PROXECTO EPÍSTOLAS

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Epístolas
Mencionado/a [2]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1948-01-01 Mencionado/a
Carta de Otero Espasandín a Seoane. 1948
Waynesburg
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Otero Espasandín a Seoane. 1948 en 01/01/1948


Waynesburg, 1 de enero de 1948

Queridos Maruja y Luis:

Acabo de regresar del colegio de recoger vuestra carta, que hemos leído en coro los tres al lado del árbol de navidad. En primer término, he de lamentar la pérdida de una carta muy extensa mía, acompañada de unas estupendas fotografías. Ahora comprendemos que ciertos amigos no nos hayan contestado algunas cartas. Tenía interés en mostrarte ciertos aspectos de la naturaleza de por aquí, y aprovechando la coyuntura de haberme regalado Alicia y Cuqui una máquina Kodak por mi cumpleaños, hice unas fotografías, algunas muy buenas, de los árboles de los alrededores, y de ellas os mandé algunas. Se perdieron en algún sitio, como el que tú indicas sin duda, y lo siento todavía más por vosotros que por nosotros, pues una carta nuestra debe ser lo mismo que una vuestra aquí para nosotros. Alicia ha estado un poco enferma y aún lo está como consecuencia de las preocupaciones por su familia en Londres y en España, y del mucho trabajo aquí con charla tras charla en clubs estudiantiles y de señoras. Esperamos que se restablezca pronto, sin embargo, para lo cual solemos hacer paseos bastante largos por los alrededores (a fin de que tome el aire fresco y se distraiga) aprovechando las breves vacaciones de Navidad y Año Nuevo. Hay paisajes nevados espléndidos por estos alrededores, y sobre todo hay unos colores en las vertientes de las colinas y en las cañadas que sorprenden al más acostumbrado a ver paisajes. ¡Verás que cosas te esperan al llegar aquí para pintar! Estoy seguro de que no te vas a saciar de rondar por los alrededores y de pintar y dibujar estos colosos del reino vegetal y este paisaje a la vez fuerte, de grande estructuras, (sobre todo contemplado desde una prominencia) y delicado. No sé cómo aparecerá en primavera y verano, pero en otoño e invierno dominan los tonos leonados, grises y violetas sobre una paleta ocre, sorda, cálida. Yo no soy pintor, por desgracia, pero en presencia de estos bosques y estas colinas, regatos, ríos, cañadas y hasta perspectivas urbanas, me desespero de no serlo y me acuerdo de ti y de Colmeiro no sé si con rabia de no teneros aquí y poder haceros felices o de que el mundo sea tan angosto, tan mezquino y estúpido como para cerrarle las puertas al genio.
He recibido el libro de Colmeiro publicado en Botella al mar, y no puedo menos de felicitaros a los dos, no sólo por haber hecho un libro único a mi modo de entender, sino por esa leal y recíproca admiración que entre ambos existe. No creo que sea necesario hacéroslo ver, pero me permitiréis confesaros cuán hermoso me parece ese gesto de recíproca admiración, tan poco frecuente en todos los momentos entre artistas. Deseo con toda mi alma que este espíritu de colaboración se mantenga siempre entre todos nosotros; que empecemos por superar fuera de España esos rencores, celos, envidias y pobreterías que han arruinado a nuestra patria y nos tienen perdidos por el mundo. Te agradezco muy de veras el obsequio del libro de Hurtado y Palencia; pero no quiero que gastes un centavo más: me remuerde la conciencia que viviendo en esas condiciones en que vosotros vivís, me hagas obsequios de esta clase. Por mi parte, voy a ponerme en contacto con el Museo de Bellas Artes de Nueva York para obtener reproducciones de cuadros; veré cuanto cuestan, cómo son y demás detalles, y te mandaré las que pueda a ver si llegan a tus manos, de lo que, por cuanto me dices, no estoy muy seguro. Estoy esperando la ocasión de ir a Pittsburg y ver el museo de la Carnegie y hablar, si es posible, con el director; el otro día estábamos en camino en el coche de unos amigos, pero Alicia se mareó como consecuencia de su malestar general, y tuvimos que quedarnos en una ciudad intermedia llamada Washington, mucho menor, pero aún así de la talla de La Coruña, salvo el mar. Aún no pude ponerme en contacto con el amigo Torrallardona, Abel Hornos; no sé si le escribiré hoy o mañana mismo. ¿Cómo están Torra, Castañino, Urruchúa, etc? Di a Colmeiro que le escribiremos pronto dándole las gracias; cuando tu libro llegue, te lo comunicaré también. En cuanto cobre, giraré a Trélles el importe de tres libros que me envió. Repítele a Cuadrado que me envíe algún libro de los que publique. ¿Cuándo sale el suyo? ¿Cómo va el tuyo de leyendas? Mucho me gustaría ver tus cosas últimas y poder darte mi parecer sobre ellas. No dejes de dibujar y usar y hasta abusar, si es necesario, de la acuarela. Creo que es un camino de mucho porvenir para ti, sobre todo si vienes a ésta: puede ser que no entiendan tus cuadros fácilmente, pero tus acuarelas te abrirán el camino en el acto. Hazme caso. Una exposición de acuarelas de por aquí te asegura dos años de vida y te acredita inmediatamente. Un abrazo muy, muy grande de los tres para los dos y muchos recuerdos a vuestros padres y comunes amigos.

Espasandín

[Carta manuscrita]

Queridos Maruja y Luis:

¡Qué rabia que se perdió aquella carta nuestra con las fotografías! Creo que lo mejor es certificarlas todas.
Mucho os recordamos, especialmente en nuestros paseos entre la nieve. El otro día anduvimos largo y tendido por una carreterita nevada, en zig-zag, salpicada de granjas con campiñas y caballos, y por donde jugaban los chicos con los trineos. Hemos pasado unas fiestas muy agradables, pero nos faltabais vosotros. Tenemos un arbolito de Navidad de verdad, muy mono, con luces eléctricas y una gran estrella en la punta. Hemos echado de menos el turrón y las almendras. ¡Cuánto nos gustaría ver los cuadros de Luis! Y creo que los veremos. El libro de dibujos de Colmeiro, dedicado a los tres, (lo cual nos ha puesto muy orgullosas a Cuqui y a mí) nos gusta mucho y está en la mesita de nuestra sala para que se vea bien y para poder mirarlo de vez en cuando. No me habléis de conferencias porque estoy de ellas hasta la coronilla. He hablado más en público que antes en toda mi vida. ¡Ya veis lo que es el destino! Ando un poco mal; me cansé mucho y estoy sufriendo las consecuencias. Nada más por hoy.
Escribid, vuestras cartas nos alegran tanto. Recuerdos a todos y para vosotros los mejores deseos de vuestros buenos amigos los

Otero

[Sobre:] From: J. Otero
7501 Democracy Blvd. B-215
Bethesda, Md. 20034. USA

Sr. D. Luis Seoane
Paseo de Ronda, 15, 6º
La Coruña
Spain

1948-02-29 Mencionado/a
Carta de Otero Espasandín e Ortiz Alonso a Seoane. 1948
Nova York
Waynesburg
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Otero Espasandín e Ortiz Alonso a Seoane. 1948 en 29/02/1948

Nuevas señas: 44, East Wayne Street
Waynesburg, Pa. USA
29 de febrero de 1948

Sr. D. Luis Seoane
Buenos Aires

Querido Luis:

Ayer, mientras nos hallábamos con las manos hasta el codo en la tercera mudanza –que no lleva trazas de ser la última– nos llegó tu carta fecha 23 del corriente. Con los riñones medio averiados de cargar libros y todo lo cargable ayudado por dos alumnos y por Alicia y Cuqui, me pongo a escribirte la respuesta en el nuevo mechinal; para colmo me encuentro un tanto resfriado y con la cabeza un tanto hueca, así que no te extrañes si el nivel de la correspondencia se interrumpe con un bache o precipicio mayor de la cuenta. En primer término, debo decirte que llegó el mamotreto de Hurtado y Palencia con todos los atributos de la sacrosanta cochambre nacional. Me va a prestar muy buenos servicios, pese a todos los pesares, y te agradezco como se merece un obsequio de esta monta económica. Estoy leyendo ahora un libro sobre Cervantes publicado por la Universidade de Oklahoma con ocasión del centenario; su autor es un inglés que ha residido muchos años en Portugal y España, donde fue corresponsal de un importante diario londinense; ha escrito muchos libros sobre autores ibéricos, entre ellos uno sobre Gil Vicente, otro sobre Fray Luis, otro sobre Arias Montano; es autor del libro o antología portuguesa publicada por la Universidad de Oxford y similar al de poesía española editado por Fritz–Maurice Kelly y ahora corregido por Trend. Sospecho que el autor es católico, aunque no estoy seguro, pero aun así, ¡qué amplitud de ideas y qué generosidad y documentación ante el autor del Quijote! Nuestros profesores de literatura, aun los de la talla de Hurtado y Palencia, producen una impresión lamentable por comparación con este hombre de letras, ahora residente en la Columbia Británica. Todo cuanto afirma sobre Cervantes va respaldado con multitud de citas al pie de la página tomada a veces de las obras menos leídas de nuestro Manco: el Persiles, los Entremeses, comedias apenas editada, etc. Hay alguna coladura en pequeños detalles, no tanto relativos a Cervantes como a otros aspectos de nuestra literatura, pero se los perdonas con gusto por el horizonte de conjunto y las vías de interpretación cervantina y literaria en general que despliega. Pero no pude terminarlo por culpa de la dichosa mudanza, así que si algo nuevo se me ocurre, te lo diré en la carta siguiente. Aquí, seguimos haciendo nuevas exploraciones. El pasado domingo un señor nos llevó hacia el suroeste, hacia el estado de Virginia del Oeste, a unos cincuenta kilómetros de ésta. Había una luz excelente y tuvimos ocasión de explayar la vista sobre un círculo de colinas dilatado, de espléndidos contrastes y armonías. A veces te encontrabas frente a frente de una cañada de robles y sicómoros, éstos de blanco a la manera de los bidoeiros o de los álamos blancos de Galicia. Otro curioso aspecto del paisaje por esta parte son los derricks del petróleo o del producto afín al petróleo, el gas natural. A esta circunstancia débese que el gas de cocinar sea aquí baratísimo, pues no necesitan extraerlo del carbón, sino del suelo directamente. El dueño de la casa donde ahora vivimos es un técnico de una campaña petrolera y me prometió llevarme consigo cuando vayan a perforar la corteza terrestre en busca de un depósito de este producto. –Hace cosa de una semana Alicia y yo fuimos a dar uno de nuestros frecuentes paseos; por la noche había caído una respetable nevada, pero los días precedentes a la nevada habían sido realmente primaverales. Como consecuencia, habían llegado del sur grandes bandadas de una especie de pájaro de la familia del tordo que aquí llaman robin por tener el pecho colorado como el robin europeo. Los pobres estaban chasqueados, pues el tiempo les había jugado una mala pasada, y se refugiaban a la orilla de los regatos, único sitio donde podían encontrar algo de comer. Ayer una gran bandada se posó delante de nuestra casa; Cuqui fue la primera en advertirlos y dio la voz de alarma, así que inmediatamente salimos a la ventana a verlos. Es un pájaro realmente hermoso con su pecho anaranjado, su cola larga y con una mancha blanca en el arranque de la cola. Esto quiere decir que la primavera está cerca, si bien hoy han caído copos de nieve durante todo el día. Ayer por la noche hizo bastante viento, y como estamos mismo al lado del parque del colegio, durante toda la noche, al despertarme, sentía el zumbar del viento en los árboles, que a Alicia le causaba miedo y a mí una dicha extraordinaria, pues me traía a la memoria el viento otoñal de Galicia. Hace cosa de quince días, dimos otro paseo Alicia y yo hasta un bosque cercano a la ciudad. El suelo estaba seco y por ello pudimos sentarnos a nuestras anchas debajo de los árboles; sin darnos cuenta, rompimos a cantar, mientras el viento balanceaba las copas desnudas de los robles, y de pronto nos acordamos de Maruja. “Si estuviera aquí Maruja –nos dijimos– con qué gusto hubiera cantado canciones gallegas entre estos robles casi gallegos”. Naturalmente, nos dio la rabia de siempre saberos ahí entre esa podredumbre sin el consuelo de un bosque solitario donde recordar, donde soñar, donde cantar, donde pintar, dormir, escuchar el rumor del agua, el cantar de los pájaros, el ruido de una furtiva alimaña... Pero un día será, un día estaréis con nosotros, Maruja podrá cantar a sus anchas y tú pintar, correr, fantasear y maravillarte de que el mundo exista todavía tal como lo hayas podido vivir en la Arzúa o en el Ulla. Es el caso que nosotros casi os necesitamos tanto a vosotros aquí, como vosotros nos necesitáis, de momento al menos, a nosotros, y por eso no cejaremos en nuestro empeño de traeros. Estad seguros. Esos retratos que estás haciendo pueden ser la clave de la venida; acaso se te pueda traer con el pretexto de hacer determinados retratos, y una vez aquí, hacerlos de veras; dinero hay bastante por aquí: todo es que podamos convencerlos de que los retratos bien valen unos centenares o millares de dólares. Esto no es fácil simplemente porque en las pequeñas ciudades no se entiende más de pintura que en la presidencia del Centro Gallego; pero todo es cuestión de empezar: en cuanto una señora encopetada se haga un retrato, se lo hace hasta el moro Muza. Mándame, pues, algunas de esas fotografías cuanto antes, aunque tengas que hacerlas a toda prisa. Poco a poco Alicia y yo nos vamos familiarizando con esto y vamos teniendo mayor autoridad moral y hasta intelectual, lo cual puede el día menos pensado resultar en una solución como la de la sección de arte, la decoración de una sala del colegio o del gimnasio. Éste es el edificio del colegio de grandísimas proporciones con piscina, comedores, pista de basketball y muchas cosas más. ¿Quieres saber que aún no tuve ocasión de ir a Pittsburgh? La cosa parece fácil y lo es, pues muchos de mis alumnos vienen y van todas las semanas en su coche particular, y además hay servicio continuo de ómnibus. Pero hay una cantidad de zarandajas por el medio que mete miedo. Mañana pienso ir, pero saldremos de aquí tarde, y estaremos sólo unas horas: nos lleva un matrimonio en su coche. He recibido hoy unos impresos de Galicia (Santiago) para adquirir acciones de una empresa editorial entre cuyos fundadores está Pedrayo,Varela Radio y otras personas, algunas que yo no conozco. Supongo (que) estarás al tanto de lo que se trata; la idea me parece excelente, y la ocasión casi también. Claro está, no puedo adquirir acciones, pero si pudiera, la cosa no me disgusta, pues es un aspecto de muchos de nuestros proyectos tantas veces discutidos. Bien aconsejada esta editorial puede hacer mucho, sobre todo si las cosas pasan adelante. Espero que me digas por tu parte algo de lo que sepas; ¡quién sabe si Pedrayo no llevó tus proyectos a Galicia! Voy a contestarles de todos modos y darles ánimos. Los poemas de Alvariño me parecen muy buenos, como a ti; tienen hondura y sinceridad lírica, riqueza de lenguaje, todo, en fin, cuanto se pueda exigir de un poeta moderno. Pero creo que Valle Inclán le haría el reproche de eludir los ritmos gallegos, los ritmos de danza, de faena y de molino. Pero el mismo defecto tenía Manuel Antonio y otros escritores jóvenes y hasta viejos, en parte debido a que, con la excepción de Valle Inclán, nuestros ritmos ancestrales pasaron desapercibidos. Es necesario llevar a cabo una investigación a fondo en ferias, romerías, espadelas, mallas, sachas, recuestas, foliadas, etc. y llegar a los elementos puros de nuestros ritmos. Los libros de Valle pueden servir de punto de partida, ¿no crees? Rosalía tenía un oído maravilloso y lo utilizó para enriquecer la versificación castellana; pero a mi modo de ver, en gallego quedó a mil leguas de D. Ramón, como se comprueba en Voces de gesta, por ejemplo. “Un fato de nenas novas –todas elas sin camisa– Eu no medio sin cirolas” ¿Hay algo más netamente gallego que el ritmo de estos versos populares tomados por Valle Inclán con su fino sentido rítmico? Algo de esto echo de menos en Alvariño y en todos los poemas gallegos de última hora. Bueno, Luis, estoy resfriado; tengo la cabeza hueca y estoy cansado de la mudanza. Me alegro de que Nova edite tu libro; es lo menos que Cuadrado y ellos pueden hacer por una persona a la que tanto deben. Me alegro que Colmeiro esté de buen humor y sobre todo de que pinte. ¡Cómo envidio esa visita tuya al estudio y esa revisión de sus lienzos de antaño y de hogaño! Hará bien si sale de ahí y si expone. El exponer es siempre bueno a la larga como tú estarás convencido. Lo malo es que a veces exige sacrificios y dispendios dolorosísimos. ¿Qué hacen Castañino y señora, Torrallardona y demás pintores de por ahí? Bueno, escribe pronto y te contestaré en el acto. Tus cartas son leídas y releídas por los tres –mejor dicho, vuestras cartas–. Saludos míos a los amigos: Dieste, Mariano, Farias, Cuadrado, Antonisen y Nogués, Torrallardona, Merli, Frontini, Sirio y Mallea, Varela, Losada –le voy a escribir para aclarar un asunto relativo a mis libros–, Colmeiro, Viau el joven, etcétera, etc. –Para vosotros dos un abrazo colectivo y un aturuxo

Otero

Queridos Luis y Maruja:

Los maridos se ve que no nos dejan ya nada que decir, lo agotan todo de ganas que tienen de comunicarse. Siempre pensamos en vosotros y casi compramos una casa con la idea de traeros, pero las condiciones resultaron demasiado difíciles y por ahora hemos desistido, pero ya aparecerá alguna para alquilar cuando menos lo pensemos en que quepamos todos. ¿Llamasteis a los Salgués de mi parte? No dejéis de hacerlo y decirles que no tenemos noticias suyas desde hace siglos. ¿Cómo están? Saludos a [manuscrito na marxe dereita por Alicia:] todos los amigos y escribid pronto, no seáis perezosos.

Alicia

[Manuscrito na marxe esquerda por Alicia:] Dile a Ascensión que le mandé 27 dólares a Maruca por el poncho que es lo que ella me dijo que valía. Gracias.