Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

Buenos Aires, 21 de junio de 1965

Sr. D. Isaac Díaz Pardo
El Castro. La Coruña

Querido Isaac:

Recibí tus cartas, te escribí antes de que llegases tú a El Castro y tengo muy poco que contestarte. Hablé con tus amigos de la Asociación de Artistas sobre lo que me pedías, reunir cuadros para enviar y les parece muy poco probable conseguir hacerlo sino en una muy poca cantidad. Por mi parte no tengo nada que decirte. No estoy de acuerdo contigo en esto. El catálogo cuesta demasiado caro y por menos cantidades se hubiera hecho en Buenos Aires. Un catálogo aislado no tiene más interés que otros que se han hecho; incluido en el catálogo general hubiese sido más eficaz aunque tuviese menos reproducciones. Si ha de venderse aquí, lo adquieren, sobre todo al precio que saldrá, dos o tres docenas de personas. Paso el día trabajando, se me acumuló bastante tarea y trato de sacármela de encima. Cada vez veo mi porvenir más confuso en el sentido de no percibir claramente un destino para el futuro. Estoy muy arrepentido de aceptar la dirección de la revista del Centro. Me lleva tiempo y tengo que volver a aguantar pérdida de tiempo y sugerencias de una serie de gentes que no estimo y de las que me había aislado en los últimos años. El suplemento a la revista, que como tal sale el trabajo sobre arte gallego, tardará en salir unos quince días. Los de la Asociación piensan que es muy poco y hasta ahora no han hecho más que enviar su opinión negativa, publicada en su boletín y también por radio, pidiendo que se abra discusión sobre él. Yo estoy aburrido y lamento haberme metido en esto. Quiero trabajar únicamente en mis cosas, hace tiempo que lo decidí así y no deseo cambiar. No quiero tratar de hacerlo todo sino únicamente aquello que creo mejor poder hacer y el pintar y grabar, si uno se dedica a ello, lleva la vida y sobre todo si para uno es el oficio de que vive. Tú lo sabes esto tan bien o mejor que yo.
Supongo que todo estará ahí igual, Maruja y yo os envidiamos, lo decimos siempre pero es verdad. Nos hubiese gustado estar ahí con vosotros. Lo de Picasso lo sabíamos, se dijo en España cuando estábamos allí, fue consultado por teléfono por la Galería, se frotó las manos cuando se enteró de la venta y comentó, “los pagaron caros”. Lo único excepcional que hizo fueron las donaciones al Museo Picasso de Barcelona. Vi, hace algunos años, dos tapices de Adam, naturalmente también los de Cluny, y algunas fotografías de alguno de Bissiére, todos ellos, en general y otros más, dinamarqueses y suecos, de Lurçat, de Miró y de Picasso, etc., fueron los que encendieron en mí el deseo de hacer cartones para tapices y me hicieron pensar en la posibilidad de revivir la artesanía gallega de la tecelanas, pero todo esto quedará en puro sueño como tantos proyectos que fueron madurando en uno y no tuvimos oportunidad de realizar por falta de dinero y propia capacidad organizadora Ya no creo en el Laboratorio de Formas. No creo que se pueda hacer nada ahí para eso harían falta gentes con una visión que fuese más allá de unos mezquinos dividendos anuales que los tendrán, estoy seguro, y tuviesen un patriotismo superior al de los manifiestos. En Galicia se pueden hacer muchas cosas. Está virgen en estas cuestiones. Cuando se intentó hacer algo fue desdeñado al arte popular, remedado el arte del pasado e ignorado lo que se hacía en el mundo por sus contemporáneos. Dan penas las platerías compostelanas, los esmaltes de los Hernández y hasta las puntillas de Camariñas, con formas copiadas de revistas y muertas. Produce dolor ver como se deja marchar a trabajar en el exterior de peón o de criada a un ebanista o a una tejedora aldeana. Pero la gente se muere por levantar castillos en el aire, hacer estadísticas, molestar a los que hacen algo, en lugar de querer hacer de cada aldea, a partir de su realidad y de sus posibilidades, un centro industrial y de arte. Existen formas gallegas inéditas, están en el paisaje, en los instrumentos de los oficios y en los objetos heredados. Ahí están para quién sepa recogerlos. Pero todos hemos sido educados en una escuela diferente, incapaz de despertar nuestros sentidos y sacar provecho de nuestras posibilidades; dedicados exclusivamente a memorizar y hacer cuentas. Nada de estimular y despertar en el alumno el deseo de creación. Perdóname esto, es un desahogo. Por mi parte siento que he perdido mi vida y me siento cada vez más solo. Paso días enteros sin salir de casa. Dentro de algunos años más seré un viejo huraño y maniático viendo como los demás quieren ir a la luna sin haber podido alcanzar yo el único pedazo de tierra que me interesa y que para mí encierra tantas cosas por descubrir como Marte o ese satélite. Y sin embargo no hacía falta para realizar muchos de los sueños que tuve –ya los rechazo– el dinero de un maldito cohete. En este mundo tecnológico a medida que progresa –no estoy en contra de su progreso– resulta cada vez más maravilloso el cacharro o trozo de madera labrada que hace solamente un hombre. Esto es lo que más admiro yo, el objeto que hace el hombre como hace miles de años, en soledad, y al hombre. Viendo la luna, sin poder alcanzarla, soñándola desde una ventana o desde la cima de un monte y riéndose de la I.B.M. y del automatismo por lo que todo esto tiene de risible.
En estos momentos está abierta en Buenos Aires una de las mejores exposiciones que vi en mi vida, la de esculturas de Henry Moore. Bueno, esto resulta demasiado largo. Escríbeme. Escríbeme de lo que quieras, pero sobre todo del mar de Galicia.

Un abrazo de Maruja y mío para Mimina, Camilo, Rosendo, Xosé y tú:

Seoane

Ficha documental [Imprimir]
  • Forma parte do conxunto:
  • Fondo: Luís Seoane depositado na Fundación Luís Seoane.
  • Colección: Isaac Díaz Pardo e Luís Seoane
  • Data:
    21/06/1965
  • De:
    Luís Seoane
  • Para:
    Isaac Díaz Pardo
  • Orixe:
    Bos Aires
  • Destino:
    O Castro [parr. Osedo, conc. Sada]
  • Localización física:
    Fundación Luis Seoane
  • Notas:
  • Termos clave: