PROXECTO EPÍSTOLAS

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3 MENCIóNS A Mariano José de Larra (1809-1837)

Escritor, xornalista e político, un dos expoñentes do romanticismo español.
Epístolas
Mencionado/a [3]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Mencionado/a
Carta de Rosalía a Murguía. Sen data
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Rosalía a Murguía. Sen data

...nos hallamos demasiado lejos. Paciencia. Ninguna contestación tuve de Joaquina, y no quiero mandarle más a la niña, a no ser que tú me mandes otra cosa. Que se lo coman y se lo guisen todo.
Nada sabía de que Compañel estuviese enfermo. Cierto es que no tenía por quién. Apresúrate, sin embargo, a hacer cuentas; bueno será. Si yo fuese hombre, saldría en este momento y me dirigiría a un monte, pues el día está soberbio; tengo, sin embargo, que resignarme a permanecer encerrada en mi gran salón. Sea. Adiós. Recibe todo mi corazón y perdóname cuanto te hago sufrir: tú eres el que tienes que perdonarme a mí y no yo a ti. He leído ayer un cuento de Poe, precioso aunque sencillo. Allí comprenderías que era poeta. Otro que he leído de él, de un género opuesto, se parece al modo de escribir de Larra. Las damas verdes de Jorge Sand tienen muchísima semejanza en cierto estilo con mi joven azul. ¿Qué te parece? Van a decir que he querido imitarla.
Cien besos y adiós. Voy a pasearme un poco por tu cuarto, pues tengo los pies helados.
Tuya,
Rosa

1964-12-30 Mencionado/a
Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández, 1964.
Montevideo
Madrid
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández, 1964. en 30/12/1964

Montevideo, 30 de diciembre de 1964

Querido Tobío:
Todo llega en este mundo y no sólo el fin de año, sino el momento en que, por fin también, me pongo a escribir para contestar a su notabilísima carta del 13 de octubre, deseando ante Dios que haya pasado feliz Nochebuena en medio de los suyos y que todos ustedes entren con buen pie en el nuevo año.
Sigo firme en la idea de que sus informaciones son la mejor documentación de la crónica peninsular, con más depurada técnica de la que puede poseer el gran periodista Larra. No es necesario leer entre líneas, porque el panorama social resulta con perfiles y luces de aguafuerte. Se lo agradezco porque me ahorra tener que tragarme todos esos bloques de cemento de los gacetilleros ensayistas que para entreabrir escasamente los puertas del hogar común, necesitan todo el diccionario.
No creo que disponga usted de mucho tiempo para leer los artículos de "Marcha" –suponiendo que le llegue periódicamente, no obstante las repetidas y prolongadas huelgas de los empleados de correos. Pero si ha tenido ocasión de seguir la polémica entre Goytisolo y otro español cuyo nombre no recuerdo, le agradeceré que me diga a qué fin contiene tanta cháchara, como no sea muestras de lucimiento personal de ambos polemistas.
Lo mismo podría decirse de la última correspondencia, hecha pública, entre Blanco Amor y Francisco Fernández Santos, quien responde a un artículo del primero, publicado en "Indice"; si bien, he de admitir, que la respuesta dada al veleidoso paisano, es seria, parece bien documentada, está escrita con claridad, y se adorna con argumentos filosóficos de alta doctrina marxista, que no sé cómo le resbalarán por la piel al profesor de elocuencia.
Me he referido en primer lugar al citado semanario porque fuera de lo que en él se expone sobre los problemas públicos más vitales y a la vez más espinosos –dada la situación– del país, lo demás, la crónica menuda, no merece la pena comunicarla.
Los amigos y conocidos siguen languideciendo –al par mío– y nadie parece preocuparse de otra cosa que de la creciente carestía de la vida que ha tomado una alarmante carrera a la –si no desenfrenada– incontenible y libremente democrática inflacción.
Los Giral me escriben sumamente satisfechos del viaje realizado por Europa. Dicen que lo más interesante para ellos ha sido la isla de Mykonos. Tal afirmación me ha gustado sobremanera pues demuestra que no han perdido el modo de enjuiciar exclusivista tan común en nosotros los centropeninsulares. Yo habría podido decir lo mismo de Ibiza, sin necesidad de meterme en el archipiélago rocoso del Egeo, sobre todo cuando no se tiene la imaginacion preñada de dioses, semidioses y héroes homéricos ¿Qué puede decirles a los turistas motorizados una humilde iglesia ortodoxa resplandeciente de cal nueva al declinante sol helénico y unos añosos olivos casi estériles que están reclamando la extremaución del hacha?
Me quedo con mi fantástica nave de explorador que arrió las velas en el estuario del Plata y me siento al sol este tercer día de vacaciones frías, sobre la arena, en el breve espacio que marcó las huellas deleznables de nuestras posaderas, mientras los amistosos diálogos se desvanecían por entre los pigmentados cuerpos de esta fauna humana cada vez más bella e indolente.
Los doloridos somos nosotros, los que formábamos parte de sus amistades ciudadanas, quienes por unos y otros achaques, ya físicos o económicos, nos vamos reduciendo a nuestro limitado caparazón y apenas nos vemos cuando la buena temperatura nos hace sacar la cabeza. Así ha sucedido estos días en que me encontré al matrimonio húngaro y me preguntó por ustedes, pero nada pudo decirme de como lo pasan las otras personas, que conocí en casa de ustedes.
También me encontré a primeros de mes con Paco Espinola, nos saludamos al tropezón y lo dejé plantado en la plaza Matriz mirando absortamente al reloj de la catedral porque algo tenía él que hacer a aquella hora o quizá de entonces a una semana.
Con Judilla [?] Rama he hablado una vez por teléfono y me enteré que ha estado largo tiempo enfermo, pero ya ha reanudado sus ocupaciones.
A quienes más trato es a los Coello, debido también a la proximidad de nuestras cuevas. José Luis padece pleuresia crónica y estos días ha vuelto a recaer. Por las tardes se acuesta y allá voy a verle algunas noches.
Las inmortales de esta Academia de relaciones públicas, son Julia y Elena, me están sirviendo ambas de cobayas para asegurar la eficacia de las vitaminas Roche. Les he leído su carta y se maravillan del contrastado progreso español, del que tanto se hacen lenguas los visitantes de por acá, que a pesar de hablar nuestro idioma no entienden el lenguaje hermético de ese pueblo rendido.
Mañana ceno con los Moratí pero sin uvas y sin campanadas!
Y termino deseándoles salud y ventura en el porvenir con fuertes abrazos para ustedes y los chicos
Virgilio [sinatura autógrafa]

1967-03-17 Mencionado/a
Carta de Seoane a Scheimberg. 1967
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Scheimberg. 1967 en 17/03/1967


Madrid, 17 de marzo de 1967

Sres. Aída y Simón Scheinberg
Buenos Aires

Mis queridos amigos:

No tenemos noticias de ustedes. Les escribimos el 21 de febrero y no sabemos si les llegó o no nuestra carta. Hoy les enviamos el catálogo de la exposición de grabados de Alberti que está celebrándose aquí con gran éxito. A Kornblith le escribo con más detalle de esta muestra, que resultó muy importante por otras cuestiones que usted percibe y que de alguna manera se sobreentienden en la lectura de los trabajos de los dos críticos de arte y del Director del Museo de Arte Contemporáneo que se publican en el catálogo. Nosotros continuamos con la vida que, creo les manifestaba en nuestra última carta, hacíamos. Gran parte del día trabajando, al atardecer y de noche saliendo, cumpliendo compromisos, viendo cine y teatro, o simplemente paseando por las viejas calles de esta ciudad, de cuando verdaderamente era Villa y Corte, los serenos andaban con llaves de hombres, no yales, marcaban el va..., o el ahora voy con los golpes de vara y decían las horas. A las horas de los embozados en largas capas. Cuando Goya y Moratín, o Larra o Espronceda, o el Duque de Rivas, gustaban, seguramente, andar más por las calles, mientras los absolutistas discurrían en sus gabinetes románticos las más oscuras repercusiones. Cuando Valle Inclán declamaba a la luz de un farol versos del Canto a Teresa, de Espronceda, o estrofas de Zorrilla. A la hora de los maullidos de los gatos. Este es el Madrid que me gusta, el de Gómez de la Serna; el otro, el nuevo, el que está construyéndoseme parece atroz. Cuando no participa del gusto arquitectónico corriente en todas las ciudades es aún peor, pues la tradición, el viejo o los viejos estilos, sólo se guardan para algunos aspectos de la política y para la conservación de costumbres anacrónicas. La vida como las que envidiábamos siendo estudiantes desde Santiago de Compostela, con verdaderos jefes de peña, donde un escritor presidía un grupo derrochando diariamente talento e ingenio. Ahora casi el único café es el Gijón, del que escapo, pues temo escuchar el discurso de algún ex compañero mío de facultad, ahora magistrado, registrador de la propiedad o funcionario de algo, sobre como debe cazar el faisán y las características del faisán macho, o temas similares. Además se parece demasiado a las salas de estación de los pueblos, donde siempre llegan conocidos de Buenos Aires, o de otras partes, que están con nosotros de paso, por curiosidad, esperando un tren que no llega e igualmente incómodo. Lo que queda, pues, es añorar, transformar para uno la crónica en leyenda, y pasear. El pueblo es el mismo que vivieron aquellos inmortales que recordamos. Sólo cambiaron los trajes. También cantan las mismas canciones.
Escríbannos con noticias. Un gran abrazo de Maruja y mío para los dos. Azucen a los amigos para que nos escriban:

[Seoane]