Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

5 de junio de 1972

Sr. Dr. Virgilio GARRIDO
MONTEVIDEO

Querido Garrido:
Hace muchísimo tiempo que no le escribo porque no quiero obligarle a que me conteste. Esta carta tampoco pretende eso sino solo darle cuenta de como andamos por acá y como andan las cosas en este país. En cuanto a nosotros la vida sigue su curso sin mayores novedades, yo en Roche, María del Carmen en sus actividades domésticas y en parte intelectuales y los chicos siguiendo su camino. Miguel continúa trabajando en una casa de auditoría americana donde aprende mucho lo que le podrá servir para más amplias actividades, y Constanza en su primer curso de Ciencias Políticas (Sociología) aunque la Universidad anda, como todo el país, bastante desbarajustada al punto que no se sabe todavía a estas alturas si habrá exámenes.
No se puede usted dar idea de la confusión de fondo que hay en este país. Los que se han adueñado del poder están muy divididos entre sí y hay muchos que se han alejado del sector dirigente previendo el caos que se avecina. Entre el Opus y la Falange hay una pugna cerrada. El Opus es un grupillo religioso de sujetos que se pretenden elegidos y más capaces, tecnócratas, que atraen a algunos avispados con la promesa o perspectiva de enchufes y sinecuras pero que no tienen apoyo en la masa. Y esos son los que ahora principalmente gobiernan. Frente a ellos la Falange rabiosa cierra filas, despechada por haber sido desplazada en parte del mangoneo, pero también la Falange está muy dividida entre colaboracionistas y oposicionistas que llegan casi a tocar las líneas de la oposición al régimen.
Todo este tinglado se sostiene por el mito y la persistencia biológica inestable del que le dije. Pero cuando este inseguro sostén se venga abajo aquí puede pasar todo. El que han elegido para sustituirle es un jovenzuelo pasmado y sin prestigio que tal vez borbonee, en este caso, contra la Falange, aunque nada se puede saber. Alguien dice que cuando lo entronicen hará la política que propugna el padre de vuelta a la monarquía constitucional, pero nadie lo sabe, probablemente ni él mismo. Porque en último término todo depende del ejército que es él que tiene la estaca y dirá la última palabra. De todos modos tampoco el ejército está unido pues hay en el sectores liberalizantes inclinados a una monarquía constitucional y otros furibundamente fascistas que no están dispuestos a tolerar la implantación de una democracia liberal, aunque, llegado el momento, quien sabe si no la aceptarían siempre que tuviesen un buen pedazo de la torta.
Lo que es indudable es que nunca ha habido en la Historia de España mayor divorcio entre la España real y la España oficial. El pueblo, aprovechando la prosperidad económica y el aflojamiento de algunos vínculos y ataderos se ha ido emancipando socialmente de un modo realmente estupendo. En su gran mayoría vive distanciado del régimen, cada vez más minoritario, y hace su vida propia y busca sus ventajas económicas y su liberación espiritual por cuenta propia y sin esperar nada del poder público. Es extraordinario el afán de saber y de informarse que hoy tienen los españoles, y como ya se editan muchas cosas que les permiten abrir el espíritu se pierde, a ritmo acelerado, aquel enclaustramiento en que el régimen quiso recluirlos. Aunque no se permite todavía la publicación de un diario independiente, en cambio sí ha autorizado el régimen, aunque de cuando en cuando les atice algún palo en forma de multas o suspensiones, algunos semanarios de tipo cultural y político en que se analizan con gran independencia de juicio los problemas nacionales y extranjeros. Y a medida que el pueblo a través de estas revistas, los libros, la prensa extranjera que también se lee mucho y cada vez más (sobre todo Le Monde, Express etc.) va abriendo los ojos y dándose cuenta de la verdad de lo que pasa dentro y fuera acentúa su actitud oposicionista. Por otra parte los chanchullos y escándalos financieros como el de Matesa y el indulto que se dio a los defraudadores que en este último participaron y otras muchas cosas, aumenta la indignación. Los Ministerios están enteramente desorganizados porque el capo, caduco, no puede ya meter mano en la marcha administrativa y cada jefecillo se cree un caudillejo. La administración española jamás ha estado tan desorganizada ni tan corrompida.
A todo esto los turistas siguen llegando, en los balnearios siguen abriéndose hoteles y bloques de apartamentos y la dolce vita cunde por esas zonas privilegiadas que han de pagar, sin duda, los beneficios que el turismo les trae, con una pérdida de su personalidad y de aquella vida auténtica y sana que en otro tiempo llevaron. Hemos visto con dolor hermosos pueblos de la Andalucía convertidos en centros estrafalarios por obra del turismo que desfiguran la fisonomía urbana y encanalla a las gentes. Es un dolor. Y así están, por ejemplo, Marbella, Torremolinos, Estepona, Fuengirola; Benidorm en la región valenciana y otras muchas en la Costa Brava catalana; y a caso lo más doloroso sea lo de Sitges, el pueblo de Rusiñol, tan hermoso y fino y que está ahogado por la masa de beocia de turistas de medio pelo.
Este año pasaremos quince días en San Sebastián y otros quince en Salou, como veraneo. El norte se ha librado bastante de la avalancha turística debido al clima, felizmente.
Todos nosotros le recordamos con mucho cariño y le enviamos abrazos muy estrechos, especialmente yo.
[sen asinar]

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