Carta de Seoane a Núñez Búa. 1963
04/04/1963
Ginebra, 4 de abril de 1963
Sr. D. José Núñez Búa
La Plata
Querido amigo:
Te escribo desde Ginebra donde me quedaré dos meses o algo más. Me gusta Suiza y en esta ciudad viven algunos amigos españoles y argentinos a quienes puedo ver cuando siento nostalgia de hablar de Argentina y España, y castellano, pues gallego se siente ahora a menudo por las calles de Ginebra y de las otras ciudades del norte de este país.
A Laxeiro y a Díaz Pardo les escribí sobre esto. En 1960 apenas había emigración española aquí. En menos de tres años se calcula que entraron alrededor de 16.000 inmigrantes, una gran parte gallegos. Suiza progresa notablemente. A Ginebra la consideran por su progreso industrial y por la cantidad de fábricas europeas y norteamericanas que se establecieron aquí en los últimos años, como una especie de Chicago. Pienso que esto no es un honor para la patria de Rousseau y la adoptiva de Voltaire, aunque se une perfectamente con su tradición calvinista ya que, según parece, fueron los consejos de Calvino los que la convirtieron en emporio relojero e industrial. De cualquier modo se nota que las gentes viven cómodamente y necesitan de mano de obra extranjera para poder desenvolver su comercio e industria. Sin embargo los suizos sueñan con América, temen a la posible guerra, a las andanzas de De Gaull[e] y de Adenauer y piensan en el continente americano como un lugar de libertad, con selvas y grandes pampas, remoto para cualquier contienda, naturalmente, que europea. No se imaginan guerras que no sean europeas. En este sentido no han mejorado desde 1960. Los técnicos en general marchan en cantidad a otros países, a África, Norteamérica sobre todo, y las simpatías de los que se dirigen a América del Sur las tiene San Pablo, en Brasil. De una verdad están seguros y la temen y es que, en caso de guerra, Suiza no podría quedar neutral, tiene demasiados compromisos con uno de los dos bandos que hasta ahora aparecen como beligerantes. Claro que puede cambiar, pues la política suele depararnos grandes sorpresas.
Hasta ahora hemos andado por otras ciudades de Suiza: Berna, Zurich, Basilea, Winterthur. Dejamos las más cercanas a Ginebra para más adelante. De momento quiero pintar, trato de preparar alguna exposición que es posible pueda hacer de grabados y pintura. También recoger notas para enviar a El Día y tratar de normalizar mis colaboraciones a Galicia emigrante. Ya envié una referida a los inmigrantes gallegos en Suiza, con algunos datos que logré conseguir hablando con algunos de ellos. Los días aún viendo museos y galerías de arte y momentos, se nos hacen largos y tengo las mañanas dispuestas para el trabajo. Las noches resultan más largas que los días pues Suiza es una inmensa fábrica donde todo el mundo madruga y se acuesta tempranísimo. En esto les queda, como en otras cuestiones, un fuerte resabio de país campesino.
Bueno, nada más por hoy. Saludos de Maruja y míos para Otilia y para ti y tú recibe un fuerte abrazo de:
[Seoane]