PROXECTO EPÍSTOLAS

----

6 MENCIóNS A Pedro Larralde

Crítico literario colaborador de Correo Literario.
Epístolas
Mencionado/a [6]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1963-10-02 Mencionado/a
Carta de Whitelow a Seoane. 1963
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Whitelow a Seoane. 1963 en 02/10/1963


Buenos Aires, 2 de octubre de 1963

Querido Luis:

Hace tiempo que no tengo noticias directas tuyas. Sé que has estado viajando de un lado al otro. Ojalá todo marche como lo deseas. Por aquí los extrañamos mucho, pero comprendemos cuánto más divertido ha de ser recorrer mundo.
Estas líneas salen a escape por la siguiente razón. Pedrito Larralde ha venido a verme para saber qué pasa con tu envío a la Bienal de París. Me encontré con una copia de mi carta a ti del 29 de junio en la cual te hablaba del asunto. Ahora me entero que posiblemente no la hayas recibido nunca. Si tienes tiempo (y ganas), ponte en contacto con Kosice (Embajada Argentina 33, Rue Galilée), pues éste está a cargo de la organización de dicha Bienal.
Mi libro por fin ha salido. Dime si quieres que te lo mande a España, o prefieres verlo a tu regreso. Siempre y cuando regreses.
Como quiero que esta carta salga pronto, no me detengo en pormenores. Dale mis cariños a Maruja, y para ti un gran abrazo de

Billy

1963-11-14 Mencionado/a
Carta de Seoane a Varela. 1963
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Varela. 1963 en 14/11/1963


Madrid, 14 de noviembre de 1963

Sr. Lorenzo Varela
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Estoy trabajando mucho, te lo digo en todas las cartas, pero es la realidad y esto me impide estar al corriente de bastantes actos culturales que ocurren en Madrid que no alcanzan la suficiente divulgación en su prensa por razones que no son de este momento analizar. Inauguro el 26, o el 25, aún no sé ciertamente la fecha, y estoy esperanzado, pero con un poco, es natural, de temor. Quienes vieron mis obras, muy pocos hasta ahora, me auguran un éxito. Veremos qué ocurre. Tengo muy pocas noticias de Buenos Aires. ¿Que fue de Larralde y Brughetti y quien es el nuevo director del Museo? ¿Qué pasó en San Pablo? ¿Y la exposición de París? ¿Qué ocurrió con el libro de cuentistas y pintores argentinos de la Editorial Universitaria? ¿Se hizo la exposición de los dibujos? Me gustaría que en un momento libre me contestases estas preguntas. Ahora ahí va alguna noticia:
Se acaba de inaugurar en Madrid, patrocinada por la Dirección General de Bellas Artes, una espléndida exposición de aguafuertes del pintor español Gutiérrez Solana. En el acto de inauguración se hizo donación de las planchas originales al Estado español luego de haberse realizado con ellas una edición numerada en la que se rinde homenaje al pintor. Esta edición consta de 277 ejemplares distribuidos de la siguiente forma: 7 ejemplares numerados con cifras romanas que contienen una serie de grabados estampados sobre papel con características muy especiales; 27 marcados de la A a la Z, contienen una serie de los grabados estampados sobre papel nacarado; 230 están numerados, con una serie de grabados estampado sobre papel de hilo y 13 ejemplares más, numerados, destinados 10 a los colaboradores, dos a la Biblioteca Nacional y uno a la Biblioteca de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. La introducción a la edición es de Ramón Gómez de la Serna. Su precio oscila entre 160.000 pesetas los primeros ejemplares y 60.000 los impresos sobre papel de hilo. Es decir, 400.000 y 150.000 pesos argentinos aproximadamente. Debemos advertir que el álbum de litografías de Miró, de menos tiraje (75 ejemplares) se vende en su exposición actual de Barcelona, de la que dimos cuenta, a 210.000 pesetas. Los propietarios de las planchas eran los herederos del coleccionista madrileño Juan Valero, amigo y protector de Solana en los últimos años de su vida, que las habían adquirido antes del fallecimiento del pintor, precisamente para hacer la edición que ahora se exhibe de sus grabados. El maestro que enseñó a Solana el procedimiento fue el grabador gallego Castro Gil, fallecido también hace pocos meses, pero Solana no se atrevía a hacer pruebas de sus grabados porque, según decía: “eso del grabado tiene algo de milagro”. En Madrid se considera que esta exposición constituye uno de los mejores acontecimientos artísticos de los últimos años. En una entrevista del diario Pueblo el conocido crítico de arte español, autor de una biografía de Solana, Manuel Sánchez Camargo, afirma: “Para mí los aguafuertes de Solana son el eslabón que une el grabado español con Goya. El hiriente trazo, de una fuerza expresiva y de una calidad sorprendente no tiene par igual en género artístico similar. Cada aguafuerte es una vena carpetovetónica, que es decir dos veces española, llena, como toda la obra de Solana, de una extraordinaria melancolía”. Por nuestra cuenta, creemos que el Museo Nacional de Bellas Artes debieran adquirir, con destino a dicho Museo, uno de los ejemplares de esta extraordinaria edición. Solana se presenta para el porvenir como uno de los pintores más característicos y solitarios de los primeros cincuenta años de este siglo europeo y más unido al pensamiento anárquico y existencial que contribuye a caracterizarlo. Igualmente en su obra de pintor y grabador que en la de escritor, muy poco estudiada hasta la fecha, o sólo en su aspecto pintoresco.
El prestigioso crítico literario alemán Janheinz Jahn publicó hace poco un espléndido trabajo titulado Negritud y surrealismo. En él afirma que “desde que una cultura distinta, la africana, se extiende con sus rasgos comunes a lo largo de varias lenguas europeas, es necesario renunciar a la pura división lingüística, pues la lengua sola ya no permite reconocer a qué literatura pertenece un autor”.
El último número de Arts publica un artículo de d´Ormesson titulado Zen entre los snobs y afirma en un párrafo: “Lo zen entró en Francia con las danzas histéricas y en malas y breves obras de vulgarización”, refiriéndose a la curiosidad actual de Francia por los monjes pintores zen.
El productor cinematográfico español Cesáreo González es un hombre millonario y pintoresco. Afirmó, según dicen, que en época de escasez de productos en España él se hacía traer lo necesario por vajilla diplomática.

Y nada más por hoy. Un abrazo a todos especialmente para Marika de los dos y para ti de:

[Seoane]

1963-11-26 Mencionado/a
Carta de Varela a Seoane. 1963
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Varela a Seoane. 1963 en 26/11/1963



Buenos Aires, noviembre 26/63

Querido Seoane:

Ésta es para mí una mañana nostálgica de cartas a España... ¡Santo Dios, cuándo..!
Se viene fin de año y os adivino castañeros, zambomberos, piñateros (está bien escrito, no es error: piñateros). ¿Se sabe ya algo de cómo andará tu exposición? Desde aquí rezo para que no la tape una oleada de brutos. Y pongas pie firme en Madrid.
Como siempre, no hay manera de saber lo que pasó en San Pablo y en París. En San Pablo –es lo único que sé, se hicieron las cosas a última hora– y lo mismo en París como tú mismo sabes. Castagnino, que estuvo en S. P., vuelve indignado porque el comisario argentino, Llinás, consiguió una mención para su mujer... yo pensaba en Nina... Del resto, aún no me llegó mi material brasileño, única manera de enterarme en Buenos Aires de lo que ocurre en Brasil. Cuando me llegue, espero que sea cosa de días e informaré.
No me has dicho nunca –o yo no recibí una carta tuya– qué pasó con Souto, cómo está, etc. En este viaje no me has dicho tampoco nada de la gente de Vigo (está bien eso de la rivalidad coruñesa, pero no tanto... no te dejes influenciar por la absolutista Maruja).
Aquí sigue subiendo la vida hasta tal punto de que ya se habla de imponer precios mínimos a alimentos y medicinas, desde el Gobierno. Desde que vosotros os fuisteis, son muchas las cosas que subieron un cincuenta por ciento. Y no hay quien pague porque nadie tiene ya dinero, menos los de siempre. Brughetti y Larralde siguen en sus cargos. También Parpagnoli. Pero se esperan cambios. Se sabe que hay una pelea a muerte por los puestos culturales entre católicos y licos –además de entre sí–. ¿Qué me dices del asesinato de Kennedi? Se ve la mano del Big Sur y la Sociedad John Birch. Puede ser tremendo si esa gente gana posiciones.
Aquí hay mucha preocupación con respecto a Bergamín. No acaba de confirmarse si se asiló o no en la embajada uruguaya.
El 15 de noviembre se cumple un año de Hora Once y nos preparan una gran fiesta. ¿Podrías para esa fecha mandar una crónica sobre Balance 1963 en Europa?
Estuve un momento con Blanco Amor en el Centro, con motivo de la presentación de la Historia de Galicia. Me dijo que Castroviejo se había portado horriblemente con él pero me dio la impresión de que se va definitivamente. Laxeiro a quien no veo, sé que anda marcosanizado y plastificado y con mucho éxito verbal.
En ese momento, me telefonea Scheimberg y por lo que me dice te gusta mucho el film titulado Con los días contados. Que lo veas de nuevo en el estreno. Que yo alcance a verlo pronto. Que hablemos largo en Madri, pronto, para celebrar el éxito de tu exposición.
Saludos a los amigos. Un abrazo para vosotros de

Lorenzo

1976-08-08 Mencionado/a
Carta de Seoane a Varela. 1976
Bos Aires
O Castro [parr. Osedo, conc. Sada]
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Varela. 1976 en 08/08/1976



Buenos Aires, 8 de agosto de 1976

Sr. D. Lorenzo Varela
O Castro

Queridos Lorenzo y Marika:

Nos alegramos que tú, Lorenzo, hubieses comprobado una vez más después de tantos años de ausencia, una vida, que Galicia es hermosa y tú, Marika, que lo hubieses descubierto. Galicia es bellísima, pero los gallegos, entre los que me cuento, no pueden, ya lo sabemos, vivir en ella y los que pueden quedarse, se molestan unos a otros, se comprueba diariamente, como si no cupiesen. Nuestros jóvenes van a París a descubrir a Tomasello y para esto debían venir a Buenos Aires donde hay bastantes, o ir a New York a donde emigraron otros. Éste es un país que se distingue por su ingenio. Pero dejemos esto. No estamos en desacuerdo en que la capital gallega sea París, en esta ciudad quedan restos de gallegos del pasado que allí habitaron, Rodríguez del Padrón; fundadores como un Valladares que ayudó a la fundación de la Iglesia de San Germain de Prés, un banquero del XIX como Calzado y, en los comienzos de ese siglo, un cura gallego, José Fernández Caamaño, Monsieur Camagnó, que secundó al General Malet, jacobino, contra Napoleón y llegó a formar un Directorio de poca duración con otro sacerdote renegado. Tuvo que vivir más tarde en Londres de liberal exilado. Y en nuestro siglo hubo también bastantes gallegos, pero sólo destaco dos, la Bella Otero y María Casares. Tenemos, pues, te lo digo a ti, Varela, ciertos derechos a París sin olvidarnos de los antecedentes célticos comunes y de que Galicia se llamó por los peregrinos, la llama Rodríguez del Padrón, la pequeña Francia. Pero a París le faltan el mar y los Cantones. Rocas como o boi y a vaca donde naufragan barcos petroleros y peñas como la de As Ánimas cuya denominación lo dice todo, olvidándonos de los reyes y conquistadores que descubrieron esa patria de locos que es Irlanda, no tanto Francia, o si los hay en este país igualmente magníficos, son mayoría los muy cuerdos dueños de hoteles y pensiones y los chauvinistas de toda laya. Pero quizás tú esperes noticias de aquí. He estado varias veces con Girri y Barba-Azul Larralde, que os recuerdan lo mismo que Sofovich y los Pirosky, a quienes también vimos dos o tres veces y Bonino, que esta temporada está aquí, etc. Buenos Aires ha cambiado desde marzo. No te puedo explicar esto como quisiera, soy inútil para hacerlo, decirte en qué consiste el cambio. Pero sospecho que ahí estáis al tanto de todo. Yo leo a un portugués de fin de siglo, gran compañero y amigo de Eça de Queirós, Ramalho Ortigão, de quien tengo los XIV tomos de As farpas de espléndida prosa, de humor gallego, el fue un galego de O Porto, que se ríe igual de los inmensos pies de un cantante y de las españolas –sospecho que castellanas de 1880, que comen el pescado con faca– la llevan en la liga para algo, pienso yo, que de Castelar y Alfonso XII y de los reyes portugueses, del Emperador del Brasil y los obispos de su país. Escribe un portugués espléndido, ama a Baudelaire y a Nerval, que citas en tu carta, y se duele de su región miñota que produce emigrantes que se enriquecen en Brasil y hacen desde este país lo que pueden por su desgraciada tierra. Es un consuelo leer en estos días a escritores como Ramalho Ortigão y saber que siempre le queda a uno el arma de la ironía para defenderse de quien abusa de su poder físico o del poder en general.
Por mi parte, trabajo. Estoy exponiendo en Bonino con mucho éxito de crítica y público. ¡Cómo me hubiese gustado que estuvieseis aquí! La exposición creo que queda bien. Antes de ésta hice otra de grabados en una galería nueva que dirige Albino Fernández y está en Lavalle al 1500. Se abrieron nuevas galerías, pero se cerrarán otras al ser liberados los alquileres de departamentos y locales. Me queda una exposición en Rosario para septiembre y otra a final de año de óleos y acuarelas en Art Gallery –desde este mes galería Víctor Najmías–. Estoy pintando óleos de tamaño chico. Hice diez con tema de pájaros de 12 x 10 centímetros y otras diez cabezas de 18 x 18. Se me ocurrió después de la exposición de Berni donde los cuadros medían 4 x 4 metros o alrededor de estas medidas y ampliaba en grande lo que Otto Dix hizo en Berlín en 73 x 60 centímetros, por poner ejemplo de gran tamaño para este pintor social y dadaísta alemán. Los temas de Berni son los de las novelas por folletines o por entregas del XIX, sin la gracia, naturalmente, de Alejandro Dumas padre, o de Eugenio Sue. Ya no existen en el mundo los Juanitos Laguna o Ramona Montiel vistos con ojos tan cándidos y demagógicos, nada realistas.
Bueno, ésta es una carta que si no te dice demasiado es al menos larga. Esperamos el regreso de Cuadrado que supimos llegó sin voz a España, pero lo recobró enseguida, deshaciendo así el bello misterio de lo que no podía expresar. Un gran abrazo para los dos y para todos los amigos comunes. Me alegro que te hubiese gustado la compañía de los Suárez, Pilares, etc. Son grandes amigos.

Otro abrazo de:

[Seoane]

1978-07-04 Mencionado/a
Carta de Seoane a Varela e Gerstein. 1978
Bos Aires
Madrid
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Varela e Gerstein. 1978 en 04/07/1978



Buenos Aires, 4 de julio de 1978

Sres. Marika y Lorenzo Varela
Madrid

Queridos Lorenzo y Marika:

Después de seis meses de silencio, unas cuantas noticias nuestras. 1978 comenzó siendo un mal año para mí. Salí enfermo de Madrid y estuve mal en Buenos Aires. Trabajé poco en relación a otros años, apenas salimos y no vemos demasiada gente. Creo que el mal año comenzó a fines de 1977, en La Coruña. Buenos Aires, la ciudad, los amigos en ella, lo mismo que cuando marchasteis. Arturo, desde su regreso, se inició en una nueva vida. Cuida de sus jubilaciones, tiene ahorros en un banco donde cuenta con un bancario amigo que lo asesora en inversiones, está rigurosamente al tanto de los intereses que ofrecen, desde el Banco de la Nación y todos los Bancos y sociedades financieras, en cuentas a interés a plazo fijo. Poco a poco deja de ser el bohemio que se supone era y se convierte en un personaje de Balzac que hubiese extendido su vida hasta nuestros días. Nos vemos de vez en cuando. Le dieron un banquete con las Ediciones Botella al mar, por cumplirse 30 años. Fui ajeno a él, sólo un invitado. A Larralde no lo vi todavía. Veo a Girri, a Shand, al Dr. Pirosky, a Julio y Sofovich, a Noemí, a Baudizzone y a los que siempre veo desde hace años. Todos os recuerdan. En septiembre haré otra nueva exposición en Bonino. Expuse en Rosario, firmé con contrato para hacer cuatro grabados, de 74,5 x 53 centímetros a dos colores, con una casa pequeña editora de grabados y reproducciones y, con todo, trabajo poco y no sabemos que hacer de nuestra vida. Continuamos pensando en La Coruña y en una casa pequeña donde quedamos los cuadros, unos pocos libros de nosotros, en Muxía, o en cualquier lugar de la Costa de la Muerte. Después de todo de esto se trata, pero no hablemos de ello. Continúo mandándole dibujos para tapices a María Elena. Creo que deben estar hechos alrededor de dieciséis tapices, quizás diecisiete; en los últimos incorporé temas nuevos referidos a leyendas y creencias populares gallegas. El último con os nubeiros, personajes de la mitología gallega que andan por el cielo acumulando nubes y rayos para lanzar sobre la tierra. El anterior fue el obispo Pedro Monís, que vino volando desde Roma a Santiago para asistir a la misa de maitines un día de Navidad. Asuntos nunca presentados y que, sin embargo, señalan nuestras diferencias y fantasía popular.
Esto es un breve resumen de nuestra vida. Sin vosotros, nos falta una amistad que nos apoyaba. Nos sentimos cada vez un poco más solos. “París era una fiesta”, escribió Hemingway. Todo lo pasado fue una fiesta. Quizás estos días triste de invierno porteño nos parezcan una fiesta en el futuro.
Hasta ahora se han hecho exposiciones muy buenas, la primera de todas la de Noemí.

Un gran abrazo de Maruja y mío para los dos y un saludo para los amigos comunes:

[Seoane]

1978-12-14 Mencionado/a
Carta de Seoane a Díaz Pardo. 1978
Bos Aires
O Castro [parr. Osedo, conc. Sada]
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Díaz Pardo. 1978 en 14/12/1978

Buenos Aires, 14 de Diciembre de 1978

Sr. D. Isaac Díaz Pardo
Sargadelos

Querido Isaac:

No contesto a tus cartas. Están guardadas en otra habitación, metidas en un mueble y no tengo ninguna gana de ir por ellas. Estamos organizando todo para nuestra marcha definitiva, que será, pensamos, en el ochenta. Ahora, en enero o principios de febrero, iremos a pasar unos meses, los que podamos, en esa y, en el transcurso de ellos hablaremos de todo lo que pienso hacer y sobre todo de aquello a que renuncio. Pienso iniciar una nueva vida. Ahora solo quiero hablarte de Varela. Agradecer el telegrama que nos enviasteis anunciando su fallecimiento. Sabíamos que podía ocurrir en cualquier momento. Lo confirmamos después de un viaje al monasterio de Caaveiro, donde disimulaba su gran problema circulatorio, deteniéndose largamente para contemplar el paisaje, según él, pero no podía saber que no nos engañaba. Conocíamos por su médico de Buenos Aires la gravedad de su estado. Sospechábamos también que en su decisión de regresar a esa, escondía la intención de echarse a morir en la tierra que quiso. De este último trance hemos hablado él y yo muchas veces. En los últimos años de Buenos Aires había renunciado a bastantes ideas sostenidas casi desde su adolescencia y a proyectos, algunos de los cuales pensábamos realizar juntos, que teníamos desde que “matamos”, se puede decir así, Correo Literario hasta sus casi últimos días de Buenos Aires. Fuimos como hermanos. Él conocía muy bien mi carácter y yo el suyo y emprendimos muchas obras juntos. Lo que publicó de poesía aquí fue debido sobre todo a instancias mías, como lo saben quienes trabajaron con él y conmigo: Girri, Larralde, Cuadrado... Luego se negó rotundamente a publicar nada que no fuese al servicio de un amigo, un prólogo o un poema que lo sustituía. Fue una de las naturalezas más nobles y tiernas que conocí. Que mejor comprendía las debilidades de sus amigos y de los hombres en general. Fue uno de los mejores poetas de Galicia y de España y pudo ser uno de los mejores prosistas, de sus mejores ensayistas, o también uno de los grandes políticos y fue renunciando a todo ello y, no por falta de capacidad de trabajo, como creyeron algunos imbéciles que necesitan resultados visibles o hechos que pasmen, sino porque hacía y deshacía en lucha consigo mismo, con las ideas, las propias y las de otros. En sus mismos silencios escondía su trabajo. Recuerdo la lectura del original de un gran libro, Sonetos del ruiseñor que, luego de escrito destruyó. Él fue, por lo que sé, comisario en las batallas de la guerra civil designado por su capacidad intelectual y en ella un gran conductor por su respeto a cada hombre, a las diferencias naturales de los hombres, de cada temperamento, por respetar sus iniciativas. Conocí algunos de los diplomáticos que habían hecho la guerra y que eran amigos de Varela. Por todo esto lo quisieron casi todos aquellos que le trataron. Así como fueron sus enemigos quienes no sentían respeto alguno por las particularidades humanas. En los poetas que amó, Garcilaso, Baudelaire, o Iglesia Alvariño entre muchos, se encuentran algunos de los secretos de su temperamento. Era caballeresco como el primero, hondo y misterioso como Baudelaire y su amor se volcaba en la naturaleza, en sus representaciones humildes, en las rosas, el trébol y las hierbas, como Iglesia Alvariño. (En su poema “Ofrenda a los franceses”, recobrada París de los alemanes, él, que no posee nada material, dinero o lo que sea, les da la palabra Cairón, de la montaña de la Galicia donde se crió). A él le debo mucho. En los momentos de duda, cuando me sentía desesperanzado, él me estimuló, a muy pocas personas le debo lo que soy, a Varela, a Dieste y a Otero Espasandín en todos los años que convivimos mucho en Buenos Aires. Algún día haré un libro de agradecimiento, o de recibos en términos comerciales, donde establezca cuanto les debo en tantos años de esta ciudad.
Suspendí esta carta ayer cuando dos obreros gallegos, amigos de Cuadrado y míos, Romero y Lores, obrero el primero de una fábrica de electricidad y metalúrgico Lores, vinieron a hablarme de Varela, de cuanto debían a sus conversaciones y a sus lecturas y recordaban cuando en sus ratos de soledad fue haciendo algunos pequeños muebles y artefactos de madera para el gran departamento que, en los últimos años, tenía con su mujer, Marika, con una gran vista que dominaba el río y la Plaza San Martín y una parte de la ciudad. Lamentaba no haber sido carpintero, simplemente carpintero, un artesano sin más inquietudes que la del trabajo, las de un oficio y no las que había tenido toda su vida, que eran su tortura diaria, que a los ojos de los aparentemente eficaces y prácticos le convertían en un hombre malogrado. Hablamos los tres, Romero, Lores y yo, de Varela y de algunos aspectos de su vida de los últimos años que ellos, como yo, conocen. De su padre, de 88 años actualmente, un hombre de buena posición económica, dueño de una casa de ocho departamentos en un barrio hoy casi céntrico, Nueva Pompeya, en donde Varela había vivido de niño y cuando volvió a Buenos Aires desde Méjico, después de la guerra civil. Un anciano muy lúcido a pesar de su edad que recibió con angustia natural la noticia de su fallecimiento, hablando de su hijo con gran ternura, al que solo reprochaba no le hubiese dado un nieto. Estuvieron a verle Cuadrado y Lores. Yo no pude ir. Le conocí en mis primeros dias de Buenos Aires, en 1937, a través de un vecino de ellos, de Monterroso, Andrés Vázquez. El padre de Varela tenía entonces el cabello rubio y unos ojos azules que se fijaban interrogantes en uno. Su hijo se le parecía solamente en su contextura corpórea y en algunas líneas que se producían en sus cabellos y en la forma de la nuca y del cráneo. Durante años mantuvieron una relación tierna y aislada, como creo debe ser la relación entre padre e hijo, yo no fui padre pero fui hijo y conozco solo, pues, una parte de esa relación, pero sé que debe ser así. Romero y Lores hablaron de lo generoso que había sido con ellos, recogiendo alguna vez sus inquietudes en escritos dirigidos a las sociedades a que pertenecían, a la Federación de Sociedades Gallegas, o a la de El Grove, aconsejándoles en la política interna más justa a seguir.
No quiero continuar. Más adelante, cuando el dolor se convierta en sentimiento melancólico y todo se ennoblezca en el recuerdo, o antes de esto, haré algo sobre él. De momento quedan un retrato que le hice al óleo hace muchos años, otros dibujados y uno acuarelado, fue el último, a lápiz e iluminado con acuarela. Nadie puede saber cuanta amistad y solidaridad existió entre Dieste, Otero Espasandín, Colmeiro, Varela y yo, durante nuestra coincidencia de muchos años de Buenos Aires, trabajando juntos, levantando castillos en el aire; de cuanto hicimos juntos por Galicia y cuanto sacrificamos de nuestra vida en esas cuestiones. Fuimos verdaderos hermanos.
Lo siento, no puedo escribir nada más sobre esto, ni sobre cualquier otro asunto. Estábamos orgullosos unos de otros, cualquiera fuese la importancia del trabajo que realizábamos y durante todo ese tiempo recordábamos permanentemente a los amigos de Galicia, a los de la tertulia del Café Español, o del Derby, a Maside, a García Sabell, a Del Riego, a Paz Andrade... a los injuriados por unos pocos porque no los conocían...

Un gran abrazo a Mimina y a los tuyos, deseándoos unas felices Navidades y Año Nuevo, de Maruja y mío:

[Seoane]