PROXECTO EPÍSTOLAS

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LOCALIZACIóN: Doctor Esquerdo, 75, 3º, derecha

Epístolas
12 mencións
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1967-01-03
Carta de Seoane a Negri. 1967
Nova York
Madrid
Bonn
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Negri. 1967 en 03/01/1967


Madrid, 3 de Enero de 1967

Dr. Thomas Alva Negri
BONN

Mi querido amigo:

Por fin estamos instalados en Madrid por tres o cuatro meses y podré trabajar, si no tan cómodo como en Buenos Aires, con una relativa tranquilidad. El silencio de muchos días que precede a esta carta fué debido en parte a los viajes que nos agobiaron como nunca y a una fuerte gripe de Maruja de la que apenas se liberó. En Roma hemos gozado de un sol esplendido, el primero desde Méjico e igual sol encontramos en Madrid y aunque no había demasiado cosas nuevas que ver en los días que estuvimos, una exposición Dadá con muy pocos originales y muchas fotografías, un Pop norteamericano que no me interesó nada, remedando publicidad callejera, y fotografías de obras de Pops, Rauschenberg, Jasper, Johns, Lichtenstein, etc., volvimos a alegrarnos de esa ciudad espléndida y de la simpatía de su pueblo. La Nochebuena la pasamos con Castagnino, Alberti y Toño Salazar, el dibujante que vivió en Buenos Aires que fué expulsado por Perón y ahora es Embajador de El Salvador en Roma. El día 30 viajamos a ésta donde conseguimos un pequeño departamento después de muchas vueltas: Paseo del Dr. Esquerdo Nº 75, 3º Dcha. El teléfono es, por si su madre y Nélida vienen pronto a Madrid, que nos alegraría mucho, o usted mismo, 273-54-14. Ahora estoy deseoso de tener noticias de la exposición, nombre de la galería, fecha exacta, catálogo, etc., de todas cuantas usted me envíe. Lamento todas las molestias que ella le ocasiona pero espero tambien que ella guste a las gentes preocupadas por estas cuestiones de ahí.
Ahora, con calma, prometo cumplir con todas las obligaciones de correspondencia que tengo y una de las primeras cartas que escriba [h]a de ser a Payró, a quien contaré como pudo haber recibido una carta colectiva que nunca se llegó a redactar.

Saludos de Maruja y míos para su madre, Nélida y usted reciba además el abrazo de su amigo:

[Seoane]

1967-01-05
Carta de Seoane a Fernández del Riego. 1967
Nova York
Madrid
Vigo
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Fernández del Riego. 1967 en 05/01/1967

Madrid, 5 de Enero de 1967

Sr. D. Francisco F. Del Riego
Vigo

Mi querido amigo:
Estamos desde hace tres días en Madrid instalados por unos meses, pocos, en Paseo del Dr. Esquerdo 75, 3º, derecha, Teléfono: 273,54,14. Iré a Galicia posiblemente en Abril o Mayo, no sé aún cuando, a lo mejor antes. Tengo muchas ganas de verte y lo mismo a los amigos comunes y de hablar largamente. Mientras tanto si vienes a Madrid no dejes de llamarme. Te ruego les des mi dirección de aquí a Xohan Ledo a quien quiero saludes de mi parte y a los amigos que tu consideres. Le escribo a Piñeiro.
Un abrazo para Evelina y para tí de Maruja y de:
Seoane

1967-01-13
Carta de Seoane a Scheimberg. 1967
Nova York
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Scheimberg. 1967 en 13/01/1967


Madrid, 13 de enero de 1967

Dr. Simón Scheinberg
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Estamos en Madrid desde hace doce días sin ver casi nada, únicamente las gentes que encontramos al paso y alguna que otra exposición particular. Ayer vimos una de litografías de Miró, muy sabia, capaz de deducir partido estético a cualquier rasgo al parecer insignificante, a una mancha que pareciera surgida del descuido y que, sin embargo, aparece admirablemente situada en el rectángulo del papel. Y otro día vimos en una galería las esculturas de Pablo Serrano, un gran escultor aragonés. De todos modos, aún estoy impresionado por las exposiciones de Picasso en París. Desde Madrid por lo que estoy viendo, todo los que pueden, aún aquellos que parecen no poder, acuden a París a ver esas exposiciones. Cuando un día, pasado el tiempo, se haga historia, el fenómeno de la atracción ejercida por este genio indudable deberá ocupar un capítulo importante, pues, a París acuden no solamente artistas y aficionados, sino gentes que uno sospecha al margen de estas cuestiones. Algunos, pienso, va a ver la obra de Picasso como podían haber ido a ver al hombre más gordo del mundo, o a la mujer con barbas en algún circo generalmente alemán del pasado. Ahora los fenómenos de esta naturaleza son más frecuentes o parecen serlo e inspiran menso curiosidad popular. Pero Picasso...
En en vestíbulo del Grand Palais, en el guardarropas, pueden verse las valijas de gentes venidas de todas partes de Europa a ver su obra. Antes de buscar hotel, acabamos de descender del tren o del avión, van al Grand Palais o al Petit Palais a ver la obra del gran pintor que les atrajo y desorientó durante tantos años. Y es cierto que nadie sale desilusionado. Entrar en el recinto de estos palacios es como penetrar a grandes salones encantados de los cuentos infantiles, donde el color, las formas, el ingenio gobiernan nuestros sentidos. Claro que hay grandes artistas de nuestra época, unos han muerto hace muy poco tiempo y otros viven, pero ninguno, a mi juicio, alcanzó a dominar de tal modo su oficio, a alterarlo con arreglo a su capricho y a inventar procedimientos y formas hasta él desconocidas. No se trata de comprenderlo, simplemente hay que admirarlo. Nadie comprende una catarata, se puede explicar, su belleza, la que surge del agua cayendo, levantando espuma, creando a través de ella los colores del arco iris, convirtiendo el agua en polvo casi invisible, eso no se explica, no se acierta a describir su grandeza y éste es el caso de la obra de Picasso. A mí, personalmente, me produjo su visión unas ganas enormes de pintar, tal la libertad que muestra como posible en pintura y, al mismo tiempo, su recuerdo, ahora lejos de esas muestras, una tremenda incapacidad de trabajar de tal manera me pienso incapaz de crear algo que se semeje a esa fuerza. Ese monstruo Picasso tiene la virtud además de situarnos en nuestros límites. Nos propina una tremenda lección de humanidad. No continúo, todo esto, en mi caso, es para recordarlo en conversaciones que tendremos, Dios mediante, como se continúa diciendo por costumbre en España. Por favor, escríbannos, dennos noticias de los amigos, noticias en general.

Grandes abrazos para todos, para Aída y para usted de Maruja y míos.

[Seoane]

La dirección ahora es: Dr. Esquerdo 75, 3º derecha. Madrid

1967-01-19
Carta de Zegrí a Seoane. 1967
Nova York
Nova York
Madrid
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Zegrí a Seoane. 1967 en 19/01/1967


Enero 19 de 1967

Sr. Luis Seoane
Paseo del Dr. Esquerdo 75, 3º decha.
Madrid, Spain

Estimado amigo:

Contesto a su carta desde Madrid y me alegro de saber que su viaje sigue con el mismo ritmo de interés. Aprovecho la oportunidad para enviarle nuestro anuncio del Salón del Grabado en el cual utilizamos un Seoane. El cartel de anuncio ha sido muy bien acogido y la gente se lo lleva de la exposición para colocarlo en sus respectivas casas. Tenemos en esta muestra varios de sus grabados y una de las grandes cabezas como atracción en la ventana. Por aquí se les recuerda a Ustedes con todos los amigos comunes. Fue una gran satisfacción tenerlos a Ustedes en Nueva York y sólo esperamos que la visita se repita.

Nuestros recuerdos para Usted y Maruja y hasta pronto con un abrazo cordial de

Armando Zegrí

1967-02-02
Carta de Seoane a Cherniavsky. 1967
Nova York
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Cherniavsky. 1967 en 02/02/1967


Madrid, 2 de febrero de 1967

Sres. Julia e Isidoro Cherniavsky
Buenos Aires

Mis queridos amigos:

Estamos instalados en Madrid por unos meses que alternaremos con Asturias y Galicia y yo estoy trabajando, pintando, después de unos meses de otro tipo de actividades, las normales del turismo, que nos dejaron absolutamente agotados a Maruja y a mí. Es ahora cuando podemos reflexionar con tranquilidad sobre lo mucho que vimos y podemos establecer una especie de categoría de valores deducidos de obras de artistas, numerosas ciudades, gentes, con arreglo, naturalmente, a nuestros gustos. México constituyó una sorpresa, Nueva York otra. Menos Alemania y Holanda, que ya conocíamos en parte, y ninguna París y Roma, si excluímos en París las grandes exposiciones de Picasso y la “Dadá” del Museo de Arte Moderno, que a mí, personalmente, me trajo a la memoria una juventud, la mía, desarrollada entre protestas, algaradas políticas, persecuciones y una admiración sin límites por muchos de los dadaístas que ahora se exponen en París, anarquizantes y “revoltosos” de la primera postguerra europea. Esta exposición tenía en el mes de diciembre su complemento en Roma con otras originales de pintores Dadá y con los que se considera, no sé por qué, neo-dadás de Estados Unidos, Rosenquist, Lichtenstein, etc., a quienes falta para mi comprensión la sinceridad de aquellos, el impulso verdadero de revuelta y les sobra así como una nostalgia de temas folklóricos que intentan reavivar, encontrándolos en las costumbres de sus ciudades y en los nuevos objetos derivados de la fuerza industrial del país, lo que sería legítimo y hasta elogiable si no tuviese todo ello el aire de arte popular “fabricado”, es decir, no popular. En la técnica, cuando pintan y dibujan, los encuentro, por mi parte, más cercanos al Art Nouveau, a los dibujantes cartelistas del 900, a los diseñadores de telas y papeles de pared, y cuando esculpen, a los escultores del cementerio de Génova, aunque éstos hubiesen hecho ángeles de la muerte e imágenes del dolor y los neo-dadás representen hamburguesas, linternas eléctricas o automóviles, exactamente reproducidos en bronce. Cuando los dadás del 17 o de los años posteriores hacían con fósforos un rostro o pintaban bigotes al Monna Lisa trataban de inquietar a una burguesía de la que Grosz en Alemania hizo sus mejores retratos, pero la burguesía de hoy no es la del 20 y la pintura y el arte en general no se liberaron de las academias del pasado para caer en recetas de inferior calidad y en dogmas sin apóstoles verdaderos ni mártires. Pero todo esto es para hablarlo con calma. Por mi parte, estoy exponiendo en Bonn, según parece con mucho éxito, se prolonga la exposición hasta marzo, vendí algunas cosas y han escrito muy buenas críticas sobre la muestra. Luego, no sé aún en que fecha, lo haré en Colonia. En España de momento estoy trabajando y tengo muy poco para enseñar. A todos ustedes les suponemos de vacaciones. Es posible que esta carta les llegue cuando ustedes disfrutan de ellas. No importa. Lo que quisiera es que me escribiesen y me diesen noticias de Buenos Aires. Tenemos nostalgia de los amigos.

[Escrito na marxe esquerda:] Un gran abrazo para los amigos comunes y ustedes reciban otro de Maruja y mío para los dos:
N/D: Paseo del Dr. Esquerdo 75, 3º, dcha. Madrid

[Seoane]

1967-02-11
Carta de Seoane a Blum. 1967
Nova York
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Blum. 1967 en 11/02/1967

Madrid, 11 de febrero de 1967

Sr. Sigwart Blum
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Estamos, ya por unos meses, en España, quizás hasta mayo o junio luego de un viaje largo por muchas ciudades americanas y europeas. Anduvimos por Alemania, las ciudades del Rhin, Munich, Berlín, uno y otro, y a nuestro regreso hablaremos de ellas. Hemos visto todo lo que hemos podido de pintura alemana, exposiciones colectivas, individuales y museos. En Berlín alcanzamos a ver una gran exposición de Beckmann, óleos, dibujos y grabados que me interesó mucho, pero tanto como su obra pintada su obra gráfica, fué un gran grabador que además dejó documentada notablemente la vida alemana de la primera postguerra. Creo que después de la última los alemanes no han tenido un núcleo de artistas que fueran capaces de testificar la Alemania que vivieron como esa generación de los Grosz, Dix, Beckmann, etc. Este último dejó el testimonio de la desesperación, la miseria, la corrupción, en que había quedado Berlín después del Tratado de Versalles . De Dix ví tambien una exposición de dibujos muy completa. Me interesaron los de antes, lo de la época de sus coqueteos con los dadá y con el arte social. Los de los últimos años, de paisaje y religiosos, no. Bueno, vimos muchas obras que me interesaron profundamente. El espléndido Angel caído, de Barlach, en Colonia. Pero de todo esto ya hablaremos. Ahora estoy exponiendo en Bonn , con mucho éxito y después lo haré en Colonia no sé aún en que fecha. Estas son unas muy pocas noticias para darles cuenta de nuestra existencia y decirles que les recordamos. De Buenos Aires no sabemos nada. Creemos que todo debe estar lo mismo. Ayer asistimos a un recital de danza de María Fux en El Ateneo de Madrid , con mucho público y estuvimos unos momentos con ella.
Bueno, esto es todo por hoy. Estaremos en Madrid algún tiempo. Escríbanos por cualquier cosa que desée y enviaremos noticias.
Un abrazo de Maruja y mío para todos ustedes:

1967-02-23
Carta de Seoane a Díaz Dorado. 1967
Nova York
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Díaz Dorado. 1967 en 23/02/1967


Madrid, 23 de febrero de 1967

Sr. Diego Díaz Dorado
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Llevamos aquí en Madrid unos dos meses. Estamos viviendo en un pequeñísimo departamento en el límite del barrio de Salamanca, camino de Vallecas, y tenemos enfrente y a otros lados de la calle unas obras en construcción del color rosa ladrillo de esta ciudad que nos dejan ver, sin embargo, algo, muy poco, del cielo intensamente azul y limpio de Castilla. Enfrente, los edificios también en obras, en parte, de la “Ciudad Sanitaria Provincial” en el cartel provisional, y a continuación un nombre y apellido que odio. Pero por cualquier barrio que habitásemos estaríamos rodeados de obras. Las mezcladoras de cemento y las grúas parecen ser las máquinas más corrientes de Madrid y andamos sobre polvo y lodo, según haga bueno o mal tiempo, igual que en esta calle. Toda esta fiebre constructiva cuesta a España mucho dinero y está destinada a mantener sin resolver una difícil situación social, puesto que en este momento existen, según las estadísticas, 70.000 departamentos vacíos, en alquiler o venta, mientras por otra parte faltan viviendas para las gentes obreras del interior que se desplazan a la capital. De todo esto hablaremos a nuestro regreso. En el pequeño departamento pasamos grande parte del día y pinto lo mismo que en la calle Montevideo. Tengo ya alrededor de 15 cuadros de regular tamaño destinados a una exposición en Colonia. Otra se clausura estos días, al final de mes, en Bonn y obtuvo bastante éxito de crítica y venta. Estas son, en general, las noticias más importantes sobre nuestra vida. Antes de esta tranquilidad hemos visto ciudades y museos hasta cansarnos y solo ahora, después de algún tiempo, podemos empezar a poner en orden, a digerir, cuanto vimos. Creo que Méjico como país y su arte popular fué lo que más nos conmovió, Nueva York, la ciudad y los museos, y el paisaje del Rhin con las pequeñas ciudades bordeando el río. Luego Picasso. La obra de él, una parte muy importante de ella, desplegada en las tres exposiciones oficiales de París y en salas particulares es una justificación, si no hubiese más, de vuestro viaje. De ahí llegó Díaz Pardo que nos dijo que había hablado con usted por teléfono y que parece que va a quedarse una temporada larga en El Castro. Lo veremos allí, probablemente en abril o mayo. El nos trajo las pocas noticias que tenemos de Buenos Aires. Las del C. Gallego las conocí en Nueva York.
Bueno, esto es todo. Le ruego que me escriba unas líneas, se lo agradeceré. Reciban sus padres, Carmen y usted el abrazo grande Maruja y mío:

[Seoane]

N/D: Dr. Esquerdo 75, 3º, dcha. Madrid.

1967-02-23
Carta de Seoane a Gerstein. 1967
Nova York
Madrid
París
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Gerstein. 1967 en 23/02/1967


Madrid, 23 de febrero de 1967

Sra. Noemí Gerstein
París

Querida Noemí:

Recibimos hace unos días tu carta de París. Sabíamos que estabas viajando por Enma y Rafael, pero no conocías tu paradero. Nos alegramos de saberlo ahora y de tener noticias tuyas. Nosotros, ya lo sabes, anduvimos por una serie de ciudades, vimos una buena cantidad de museos y galerías y exposiciones, y ahora, cansados de viajar y ver, estamos establecidos por unos meses en Madrid, donde, por mi parte, estoy pintando exactamente igual de ánimo, pero con mucho menos espacio que en la calle Montevideo.
Tengo muchos proyectos, algunos ya realizándose y otros a largo plazo, o que quedarán en proyectos, pero pienso que en general buenos y útiles para mí. El hecho de proyectar ya es bueno. De Buenos Aires apenas sabemos nada. Alguna que otra noticia, no siempre buena, que envía algún amigo que escribe cartas y que leemos en la prensa de aquí. Nos gustaría que vinieses a España donde nosotros estaremos algún tiempo, en Madrid y en Galicia, con viajes breves a otras ciudades. Seguramente, a finales de mayo, estaremos en El Castro, Osedo, a unos kilómetros de La Coruña. Donde tiene la fábrica de porcelana Díaz Pardo, el amigo nuestro que tiene otra en Magdalena, en la Pcia de Buenos Aires y donde yo tengo, en El Castro, un gran estudio que él me cede en medio de un paisaje bellísimo. Si no estuviésemos en Madrid estaremos allí, donde te esperamos y donde podemos garantizarte una habitación y días agradables, aparte de que puedes trabajar y hacer alguna escultura que otra de porcelana. Anímate y ven. Conocerás un país maravilloso, Galicia, que sólo conocemos bien nosotros, algunos gallegos, no todos, naturalmente, y los ingleses.

Un gran abrazo para María y Eduardo, a quienes tenemos que escribir, díselo, y otro para ti de Maruja y mío:

[Seoane]

N/D en Madrid: Dr. Esquerdo 75, 3º dcha.
En el Castro. El Castro de Osedo. Fábrica de Porcelanas. Sada. La Coruña

1967-02-23
Carta de Seoane a Zegrí. 1967
Nova York
Madrid
Nova York
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Zegrí. 1967 en 23/02/1967


Madrid, 23 de febrero de 1967

Sr. Armando Zegrí
New York

Mi querido amigo:

Recibí su carta con el cartel de la exposición el grabado latinoamericano, que le agradezco mucho, no únicamente por el envío, sino por la deferencia que significa la reproducción de un grabado mío. Supongo que la muestra debió de ser, en general, un éxito. Al menos me alegraría que lo hubiese sido. Estoy pintando, trabajo todo el tiempo y tengo ya unos quince cuadros destinados a una exposición en Colonia. Actualmente, expongo en Bonn una colección de grabados con mucho éxito de crítica e incluso de venta. La exposición se prorrogó durante todo este mes clausurándose estos días. Para España no tengo aún plan alguno, espero exponer en Barcelona, no sé cuándo, y en Madrid, posiblemente en la Galería Juana Mordó, pero sin tener aún fecha. De todas maneras, trabajo sin preocuparme demasiado de concretar nada mientras no tenga obra suficiente. En París, vi todas las exposiciones de Picasso, las organizadas por el Estado y las de galerías particulares. Siete u ocho muestras espléndidas. Me alegro de haber podido coincidir con todas ellas. Creo que es el más grande pintor de nuestro siglo, el más vital, el que mayor cantidad de puertas abre para nuevas posibilidades expresivas. En Madrid, muy poco, una buena exposición de un escultor español, Serrano, con una cabeza maestra de Antonio Machado que la compró el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Esto es todo. Un gran abrazo para Mildred y usted de Maruja y mío:

[Seoane]

1967-02-25
Carta de Seoane a Frontini. 1967
Nova York
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Frontini. 1967 en 25/02/1967


Madrid, 25 de febrero de 1967

Sr. Norberto Frontini
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Estamos establecidos en Madrid por unos meses y estoy trabajando todo lo que puedo en el pequeño departamento que alquilamos. Tengo una pequeña serie de cuadros de regular formato ya hechos de los cuales estoy contento, en general. También tengo casi un álbum, o un álbum sin casi, de dibujos hechos desde México de cabezas de personajes que fui sorprendido en cafés sobre todo. Cabezas mejicanas, yankis, alemanas, suizas, francesas, italianas, españolas; sobre todo italianas y españolas. Tengo alrededor de un centenar de ellas, casi una aldea internacional, a las que puse leyenda con arreglo a lo que en el momento me sugerían. Son dibujos muy rápidos, pero que constituyen mis apuntes de viaje, pues está visto, quizá deba sentirlo, que me importan más las gentes que los monumentos, aún importándome mucho éstos. Digo que quizá debiera sentirlo porque parezco haber entrado en la edad en que son los momentos lo que interesan, sólo la historia, y se desprecia a las gentes o no se hace caso de ellas.
Desde Madrid, hemos hecho pequeños viajes a ciudades cercanas, a Toledo, al Escorial, a Segovia, todas ellas ahora perfectamente acondicionadas para el turismo, esa gran industria, pródiga en divisas, recientemente descubierta en este país que no logra, sin embargo, matar lo que de auténtico le queda, pues una preocupación organizada por el turismo trae como consecuencia un recuerdo de vida pasada y el hacer que los monumentos entren en la categoría de pomposas escenografías.
El pueblo y su vida, la que vive corrientemente, hacen que esto no ocurra. Segovia continúa siendo una maravilla de ciudad con su gigantesco acueducto, sus iglesias románicas y sus antiguos mesones y casas señoriales. Y otra maravilla, El Escorial, al que siempre veo como ejemplo de rigor arquitectónico español, de la disciplina constructiva que en otras artes produjeron a Cervantes y Velázquez, a San Juan de la Cruz. Sólo quienes extienden las dependencias fúnebres, donde están los sarcófagos de los reyes, a todo el edificio pueden encontrarlo tétrico. Y al paisaje que le rodea. La soledad no es tétrica, puede ser solamente melancólica y hasta alegre. Yo encuentro alegre a El Escorial. Seguramente, porque no me dejo llevar por la impresión que puedan producir los pudrideros, destinados a la descomposición de los reyes y príncipes muertos, ni por los sarcófagos, ni por la silla de mano de los últimos días de Felipe II, cuando ya corrían por su cuerpo los gusanos de su podredumbre; aunque también complacerse en esto, que no fue complacencia al arquitecto Herrera, es asimismo Castilla. En general, una parte grande de España tiene una imágen cruel de la muerte. Los gallegos, o los de su orígen, somos distintos, a través de ella vivimos otra vida, por eso el pueblo gallego ama a las ánimas y convive con sus muertos, que adquieren, para su presencia, formas familiares, increíbles para quienes no son gallegos. Bueno, perdóname esta lata, pero te hablo de mí. Escríbeme. Dame noticias de Grillo, está ya en libertad?

Un abrazo grande de Maruja y mío para Mony y para ti:

[Seoane]

N/D. D. Esquerdo 75, 3º dcha. Madrid

1967-02-27
Carta de Seoane a Rotemberg. 1967
Nova York
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Rotemberg. 1967 en 27/02/1967


Madrid, 27 de febrero de 1967

Sres. Dina y Abrasha Rotenberg
Buenos Aires

Mis queridos amigos:

Recibimos la carta que nos enviásteis ya no sé cuando, sospecho que antes de salir de vacaciones de las que llegaréis de vuelta seguramente estos días, pues, entendemos que pensaban tomárselas en febrero. Nosotros llevamos dos meses en Madrid, trabajando y paseando, más todavía trabajando que paseando, en un espacio cuyas medidas casi exactas se las digo a Julia e Isidoro en la carta que les enviamos, que sale conjuntamente con ésta. Desde que escribí esa carta, hace unas horas, tuve confirmación de la fecha de mi exposición en Colonia, el 4 de Mayo, y durará cinco semanas, como consecuencia del éxito de la alcanzada en Bonn cuya clausura volvió a prorrogarse, lo supe tambien hace unos momentos, parece que aún durará gran parte de marzo. Quizá, desde el punto de vista práctico, debiera estar en Alemania pero de alguna manera debemos poder pagarnos la felicidad de hacer lo que nos dá la gana, este tipo de libertad que no hay quien le quite a los españoles –éstos asi lo créen– o a los de su orígen y que es un modo, como otro cualquiera, de comprarse alguna satisfacción personal. Aquí estamos más a gusto que en Alemania. Estamos entre gentes libres de muchos prejuicios, no de todos, casi libres, aunque sientan su libertad encerrada entre las fronteras, aquí no son paredes, de una gran cárcel. En El Prado hay una aguada de Goya donde un preso arrodillado recibe en su celda un rayo de sol, y sonriente, expresa: “Divina libertad”. Así es, la libertad se lleva con uno y es lo que uno siente aquí de las gentes del pueblo. Goya lo sabía muy bien. Claro que no quiere decir que ellos lo sientan. Libres los siento yo en relación con suízos y alemanes. Cada vez que nos veíamos observados por esos alemanes de ojos de hielo, impersonales y fijos como los de algunas aves de rapiña, cuidando de que cumpliésemos con las reglas, nos sentíamos coartados en nuestra libertad. Otra cosa es que las reglas las formulen y las cuiden los de arriba, no los vecinos y parientes, los funcionarios del Estado y el Estado, que los españoles nunca están dispuestos a obedecer y que si obedecen es por los mismos motivos por los que soportan sin remedio, una tormenta, una catástrofe, una enfermedad, algo que ellos no pueden controlar, que en ningún caso depende de ellos. Es posible que esta libertad individual, esta tolerancia de unos con otros, sea el producto de siglos de desgracias comunes, de mezclas, de guerras perdidas, de su vejez como pueblo, como ocurre con los otros del Mediterráneo, o con esos otros que denominamos primitivos. Por mi parte, comprendo mejor a quien aún crée en un sacerdote tribal al que se le suponen poderes sobrenaturales y misteriosos, capaz de conjurar males con oraciones verbales y recetas vegetales, que a quienes adoran al dios Thyssen, el de los metales, incapaz de consolar con algún simple y extraño conjuro a un semejante. No me refiero, se entiende, en este caso, a la libertad política. No sé por qué les escribo todo esto. Debiera seguramente referirme a otras cuestiones. Al mismo Goya, de quien hoy mismo encontramos en el museo un dibujo a la aguada en el que se valió del “collage” para acentuar sus blancos, encerrando papel recortado en el negro de tinta, el dibujo número 328 de los que allí se exponen. O a Raimón, el valenciano que canta en catalán canciones “comprometidas” y cuyo último disco ya se agotó en unos días entre Barcelona y Madrid, sin que nosotros pudiésemos adquirirlo. España está hambrienta de que alguien se refiera a sus problemas. Yo acabo de pintar un cuadro titulado Emigrante, donde del cuello de una gran figura femenina pende un cartel que dice: “Elle s´apelle Manuela Rodríguez. Elle est analphabéte. Aidez-la. Genève 1963”, que es un tema que Maruja y yo vivimos precisamente en Ginebra y en ese año. Era una trabajadora española que viajaba en tren desde Tessino a España, a la que le colgaron el cartel en el punto de partida y se enloqueció en el tren.
Por hoy nada más. Escríbannos. Me gustaría en una próxima enviarle a Dina noticias que puedan interesarle para su arte. Un gran abrazo para los dos de Maruja y mío:

[Seoane]

N/D: Dr. Esquerdo 75, 3º, dcha. Madrid.

1967-05-15
Carta de Frontini a Seoane. 1967
Nova York
Bos Aires
Nova York
Madrid
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Frontini a Seoane. 1967 en 15/05/1967

DR. NORBERTO A. FRONTINI / ABOGADO / BUENOS AIRES, / LAVALLE 1312, 5º A / TELÉFONO, 40-7512.

Mayo 15 de 1967

Sr. Luis Seoane
Esquerdo 75, 3º Dcha.
Madrid

Mi querido Luis:

Recibí oportunamente tu carta del 25 de febrero. A mis años el tiempo tiene vertiginosidad imperceptible.
O es que el quehacer cotidiano en vez de estrangular las horas las urge? El tiempo pierde su medida horaria, cosa de la inteligencia y no de la sensibilidad, cosa mecánica, no de la vida continua. Ocurrió que estuve con tu carta en el bolsillo y le fui añadiendo las dos que le escribiste a Luis, y así se fueron pasando los días. Supongo has regresado de Galicia y estás ahora en Madrid, y allí te vuelvo a escribir. He tenido noticias de tu exposición en la urbe castellana por la carta que me leyó Falcini y antes, de ustedes, por referencias orales de Clarita que vino emocionada por la dulzura de Maruja y alucinada por el tamaño de tu inteligencia y el fervor que pones al hablar de tu tierra natal. Me habría gustado nacer en tierras de árboles y no en ciudad. Junto al mar y no entre muros, a la vera de un río corredizo y no entre las calles de una ciudad que cambia su fisionomía día tras día. Quizá sea por eso que para mí la patria, como geografía, ha sido, durante muchos años, una metáfora vacía, y después, un largo paisaje diferenciado; más tarde fue una historia sin asidero en la vida concreta del hombre y del ciudadano y, por último, varios estratos con zambullidas repentinas en las desemejanzas que los siglos han dejado entre las gentes como residuos de culturas si no distantes, distintas. Ese viaje que haces por tierras de España tiene la presencia de las constantes de la historia que son la razón de ser de la biología profunda y la expresión de la relación con los aires de un contorno físico incambiable o poco menos. A nuestra edad, a la mía, querríamos menos cambios insustanciales y la presencia de un clima histórico que sea como nuestra memoria. Me parece convincente lo que me dices acerca del rigor –la clasicidad– del tránsito del hombre español. Por eso me parecen hermanadas la prosa de Cervantes, el ceñimiento formal de Velázquez, y la límpida arquitectura de Herrera. Y Goya? Acaso sea lo mismo con más expresividad. En vez del hieratismo de Rivera, el misticismo del divino Morales o la pasión un tanto acartonada del Greco (muy señorial, muy retratada) o la abundancia colorida de Zurbarán, Goya es la expresividad poética de la vida del cuerpo y del alma del hombre y sus pasiones.
Pero de tal fuerza trascendente que parece abarcar todo el proceso dramático de la vida humana desde la primera fermentación sobre la tierra hasta el deliquio (desfallecimiento y delicia) de la búsqueda de dios.
Y por qué dices de Barlach que es goticista? Siempre me pareció entroncado en las formas románicas. En aquéllas que más de una vez vi talladas en el bronce de los portales de algunas iglesias. Achatadas las figuras, indiferentes los atuendos, en planos cruzados sin violencias geométricas, dándose el cuerpo en función de las caras donde la expresión de la vida interior adquiere una fuerza dramática sorprendente. Lo cual, años después, asocié con algunas de las tallas de Rodin, el Sarmiento, el Balzac (los varios ensayos previos?). Quizá por otros motivos espirituales, quizá porque Rodin tenía conciencia de la importancia que estaba adquiriendo la inteligencia del hombre en la edad moderna.
Pero, qué pasará siglos mediantes, con la cibernética, con el lenguaje, y las significaciones que hasta ahora han servido al hombre para entenderse? Colijo que el hombre va permanentemente hacia su propio consciente cambio por la auto creación y que de aquí a siglos, todo será diferente. No lo será el diálogo que lo conduzca hacia la superación de sus constantes limitaciones. Será por eso que te estremecen los “momentos”? Tú agregas: la historia, es decir, el tránsito. Y de eso se trata, de cómo transitamos este mundo o por este mundo. Cuando a la distancia de decenas de años recuerdo ciertas lecturas de juventud, ciertas teorías, el lenguaje pedante que se me metió en los entresijos del alma a través de los libros universitarios, me doy cuenta que nuestra civilización es una costra de estupidez. La civilización que pone su acento en las cosas materiales. Claro, ellas vienen a nuestro encuentro. Empero, siempre será más encantadora la sonrisa de un niño o una mano de mujer que se mueve como ala, que todo ese estiércol que se desvanece, no de una generación a otra sino de hoy a mañana. El “momento” (me impresionó mucho esta frase de tu carta) es siempre un estremecimiento. Acaso por su instantaneidad, por su huidiza compostura. Cuando tú lo fijas, lo haces inteligible y perdurable. Un estudio comparativo de la sucesión de los momentos (los momentos claves del ser humano) serviría para constatar las constantes de la conducta. Esa es la virtud del artista. Y si se tiene genio como tú, vaya si la cosa tiene importancia. Pero los momentos que registras en tus obras son también tus propios momentos espirituales. Porque todos somos meros seres transitivos. Y este es nuestro drama y la razón de ser también de nuestra instantánea alegría. Tú dices que encuentras alegría en El Escorial. Me cuesta imaginarme ante El Escorial en ese estado de alegría. Y mis imágenes (tendría que haber nacido en España) son las del asombro. Pero también la del dominio de mí mismo, como vida fluyente, frente a esa sobria arquitectura. Un recuadro para los ojos, la voz, el cuerpo flexible, andariego, andante. Quizá sea esa la alegría. El contraste entre la vida y esa obra del hombre. Pero eso se da en España.
En las iglesias de Castilla, la muerte es muerte a más vida. Es cosa a mi modo de ver muy castellana, que acaso tenga que ver con el ensorbecimiento que dio al castellano la conquista y la riqueza de América. Un énfasis de su petulancia. Aunque no debe olvidarse que la Iglesia Católica inventó o reinventó la resurrección. Los muertos de supuesta noble vida merecieron estar en el templo de dios. Cuando la paganía del espíritu tiene remotas, visible u ocultas reminiscencias de los países aborígenes o de la Roma imperial, a los muertos se los despide bebiendo y comiendo. Y eso ha quedado entre nosotros, hijos de España, y persiste en las provincias. Se trata de la despedida. ¿Recuerdas la Tumba del Elefante que hay en Carmona? Pues allí hay mesa para comer, y vomitorios y un baño para aguas termales. Comer, vomitar, quitarse el mareo en agua tibia, y a seguir. La despedida. A mejor vida o a vida eterna?
En esta ciudad de encierro, ciudad de país ocupado, todo es incertidumbre. Puedes tener nostalgias del tango y acaso sea por amor, por división de tu vida entre España y Argentina, por contradicción de las vivencias del corazón. Pero yo, que vivo aquí, me aburro, me canso, huyo. Y me da mucha alegría conversar epistolarmente contigo, contigo, que eres uno de los mejores interlocutores del mundo. Menos mal que en estos últimos días hemos contado con la presencia de personas con quienes me hallo a gusto. Estuvo Orfila y estuvimos varias veces con él. Y en una ocasión con él y mi viejo amigo brasileño Caio Prado, y su esposa, que estuvieron pasando una semana con nosotros. Ahora están en Córdoba, de donde seguirán a Mendoza y luego a Santiago, regresando a fines de mes. De Grillo recibí carta hoy. Nos correspondemos por carta y a veces nos damos a tomarnos el pelo. Me provoca para que le escriba y yo a mi vez para sacarlo de sí mismo. Ayer llegó de Salta, Ana María. Estuvo allí varios días. Lo encontró muy flaco. Ya no puede digerir las comidas asquerosas que le dan. Y ya lleva tres años y más de dos meses. Mañana vence el plazo para dictar la sentencia del tribunal de Tucumán. Si, como esperamos, confirman la del juez de primera instancia, pronto lo tendremos con nosotros. No me hago ilusiones, pues el asunto de Bolivia podría despertar enconos oficiales y vaya uno a saber qué añadidos se hacen al proceso. Si confirman la sentencia, podría salir con libertad condicional. Lo esperamos. Pero eso depende de algunas quisicosas que podrían demorar la definitiva salida.
Mony está bien. Pero en estos días un tanto apesadumbrada por algo que le ha ocurrido en La Plata, que es largo de contar y creo que no vale la pena. Los demás familiares muy bien. La hija de Chispa es una delicia. Una “verdadera” nieta cuya compañía me hace mucho bien. Hemos estado con Castagnino y Nina. Te hemos recordado mucho. Y como todos los amigos han leído las cartas que le enviaste a Falcini, nos ha conmovido ese homenaje de los artistas madrileños. Me emocionó aquella lección acerca de la honradez que te dió tu padre. Esa es la honradez de toda tu admirable vida. Si no hubiese sido así y si la maravillosa Maruja no fuese como es, no habrías sido el pintor y escritor que eres. Yo he tratado de ser como mi padre en otro plano de actividades. Pero sobre todo en la vida profunda. Una contradicción me habría fastidiado mucho. Y a otra cosa: hace dos meses falleció el padre de César, el suegro de Chispa. Buena persona. Cuando estuvo en Madrid, se entrevistó con Maiztegui. Un derrame cerebral, media hora de conciencia y diez días en estado de coma. También falleció en enero, el Dr. Julio Peluffo. Creo que lo conociste.
Bueno: me parece que te he dado una larga lata. Es más de media noche en un día domingo. Hay en la ciudad ese silencio compacto de las noches porteñas, vísperas del lunes. Hace calor (estamos sufriendo un otoño caluroso). En las cartas de Grillo siempre hay saludos cordiales para ti y Maruja. Cuánto tiempo se quedarán aún? Un abrazo fraternal para Maruja y para ti, con abrazos de Mony (acabo de telefonearla) y hasta siempre vernos. Y abrazos para Maiztegui.

Norberto