PROXECTO EPÍSTOLAS

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LOCALIZACIóN: Plasencia

Epístolas
1 mencións
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1979-01-02
Carta de Dieste e Muñoz Manzano a Luís e Maruxa Seoane. 1979
Plasencia
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Dieste e Muñoz Manzano a Luís e Maruxa Seoane. 1979 en 02/01/1979


Plasencia, 2 de enero, 1979

Queridos Maruja y Luis:

Al ponerse a dictar estas líneas a Carmen, me doy cuenta de toda la importancia y variedad de emociones que tendría que comunicaros y de lo difícil de afrontar esa variedad sin que lo más penoso le deje a uno sin ánimo para hacer adecuada mención de lo más conformante o positivo. Comprenderéis, pues, muy bien que apenas pueda hacer otra cosa que una sencilla enumeración de sorpresas, afectos, desolaciones y esperanzas, todo ello sin mucha ilación ni el detenimiento que sería necesario.
Del fallecimiento de Lorenzo apenas puedo deciros nada que no sepáis, por íntimo que sea. Lo habíamos visto en Madrid muy poco antes en la casa de los Gurméndez y en compañía de Gabriel y Basia, su mujer. Estaba muy sereno y de un humor directo, cordial y expansivos. El diálogo destellaba graciosamente por todos sus ángulos y no había en él nada de lo que ahora pudiera parecernos un presagio. Así, aun contando con su deficiente disciplina en lo tocante a la salud, la noticia de su fallecimiento, que nos comunicó Isaac por teléfono desde Sargadelos, fue para nosotros una total sorpresa. Mimina e Isaac vinieron enseguida a La Coruña y con ellos tomamos el mismo avión para Madrid. Como el fallecimiento se había producido en la ambulancia que le llevaba a la clínica, se alargaron los trámites y no pudimos ver a Lorenzo hasta dos días después, en la capilla ardiente del Instituto Anatómico Forense. Su rostro tenía gran sosiego, en el que dominaba su profunda inocencia y el sentido reverencial que tuvo siempre para el misterio humano de la vida y la muerte.
Apenas hace falta ponderaros, tratándose de vosotros, la trascendencia que ha tenido para mí, y creo que en igual grado para Carmen, la desaparición de Lorenzo, presente siempre en nuestra imaginación no sólo como amigo, sino como alentador de nuestros mejores planes y trabajos. Con pocas o muy superficiales enmiendas en su régimen de vida y, sobre todo, con un decidido retorno a Galicia, habría tenido un importantísimo papel en esta nueva etapa de nuestra tierra. Pero estas cuentas no entran en el sentir más hondo, que es el de la amistad, y el más desconcertado. Valentín Paz Andrade me dijo que os había escrito.
Os escribimos desde Plasencia, a donde hemos venido, como de costumbre, a despedir el año viejo en compañía de Vicenta y de los familiares extremeños –jóvenes y niños– que en estos días la rodean. (Anoche estuvimos en casa de Rosa Mary y vimos el cuadro de Luis, que lucía como una joya, enmarcado en la casa que él mismo nos recomendara).
En vísperas del viaje, nos llegó el libro de grabados de Luis, especie de Summa gráfica de su visión de Galicia y, al mismo tiempo, del amplio repertorio de recursos que han ido caracterizando, dando fisionomía peculiar a sus dominios en el arte del grabado. Naturalmente, a esto se une la poesía de los temas, pero consustanciada con los grabados mismos. Quizá sin proponérselo, el índice tiene todas las virtudes de una evocación literaria.
No muchos antes, Domingo nos había hecho entrega del cuadro prometido. Es tal como lo recordábamos, y al mismo tiempo modernísimo o, si queréis, de un encanto perenne, ajeno al pulso de las fechas. ¡No pasan siglos por él! De todos modos, para nosotros evoca el momento en que surgió de la manos de Luis y, como es obvio, de su espíritu, momento que podríamos calificar de milagroso recordando el frescor e intensidad con que unos cuantos (incluido Lorenzo) nos sentíamos vivificados en nuestros pensamientos e imaginaciones por el común recuerdo de Galicia. Es curioso que al desarrollarlo brotaron una tras otra dos exclamaciones que rara vez pueden ir juntas: “¡Formidable”... y enseguida: “¡Encantador!”
Nos alegró mucho la noticia de vuestra venida que si es, como decís y nos confirmaron José Luis y María Elena, en febrero, podemos ya llamar cercana. La alegría se relaciona ante todo con nosotros mismos, con nuestro régimen de vida, que será más grata y sociable cuando estéis en Torre Coruña; pero también con lo que pueda afectar a Galicia y a la obra y posibles iniciativas de Luis. Todavía no podemos anticipar cuál será en conjunto la imagen de Galicia, lo mismo en el orden práctico que en el cultural –que es también práctico– en la etapa que se avecina. Hay nombres nuevos para nosotros, al parecer de buenas gentes, pero en los que no se puede por ahora fundar presagios claros, esperanzas concretas. Los hay también de alta y manifiesta calidad, pero se da el fenómeno curioso de que la situación presente, en cierto modo prologal, en lugar de suscitar la deliberación conjunta, sobre muchas cosas, ha producido una cierta dispersión o, en todo caso, multitud de juntas, técnicamente necesarias –supongo– y, al lado de eso, una gran escasez de diálogo entre las personas que nos consideramos afines. Vuestra venida contribuirá mucho a corregir este desequilibrio. Pese a todas las anfibologías, el espíritu constructivo y la voluntad de concordia siguen siendo las notas dominantes en la España actual. Creemos, pues, poder anticiparos que os encontraréis a gusto, y que no es pura fórmula, de esta vez, la tradicional salutación... ¡Feliz Año Nuevo!

Con la esperanza de que así resulte, os envían un fuerte abrazo

Rafael y Carmen