvariño me parecen muy buenos, como a ti; tienen hondura y sinceridad lírica, riqueza de lenguaje, todo, en fin, cuanto se pueda exigir de un poeta moderno. Pero creo que Valle Inclán le haría el reproche de eludir los ritmos gallegos, los ritmos de danza, de faena y de molino. Pero el mismo defecto tenía Manuel Antonio y otros escritores jóvenes y hasta viejos, en parte debido a que, con la excepción de Valle Inclán, nuestros ritmos ancestrales pasaron desapercibidos. Es necesario llevar a cabo una investigación a fondo en ferias, romerías, espadelas, mallas, sachas, recuestas, foliadas, etc. y llegar a los elementos puros de nuestros ritmos. Los libros de Valle pueden servir de punto de partida, ¿no crees? Rosalía tenía un oído maravilloso y lo utilizó para enriquecer la versificación castellana; pero a mi modo de ver, en gallego quedó a mil leguas de D. Ramón, como se comprueba en Voces de gesta, por ejemplo. “Un fato de nenas novas –todas elas sin camisa– Eu no medio sin cirolas” ¿Hay algo más netamente gallego que el ritmo de estos versos populares tomados por Valle Inclán con su fino sentido rítmico? Algo de esto echo de menos en Alvariño y en todos los poemas gallegos de última hora. Bueno, Luis, estoy resfriado; tengo la cabeza hueca y estoy cansado de la mudanza. Me alegro de que Nova edite tu libro; es lo menos que Cuadrado y ellos pueden hacer por una persona a la que tanto deben. Me alegro que Colmeiro esté de buen humor y sobre todo de que pinte. ¡Cómo envidio esa visita tuya al estudio y esa revisión de sus lienzos de antaño y de hogaño! Hará bien si sale de ahí y si expone. El exponer es siempre bueno a la larga como tú estarás convencido. Lo malo es que a veces exige sacrificios y dispendios dolorosísimos. ¿Qué hacen Castañino y señora, Torrallardona y demás pintores de por ahí? Bueno, escribe pronto y te contestaré en el acto. Tus cartas son leídas y releídas por los tres –mejor dicho, vuestras cartas–. Saludos míos a los amigos: Dieste, Mariano, Farias, Cuadrado, Antonisen y Nogués, Torrallardona, Merli, Frontini, Sirio y Mallea, Varela, Losada –le voy a escribir para aclarar un asunto relativo a mis libros–, Colmeiro, Viau el joven, etcétera, etc. –Para vosotros dos un abrazo colectivo y un aturuxo

Otero

Queridos Luis y Maruja:

Los maridos se ve que no nos dejan ya nada que decir, lo agotan todo de ganas que tienen de comunicarse. Siempre pensamos en vosotros y casi compramos una casa con la idea de traeros, pero las condiciones resultaron demasiado difíciles y por ahora hemos desistido, pero ya aparecerá alguna para alquilar cuando menos lo pensemos en que quepamos todos. ¿Llamasteis a los Salgués de mi parte? No dejéis de hacerlo y decirles que no tenemos noticias suyas desde hace siglos. ¿Cómo están? Saludos a [manuscrito na marxe dereita por Alicia:] todos los amigos y escribid pronto, no seáis perezosos.

Alicia

[Manuscrito na marxe esquerda por Alicia:] Dile a Ascensión que le mandé 27 dólares a Maruca por el poncho que es lo que ella me dijo que valía. Gracias.

1967-02-28 Mencionado/a
Carta de Seoane a Díaz Pardo. 1967
Madrid
O Castro [parr. Osedo, conc. Sada]
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Díaz Pardo. 1967 en 28/02/1967

Madrid, 28 de febrero de 1967.

Sr. D. Isaac Díaz Pardo
El Castro

Mí querido amigo:

Acabo de recibir tu carta. Muy bueno tu artículo sobre Picasso aunque no esté de acuerdo con algunos reparos que dejas traslucir y piense, que entre lo mejor de su vida de pintor, están sus últimos cuadros “alegres” de la galería Loise Leiría. Discutiremos esto. Lo de la Galería Gaspar lo sospechaba. No tengo nada que hacer aquí. En todo caso volver a empezar y no me quedan ganas. Es el país que “decíamos ayer” de Fray Luis de León, olvidando todo lo que quedó entre ese ayer, que es antesdeayer, y hoy. Expongo el 4 de Mayo en Colonia 25 óleos recibí noticias, y se prolongó un mes la exposición de Bonn termina en abril.
Ahí va el proyecto de revista: Formato 28 x 22 aproximadamente; páginas 56, 1ª página, redacción, talleres, abonos, etc., como es corriente. Pág. 2, 3, 4, 5, 6, nota política, social, económica ilustrada sobre Galicia; 7, 8, 9, comentarios de asuntos referentes a Galicia de toda índole (5 ó 6 comentarios); 10, 11, 12, 13, reportajes, notas, noticias de todo tipo: sociales, económicas y sección permanente sobre el mundo emigrante gallego; 14 ,15, 16, 17, 18, 19, 20: El mundo en general, notas de actualidad mundial; 21 a 25, vida cultural: libros, exposiciones, espectáculos, música, etc., todo lo que produzca o deba producirse en Galicia. De 26 a 32: Reportajes sobre la vida artesana, campesina y marinera. También sobre villas, comarcas, ciudades, etc. 31 a 39, narración en idioma gallego, una de autor distinto en cada número. En las otras páginas deben ir secciones fijas, aparte las dedicadas a publicidad: sobre los intereses gallegos en Madrid; noticias sobre las regiones vecinas a Galicia: Asturias, León, Zamora, norte de Portugal; biografías de gallegos ilustres, notas sobre monumentos, obras de arte, etc. Almanaque del tiempo para labradores, pescadores, etc.; deportes gallegos; caricaturas con sentido político y social; crucigramas y entretenimientos, etc. La tapa de cada número a 3 colores y desde luego todo ello ilustrado abundantemente con fotografías. Esto es todo lo que de momento se me ocurre. Todo puede ir muy bien si hay una buena redacción y sobre todo una buena administración y distribución. Hablaré con Alberto. Puede ser una revista muy importante y si yo tuviese dinero para hacerla haría que fuese útil a Galicia, Asturias, León y Zamora, ampliando la ambición de la generación de Murguía, de Asturias, León y Zamora, ampliando la ambición de la generación de Murguía, de Asturias y Galicia. Tienen bastantes cosas que defender en común. Pero esto ya es otro problema. Creo que todo esto tenemos que hablarlo con calma. Discutirlo. Pueden existir dos publicaciones distintas con iguales fines. Escríbeme. Un gran abrazo para Mimina, José y para ti de Maruja y de:

Seoane